Pocos T-Max son completamente de serie: los dueños de este deportivo e icónico maxiscooter son dados a personalizarlo, en menor o mayor nivel.
Cuando Yamaha Castellan de Niza se propuso customizar un T-Max 560 llamó al preparador Olivier Ortolani, de Ortolani Customs.
Ortolani se planteó una reforma global, que afectase tanto a la estética, como al motor y a la parte ciclo.
A nivel estético el preparador creó una carrocería totalmente nueva, a la que añadió los pequeños faros elipsoidales de la R1. También cambió el piloto trasero por otro de Kellermann. Los retrovisores son los conocidos Stealth de Rizoma, que ejercen de alerones.
La instrumentación de serie deja paso a una pantalla DEV'MOTO y hecho expresamente para este T-Max Titan Ortolani, mientras que el asiento es obra de NMB Design.
En cuanto a la parte ciclo, destaca la adopción de unas llantas de 17” delante y detrás provenientes de una Aprilia RSV4. Montan unos deportivos Michelin Power Cup 2.
También se montan discos de freno lobulados de mayor tamaño. Esto requirió reposicionar las pinzas con separadores. El ABS se mantiene.
En cuanto al motor, de 48 CV a 7.500 rpm de serie se pasan a más de 50 CV, gracias a un kit Malossi, un filtro de aire mas deportivo y a un escape completo HP Corse. Y para que la máxima potencia llegue a la rueda trasera con menos pérdidas se monta una transmisión final por cadena, en lugar de la correa de serie.
Todo este trabajo tiene un precio muy elevado: el valor de este Yamaha T-Max Titan Ortolani es de 45.000 €, es decir, más de tres veces el de un T-Max original. Eso sí, exclusivo lo es un rato.