Yamaha XS400, la japonesa que deseamos con pasión

Yamaha XS400, la japonesa que deseamos con pasión

En un país hambriento de las deseables motos japonesas, la llegada de la Yamaha XS400 desató el desenfreno para disfrutar de la tan ansiada lujuria nipona, nuestra primera japonesa de verdad.

Aún recuerdo el característico sonido de los motores girando a todo gas de una treintena de motos enfilando la recta del estadio en el antiguo circuito barcelonés de Montjuic, en la primera carrera de 1983 de la Copa Yamaha XS 400, una moto que significó la revolución para los moteros de la época.

A principios de los ochenta yo era un joven adolescente que comenzaba a hacer sus pinitos con ciclomotores y todo lo que podía pillar con dos ruedas. La economía no daba para comprarse una moto, siquiera un ciclomotor nuevo, así que me tocaba ir siempre con trastos de decimocuarta mano, pero ¡bendito ciclomotor! Al menos iba en moto.

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La idea era comprarme una moto de verdad cuando tuviera los 18 años, y sacarme el carnet A2 -en aquel momento este era el carnet de moto grande de cualquier cilindrada y potencia, el equivalente al A actual-.

Cuando acababa de cumplir los 18 si quería una moto gorda, en nuestro mercado solo había motos de nuestras marcas, como las Montesa Enduro 250 y 360 H6, o las tremendas Bultaco Frontera 360, las OSSA Copa, las Montesa Crono 350…

La Yamaha XS400 fue la primera bomba japonesa que llegó a nuestro mercado, la primera gran moto

Yo quería una con motor de cuatro tiempos y bicilíndrica, nada de monos, así que lo único disponible era la Sanglas Yamaha 400 Y -que costaba 384.000 pesetas, dos mil trescientos euros al cambio. Había disponible también la Kawasaki KZ 400 de importación paralela -una historia rara de motos requisadas-, ya que en aquel momento no se vendían japonesas en nuestro país, pero quería algo más joven y menos clásico.

Así que la Sanglas Yamaha era mi elección, y a poder ser, con el “kit Puig”, un kit de fibra de depósito-asiento fabricado por Puig que transformaba completamente la moto. La elección estaba tomada, pero a las pocas semanas apareció la Yamaha XS400, ¡y todo se fue al traste! Amor a primera vista…

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Era la primera moto japonesa de verdad que llegaba oficialmente a nuestro país -a través de SEMSA Yamaha-, y era una maravilla: acabados japoneses, motor fino y potente, embrague de mantequilla, puño de gas dulce y suave, estética súper atractiva... Aquello era otra cosa, canela en rama. Y rápidamente se convirtió en objeto de deseo de todos los dieciochoañeros.

La yamaha XS400 fue objeto de deseo de casi todos los adolescentes moteros

Solo había un gran pero: costaba una pasta, 501.450 pesetas hace 40 años, 3.000 euros al cambio actual, era carísima, por culpa principalmente de los aranceles de importación. Pero daba igual… Para que os hagáis una idea, esta XS en Europa costaba unas 300.000 pesetas…

En aquel momento la XS 400 era lo más de lo más en nuestro país, y comprar una significaba pasar a ser el “rey del mambo”. Su motor era el más potente, pesaba muy poco y sus formas y acabados era únicos. Este modelo era la afortunada secuela de la antigua XS 400 bicilíndrica de finales de los setenta, una moto utilitaria y bonachona, feota, pesada, y que nunca llegó a nuestro país.

En 1983 su precio era prohibitivo, pero ello no fue problema para que se vendieran todas las unidades

Tal y como os he comentado, solo llegó su motor, a bordo de la Sanglas 400 Y. Este modelo en Estados Unidos se conoció con el apellido Seca 400, denominación que recibieron todas las Yamaha XS naked de esta generación. En Japón también se vendió en la cilindrada de 250 c.c, la XS 250, que era exactamente la misma moto y equipada con el mismo motor bicilíndrico pero rebajado de cilindrada.

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Técnicamente era una moto innovadora, con un chasis de espina central, un mix de chapa embutida -en la pipa de dirección- y multitubular de acero, en la parte trasera, con el motor colgando del chasis. Ello permitía que la XS fuese muy ligera, tanto física como estéticamente. El motor bicilíndrico twin -4T, aire, 4V, DOHC, de 399 c.c., 69 x 53,4 mm, 45 CV- colgaba del chasis por la culata y se anclaba también por su parte trasera, en la zona del basculante -era parte resistente-.

