Yamaha Tmax 500 Sport: Lobo con piel de cordero

No es sólo un scooter, es mucho más que esto, y las miles de ventas en los más de diez años que lleva el modelo en el mercado así lo confirman. Cómoda, fiable, deportiva, fácil, muchas son las virtudes del megascooter de Yamaha, pero el exigente mercado manda, y se tiene que ir renovando el producto aunque sea un superventas. Con la nueva versión Sport se ha buscado atraer a los clientes más racing, los que vienen de una deportiva o para los que buscan ese poco más de sensaciones y aún no habían encontrado el aliciente necesario para dar el salto. Después del lanzamiento de la versión Tech Max, con distintos acabados estéticos, como las llantas pulidas o carrocería color negro mate, llega el modelo Sport, con sistema de escape Akrapovic y con la cúpula más baja. Moto o scooter Cualquier motero que se precie está al corriente de lo que es un Yamaha Tmax, ya sea porque se lo han contado de primera mano o porque la ha podido probar. Este modelo ya se ha convertido en toda una leyenda, y son muchos los incondicionales que poseen uno y lo usan tanto para desplazarse a diario como para salir de ruta el fin de semana. Te puede gustar más o menos, puedes decir que es un scooter más o que es una moto deportiva con cambio automático, pero lo que está claro es que el Tmax no es un scooter como los otros. Su comportamiento dinámico es tan parecido a una moto, que muchos de sus fans aseguran que no se trata de un scooter, sino de una moto automática. La Real Academia de la Lengua define scooter como: “Motocicleta ligera o ciclomotor, con ruedas pequeñas, que tiene una plataforma para apoyar los pies y una plancha protectora en su parte delantera”. Para empezar, el Tmax no es una motocicleta ligera precisamente, sus 221 kg lo dejan claro, sobre todo en parado. Lo de las ruedas pequeñas tampoco es muy concreto, ya que monta las dos llantas de 15 pulgadas, que no son muy grandes para una moto, pero en un scooter funcionan de maravilla. Lo de la plataforma para apoyar los pies es otro tema discutible, en el Tmax está dividida en dos, lleva el depósito de la gasolina y una parte del chasis pasa por su parte central. Por último, lo de la plancha protectora, si lo modernizamos un poco y le llamamos escudo o frontal protector, también podría servir. Tampoco estaría de más que en la descripción oficial se incluyera el tema del cambio automático, de momento excepto contadas excepciones, exclusivo del mundo scooter. Con todos estos puntos aclarados y aceptando que el Tmax es un scooter bastante especial, ¿por qué esa fama de moto deportiva con miles de convencidos adeptos? La mayoría de los maxiscooters del mercado son simplemente, como la propia definición confirma, scooters grandes. Lamentablemente el resultado de unas soluciones técnicas específicas para una moto originalmente pequeña y ligera se complican al ganar tamaño y peso. Por esta razón, la mayoría de los maxiscooters son torpes y pesados y no gustan a los conductores de moto. El Tmax se ha construido cogiendo los patrones de una moto deportiva, por ello su funcionamiento dinámico y mecánico es tan bueno. Ya desde la creación del modelo en el año 2001 se situó a la cabeza de los scooters deportivos, o mejor dicho, el Tmax creó la categoría de maxiscooter deportivo. En 2004 se reformó dotándolo de inyección electrónica y se sumó un segundo disco de freno delantero, junto con la adopción de llanta de 15’. El modelo actual vio la luz en el año 2008, estrenando un chasis de aluminio con un nuevo reparto de pesos, unos nuevos frenos y suspensiones, ambas llantas de 15’ y una electrónica mejorada, además de una remodelación total de la estética. El Tmax que ya gozaba de una popularidad elevada vio como sus ventas se disparaban hasta el punto de crear incluso lista de espera en los concesionarios. Lobo con piel de cordero La Yamaha Tmax debe parte de su éxito a su motor bicilíndrico de 500 cc y a sus 43 CV declarados, que puede parecer que no son muchos, pero que rinden como si fueran el doble. Esto es posible gracias a una transmisión muy particular y, aparte de contar con un variador inercial de rodillos, el embrague es tipo convencional multidisco en seco. La transmisión, aparte, también cuenta con dos cadenas en serie, bañadas en aceite, que permiten que el cárter sea de reducidas dimensiones y, de esa forma, no perjudique en peso ni en tamaño del cárter. Pero el protagonista de la nueva versión Sport es sin duda el escape completo firmado por Akrapovic. Pocas veces un fabricante ofrece uno de sus modelos con un sistema de escape como éste, que aparte del silenciador de titanio y carbono, también incluye colectores de acero inoxidable. Sin duda, Yamaha ha tirado la casa por la ventana con la versión Sport. El sistema de escape obviamente está homologado para su uso en calle, pero el sonido que emana este bicilíndrico es igualmente muy elevado, llegando a ser molesto si se abre gas a fondo continuamente. Esto sucede porque en una moto de cambio automático, el motor siempre gira muy alto de vueltas buscando la zona de par y, a pesar de montar un reductor de sonido o dB killer, el sonido es muy elevado. Las prestaciones que consigue este escape son notables, se nota más par y una ganancia de vueltas bastante rápida, que se traducen en unas aceleraciones desde parado contundentes. El comportamiento dinámico del Tmax es todo un ejemplo de equilibrio -gracias a su chasis y suspensiones de alta calidad y a una distancia entre ejes generosa- y el paso por curva es rapidísimo. El tren delantero cuenta con una robusta horquilla sujeta por una doble tija, que es la responsable de la rigidez y confianza que caracteriza a este modelo. La parte trasera cuenta con un amortiguador situado transversalmente, que también trabaja a la perfección. El depósito de gasolina situado justo en medio de las plataformas donde apoyar los pies ayuda a centralizar el peso. El manillar, de cómoda posición, permite una conducción relajada, incluso si se va a ritmo alegre. La cúpula más corta gustará a los usuarios con una estatura de más de 1,80 m, ya que la original, más larga, queda justo a la altura de la vista. Con la cúpula baja, toca mucho más el aire, pero se eliminan las turbulencias y se gana en estética deportiva. Nadie es perfecto Aparte de los conocidos dotes deportivos del maxiscooter, la faceta urbana también está bastante marcada; solamente el peso pasará un poco de factura llegado el momento de maniobrar en parado. Un cómodo espacio bajo el asiento permitirá guardar un casco integral y algo más, pero no estaría nada mal que el espacio fuera para dos cascos integrales, igual que sus hermanos menores X-Max 250 y 125. También las dos guanteras a lado y lado, muy accesibles, pero sin cierre bajo llave, podrían incluir un dispositivo de cierre de seguridad al quitarse el contacto. La instrumentación tiene un diseño muy elegante y claro, que combina los relojes analógicos con los símbolos digitales, pero se echa en falta un ordenador de a bordo con consumos y temperatura exterior. También la calidad de algunos plásticos no soportan el paso del tiempo y el uso como cabría esperar de un scooter de la categoría del Tmax, pero ya se sabe, no hay nada perfecto en este mundo. Definitivamente, el Tmax Sport no te va a defraudar por mucho que le exijas, además, seguro que no vas a extrañar a tu moto deportiva y mucho menos a tu scooter. Definitivamente es un lobo con piel de cordero. Texto: E. Fernández Artículo publicado en el número 1842 de la revista Solo Moto Si quieres el número, puedes pedirlo a nuestro departamento de suscripciones

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