Yamaha vuelve a insistir mostrando una nueva custom de líneas muy personales, una tendencia que inició con la Raider el pasado año y que ahora retoma en esta peso medio, una moto muy chopper que nace para plantarle cara a la Fury de Honda.
Con un asiento a sólo 670 cm del suelo y con una cilindrada de 1.304 cc, la Stryker se posiciona como una de las motos que actualmente buscan comprar el 73 % de los moteros americanos que buscan una moto de cilindrada media. La Stryker es la respuesta del departamento de marketing de Yamaha a las nuevas tendencias de compra, y esperan tener éxito. Dotada de una horquilla con mucho lanzamiento, una gran llanta delantera de aleación de 21 pulgadas, más una de 18 trasera, un gran disco de freno delantero de 320 mm y con un neumático de grueso balón, la Stryker marca territorio con su personalidad.
La marca de los diapasones preparó la presentación dinámica de la nueva custom en la población de Austin, Tejas, y yo me atavié para la ocasión. Cara afeitada, cabello alborotado y gafas de sol no son el arquetipo de propietario de este tipo de motos… ¡y tampoco lo soy! Me gustan las deportivas, por lo que subirme a esta Stryker fue un golpe de efecto para mí. Lo que sí me gustó al primer momento es que, cuando la ves aparcada, tiene una pinta muy tentadora, diferente. Una vez puesto en marcha el bicilíndrico en V, el suave ronroneo me llevó calle abajo, circulando por las calles de Austin. Me sorprendió lo fácil que es mantener el equilibrio, lo que me permitía aguantarlo a baja velocidad, casi parado, sin tener que hacer pie. El bajo centro de gravedad y el grueso neumático trasero también deben ayudar a ello. La moto gira fácil y te haces rápido con ella, seguramente ayudada por un tacto de embrague suave. El exagerado lanzamiento de horquilla es una combinación de ángulo de pipa de dirección y de unas pletinas que le dan seis grados extras de inclinación, manteniendo al lanzamiento en unos razonables 109 mm.
Cruzando el Colorado
Al poco rato dejábamos atrás las calles y, tras cruzar el río Colorado, nos dirigimos hacia las carreteras de curvas, en una ruta de unos 160 kilómetros. El bicilíndrico de 80 pulgadas cúbicas se mostró muy lleno de par a pesar de sus 1.300 cc -las custom y cruisers de grueso calibre comienzan en los 1.600 cc, por lo que esta Stryker es de tamaño medio-. Y sube de vueltas alegremente con facilidad, por lo que es realmente divertido curvear con ella. Su motor es básicamente el mismo de la V-Star 1300 dotado de una nueva caja de filtro, electrónica revisada y sistema de escape diferente. Aunque no tiene el carácter de un motor de carrera larga, como el de las Harley, su motor emite pulsaciones y vibraciones diferentes y personales, que, aunque amortiguadas por un eje de equilibrado, se notan suavemente. Sorprende el hecho de que el motor no esté anclado con silentblocks, sino directamente al chasis. Si bien en general las vibraciones son contenidas, en los reposapiés se notan algo más, pero puedes pilotar con los talones de Aquiles apoyados sobre las estriberas, al estilo de los moteros custom rebeldes, y no se notan tanto…
Fácil
El chasis doble cuna de acero con el motor como elemento portante hace que la Stryker sea muy rígida, a pesar de tener una exagerada distancia entre ejes de 1.750 mm. Es que ni siquiera entrando agresivamente en las curvas noté que flexase.
Tras navegar durante muchos kilómetros por un tramo realmente revirado y sinuoso, debo decir que la Stryker se maneja bien para ser una custom. A baja velocidad se mueve bien, pero cuando vas un poco rápido el grueso balón trasero te dificulta un poco la entrada en curva, lógico, a pesar de que su peso de 293 kilos no son exagerados. Como siempre, este tipo de motos roza con todo en cuanto te aplicas ligeramente, por lo que en curvas hay que tomárselo con tranquilidad y no hacer grandes inclinadas; lo siento, soy un chico de deportivas. La parte buena es que puedes exprimir al máximo las prestaciones de la Stryker… ¡legalmente! Y es que las sensaciones de notar los límites de la moto son excitantes, a pesar de que no vas para nada rápido.