Los cilindros, de formas de pirámide invertida, eran estéticamente más modernos, sensación reforzada al estar pintado en negro satinado, en lugar de ser de color aluminio, otro detalle de modernidad. Y con ella comenzamos a conocer los famosos acrónimos técnicos japoneses: en este caso las dos cámaras de expansión de las culatas del motor equipaban el sistema YICS (Yamaha Induction Control System) -se podía leer en los flancos del motor- que reducía el consumo de gasolina. La ausencia de un chasis doble cuna y con el añadido de un motor muy estrecho provocó que frontalmente tuviese la apariencia de una 125 c.c…

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Con ella se organizó la Copa Yamaha XS400, el nuevo Criterium Solo Moto AGV

Pero su ancho manillar de tubo cromado, y su gran faro rectangular, marcaban territorio y avisaban de que era una moto “gorda”. El par de bellas llantas de aleación, las mismas empleadas en la Yamaha XJ650 Turbo, le dieron el toque final de sofisticación.

En aquel momento, en el que nos comíamos todo lo que llegaba de Japón sin peros, no nos dimos cuenta de que su horquilla era muy endeble, los neumáticos eran muy estrechos -de 18” y en medidas 3.00 y 4.10, montaba unos Dunlop Gold Seal que cuando se gastaban se cambiaban por unos Pirelli Mandrake, durísimos- y la frenada era muy pobre y poco potente, con un pequeño disco delantero y un tambor trasero.

Las dos decoraciones disponibles eran en azul y granate metalizado; la última versión fue blanca

Por el resto, era cómoda, el asiento era un sofá, el embrague era mantequilla y la ergonomía no estaba nada mal, aunque la horquilla era blandengue y el amortiguador trasero muy duro, por culpa de un muelle sobredimensionado. ¡Pero daba igual! En Solo Moto la probamos en marzo de 1983 y comprobamos que su consumo era de 4,6 litros a los 100, en aquel momento muy bueno, nos gustó su comodidad, aunque el motor adolecía de bajos.

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La catalogamos de deportiva, y no íbamos errados ya que para promocionar el modelo incluso se organizó una copa de promoción, la Copa Yamaha XS 400, ¡el nuevo Criterium Solo Moto AGV!, que fue apadrinada en aquel momento por Carlos Cardús y Sito Pons. Tras las copas Montesa Crono y Bultaco Streaker en los setenta, llegó la primera copa con motos japonesas… ¡La bomba!

Gracias a unos amigos pude disfrutar de ella: era ligera, rápida, muy cómoda y con tacto de mantequilla

La XS 400 de la copa equipaba una generosa cúpula derivabrisas picuda, una gran quilla y un par de placas portanúmeros en los laterales traseros, todo fabricado por la empresa nacional Puig. Aquello fue un éxito. De esta copa salió gente que luego comenzaron a competir en el campeonato de España de F2 con las OSSA Copa, la Crono 350 y las Yamaha XJ600.

Evidentemente esta Yamaha fue una moto super fiable, tanto, que equipó a la Policía Nacional, sustituyendo a las veteranas Sanglas Yamaha 400 Y -ambas montaban un horrendo carenado integral pintado en marrón metalizado claro, todo hay que decirlo.

Fue la sucesora de la Sanglas Yamaha 400Y, que era una Sanglas con motor nipón bicilíndrico

Las primeras unidades que llegaron a nuestro mercado se vendieron en dos colores, en granate metalizado y azul metalizado. Se comercializó hasta 1988, momento en el que llegó la última versión en color blanco con unas franjas azules y rojas en el depósito -en el extranjero se actualizó a nivel mecánico con un doble disco de freno delantero, ¡al fin!

Yo alimenté el sueño de llegar a comprarme una, pero nunca llegó, por desgracia. Por ello devoré con ansia todo lo relacionado con esta moto: pruebas, publicidad, carreras, lo que fuese. Curiosamente un compañero en la mensajería y un amigo mío se compraron un par de estas XS 400, por lo que pude “disfrutarlas” a ratos, ya que de cuando en cuando se las pedía prestadas… ¡Qué tiempos aquellos!

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Ficha Técnica

Monoamortiguador por Cantilever 96,5 mm
Motor: 2 cil. en línea transversal, aire, 4V, DOHC
Cilindrada: 399 c.c.
Potencia máxima: 45 CV a 9.500 rpm
Par máximo: 36 Nm a 8.000 rpm
Alimentación: Carburadores Mikuni BS34
Cambio: 6 velocidades
Embrague: Multidisco en baño de aceite
Transmisión: Por cadena sellada
Chasis: Espina central de chapa estampada y tubo de acero
Suspensión delantera: Horquilla hidráulica 138 mm
Suspensión trasera:
Freno delantero: Disco de 260 mm con pinza de doble pistón
Freno trasero: Tambor de 200 mm
Neumáticos: 3.00 x 18" y 4.10 x 18"
Distancia entre ejes: 1.375 mm
Altura asiento: 770 mm
Depósito de gasolina: 20 l
Peso en seco: 187 kg
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