Tras unos cuantos años centrados en la producción de las preciadas WR-F con propulsor de ciclo 4T, Yamaha se ha decidido a dar respuesta a la creciente demanda en Europa de las ligeras y fiables monturas equipadas con motores de 2T. Para los amantes del enduro, la sencillez mecánica y la ligereza son factores imprescindibles a la hora de elegir su montura.
Aunque en las últimas temporadas las únicas 2T de Yamaha que llegaban a nuestro mercado eran las YZ de motocross, los técnicos de la marca de los diapasones nunca han dejado de producir modelos específicos para uso en enduro. La importante demanda de los mercados americano y australiano han llevado al desarrollo de modelos diferentes, directamente derivados de las motos de cross, pero con diversas especificaciones que permiten un uso fuera de los circuitos cerrados de motocross.
En estos mercados no son necesarios los diferentes componentes imprescindibles para la homologación de estas motos en Europa y, por este motivo, Yamaha se ha tenido que apoyar en la empresa italiana Moto SPA para desarrollar un kit de homologación que permitiera la llegada de las ahora llamadas WR 250 (YZ250FX en EE.UU. y Australia).
Puede parecer que nos encontramos ante una YZ con luces y poca cosa más, pero lo cierto es que el trabajo de adaptación de la YZ al enduro es mucho más profundo.
El conocido monocilíndrico 2T con una cilindrada de 249 cc y unas cotas internas de 66,4 x 72 mm incorporan modificaciones en su grupo termodinámico. Se ha modificado la culata para conseguir una respuesta más progresiva, como también se ha adaptado la velocidad de apertura de la válvula YPVS a su nuevo cometido. Para que todo ello trabaje de manera conjuntada, se ha tenido que modificar la curva de encendido en el CDI.
Otro de los aspectos clave para conseguir un buen rendimiento en enduro son las relaciones de la caja de cambios, que en la WR combina unas primeras velocidades más cortas, junto con una quinta más larga, que un buen nivel de prestaciones para competir. Se caracteriza por una respuesta muy rápida y llena desde el primer golpe de gas.
El par a bajo régimen es excelente y por ello podemos ascender por las trialeras con enorme facilidad. En medios se siente aún más lleno si cabe y por ello nos invita a insertar una marcha de más a la salida de los virajes, donde muestra un empuje impresionante. La potencia en altos es posiblemente su punto fuerte, característica que combina con una excelente capacidad de estirada.
Uno de los aspectos críticos en una moto de origen crossero es el funcionamiento del embrague, especialmente en las trialeras, pero tenemos que decir que en la WR no hemos apreciado el menor síntoma de fatiga en el transcurso de nuestra toma de contacto, y no hemos tenido que utilizar el regulador de la tensión de la maneta en ningún momento.
Las relaciones de cambio nos parecen igualmente acertadas, el escalonamiento de las marchas es perfecto para las especiales, pero además las primeras marchas no resultan para nada largas en las trialeras. En quinta, el ritmo por pistas rápidas es muy alto, al nivel de cualquier otra moto de enduro.
El bastidor simple cuna desdoblada en aluminio combina la rigidez necesaria para afrontar las zonas rápidas y bacheadas con una manejabilidad endemoniada en las partes más viradas de las especiales. Es preciso y además muy ligero, por lo que en todo momento tienes la sensación de pilotar una moto de menor cilindrada.
Para no desmerecer a un bastidor tan completo, Yamaha equipa sus monturas con unas suspensiones de alto nivel como son las Kayaba; la horquilla de doble cartucho, con el sistema AOS (Air Oil Separate), es sin duda todo un referente. El reglaje es firme, muy adecuado para las especiales, y es que ofrece una seguridad enorme en las zonas bacheadas. Esta característica se combina con un tacto excelente en el primer recorrido, perfecto para poder pilotar por caminos y trialeras.
El tren trasero también nos ha gustado, con buen tacto y la capacidad de transmitir toda la potencia del propulsor al suelo, copiando de manera impecable las irregularidades del terreno. El único inconveniente en nuestra unidad de pruebas lo hemos encontrado en el reglaje del muelle trasero, un tanto blando en comparación con la horquilla, y por ello el conjunto no se encuentra muy bien equilibrado. De todos modos, es un problema menor que se soluciona con ajustar la precarga trasera a nuestro gusto.
El equipo de frenos Nissin se encuentra al nivel del resto de la parte ciclo, con potencia sobrada y un tacto excelente que nos permite accionar el freno delantero con un solo dedo. El trasero es igualmente potente, con un buen tacto, que no provoca en ningún momento bloqueos inesperados.
Yamaha se ha hecho esperar para la presentación de su nueva WR250, pero tenemos que decir que la espera ha valido la pena. Sin duda, nos encontramos ante una de las enduro 250 2T más competitivas del mercado, que además cuenta con la excelente calidad de fabricación y la fiabilidad de Yamaha como aval. Así, la marca japonesa entra con un papel de protagonista en uno de los sectores hasta el momento dominado por las marcas europeas, y os podemos asegurar que lo hace con un producto de máximo nivel.