Para un tipo de estatura media como yo, la posición de conducción es bastante buena y los manillares y las estriberas no quedan demasiado lejos. El único punto que no me gustó es que para frenar con el trasero debes levantar la pierna y frenar con ésta en el aire, aguantando su peso -cuando frenas, el pie no se apoya en la estribera-. Los otros periodistas de la presentación eran más altos que yo y no notaron este detalle. Si hubiera sido algo más bajo, me hubiese parecido estar colgando de los manillares… La forma del asiento ayuda a sentarse mejor, ofreciendo incluso algo de apoyo lumbar, y aunque el pequeño depósito de gasolina de 15 litros ofrece una buena autonomía de más de 200 kilómetros, conviene ir haciendo paradas frecuentes para no cansarse demasiado. Tras una hora de marcha, mis extremidades inferiores ya notaban el cansancio… El tarado de las suspensiones es correcto, aunque son algo duras; cuando más lo notas es al pasar sobre una irregularidad del asfalto.
La caja de cambios de cinco velocidades es suave, y con su motor lleno de par no la necesitarás demasiado, ni siquiera para realizar un adelantamiento en autopista. La relación de los piñones es larga, pero el motor ni se entera, y es que la quinta velocidad parece una overdrive… En cuanto a los frenos, no los necesité de verdad hasta que de vuelta a Austin apareció de repente un semáforo y tuve que usar todo lo que tenía a mano para frenar. La verdad es que la bestia de acero se detuvo rápidamente, antes de lo esperado. El grueso neumático trasero ayuda mucho en estos casos, más que el estrecho neumático delantero…
Comparándola con la Fury de Honda, ésta es más esquelética, más chopper, y combina estética tradicional y un motor de carrera larga con elementos más tecnológicos, como la transmisión por cardán o el ABS -la Stryker lleva correa y no tiene ABS-. Y es que algunos de estos detalles tecnológicos son considerados un sacrilegio por algunos puristas, por eso Yamaha ha preferido ser más conservadora. La Striker ofrece guardabarros metálicos, una correa de bajo mantenimiento, una apariencia más musculosa y cuesta -aquí en USA- 2.000 dólares menos que la Fury. Nos pica la curiosidad por conocer qué harán Suzuki y Kawasaki para plantar cara a esta Stryker.
Yamaha Stryker XVS 1300
Motor |
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Tipo de motor |
2 cil. V a 60º 4T, LC, SOHC, 8 V |
Cilindrada |
1.304 cc |
Diám. X carrera |
100 x 83 mm x 2 |
Compresión |
9,5:1 |
Potencia máx. |
N.d. |
Par máximo |
10,9 kgm a n.d. rpm |
Alimentación |
Inyección electrónica n.d. mm |
Encendido |
Electrónico digital CDI |
Arranque |
Motor eléctrico |
Embrague |
Multidisco en baño de aceite |
Cambio |
De 5 relaciones |
Transmisión |
Por corea dentada |
Parte ciclo |
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Tipo chasis |
Doble cuna en tubo de acero |
Basculante |
Doble brazo en acero |
Geometrías |
N.d. |
Susp. Delantera |
Horquilla telescópica convencional con barras de n.d./135 mm, no regulable |
Susp. Trasera |
1 amortiguador con sistema de bieletas, 100 mm de recorrido en rueda |
Freno delantero |
1 disco de 320 mm, pinza de dos pistones |
Freno trasero |
1 disco de 310 mm, pinza de un pistón |
Neumáticos |
120/70 x 21 y 210/40 x 18 |
Pesos y dimensiones |
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Peso declarado |
293 kg (en orden de marcha, depósito lleno) |
Largo x alto x ancho |
2.530 x 1.130 x 861 mm |
Distancia entre ejes |
1.750 mm |
Altura asiento |
670 mm |
Cap. Depósito |
15 l |
Guía del comprador |
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Precio |
N.d. |
Garantía |
2 años |
Importador |
Yamaha Motor España S.A. |