Yamaha SCR 950/XSR 900 Abarth: Pasión por lo retro

Yamaha SCR 950/XSR 900 Abarth: Pasión por lo retro

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El usuario medio de la moto tiene una edad media algo alta, esa es la fría realidad. Por ello los usuarios de más de treinta años son los compradores potenciales en un mundo en el que la pasión es el principal motivo de compra; aunque seguido muy de cerca por la lógica, claro está.

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Pero la moto es para su dueño, en muchas ocasiones, un ente con alma, carácter y personalidad, el vinculo entre ella y su propietario roza en ocasiones la “motofilia”, por lo que es lógico pensar que, en una época en la que lo retro está muy de moda, son las motos de corte clásico y las que apelan a nuestros recuerdos de juventud las que, poco a poco, se van ganando los corazones de muchos de nosotros.

Los fabricantes lo tienen muy presente, y prueba de ello es la cantidad de modelos heritage que se están presentando últimamente. Centrándonos en Yamaha, la protagonista de hoy, la firma japonesa es una de las más implicadas en esta categoría, con proyectos como el Yard Built, que explora nuevas alternativas de diseño que han dado lugar al concepto Faster Sons y a una rica gama de modelos únicos en su estilo.

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Las dos últimas criaturas que han llegado para ocupar un puesto en el seno de su familia sport heritage han sido la SCR 950 y la XSR 900 Abarth, a cuya su presentación oficial asistimos en la isla italiana de Cerdeña, un paraje natural impresionante, repleto de divertidísimas carreteras plagadas de curvas, en las que fue muy fácil sintonizar con dos de las japonesas vintage más sorprendentes del momento.

Clásicas, pero distintas

Las propuestas de Yamaha son de lo más atrevidas. Tenemos dos modelos que, a pesar de estar disponibles en la misma gama, son completamente distintos en cuanto a uso y filosofía. De hecho, un modelo como la XSR 900 Abarth es en concreto una exclusiva serie limitada de la que se fabricarán 695 unidades y ha sido creada para conmemorar el décimo aniversario del acuerdo entre Yamaha y Abarth. Su principal seña de identidad es un diseño café racer de altísimo nivel aplicado sobre la base de la ya conocida XSR que, a su vez, comparte equipamiento técnico con una naked de referencia y tan avanzada como es la MT-09.

Además, dispone de una personal y preciosa decoración en gris y adornos en rojo, exactamente igual a su homónimo en la marca de coches, denominado Abarth 695 XSR Limited Edition.

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Por su parte, la SCR 950 combina de una forma muy original y atrevida dos estilos tan distintos como el custom y el trail para dar forma, y no es broma, a una scrambler; de ahí las siglas SCR.

Es lógico que todo ello suene algo sorprendente en un primer momento, pero hay que decir que el proyecto Yard Built de Yamaha nos ha demostrado en innumerables ocasiones hasta qué punto tan extremo pueden llegar las mentes de sus diseñadores. Sea como sea, las XSR 900 Abarth y la SCR 950 rompen moldes al proponernos una alternativa superexclusiva en la primera y muy distinta y rompedora en el caso de la segunda, dos nuevas posibilidades de elección que, otra cosa no, pero indiferente seguro que no os van a dejar

La verdad es que con cuatro cambios les han conseguido dar un aire muy original a las dos. La Abarth, que como ya hemos dicho se decanta por un estilo café racer, basa su morfología en un bajísimo manillar tipo golondrina y en un asiento monoplaza que se encuentra prácticamente en el mismo plano, para dar lugar, junto con las elevadas estriberas, a una extrema posición de conducción altamente enfocada a un uso sport.

Por su parte, la SCR 950 toma la parte ciclo de la XV 950 e introduce cambios en el subchasis para elevar unos 140 mm el asiento, se le ha colocado un manillar más ancho y plano, un depósito nuevo y se han rediseñado las pocas fibras de que dispone para dar forma a una scrambler, todo sea dicho, un tanto atípica.

¿Y cómo van?

Que son llamativas estéticamente no hay la menor duda, pero minutos antes de comenzar la prueba dinámica de ambas, nuestra principal incógnita era saber cómo se iban a comportar.

De los muchos grupos de diferentes países asistentes, a nosotros nos tocó estrenarnos a lomos de la XSR 900 Abarth; la verdad, una forma un tanto hardcore de comenzar la jornada y de desperezarse con una moto que llevará nuestra flexibilidad al límite. Porque la preciosa Abarth es una moto que no engaña, su posición de conducción es tan extrema y radical como aparenta; eso sí, uno se siente piloto metido tras su cúpula y con las posaderas apoyadas en el precioso colín, ambas piezas, por supuesto, fabricadas en fibra de carbono.

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Esta postura integrada en una café racer con la tecnología de la XSR 900 es simplemente impresionante. Puede que haya perdido un poco de maniobrabilidad respecto a ella, pero en tramos rápidos y conducción deportiva es extremadamente efectiva gracias, entre otras cosas, a su avanzada electrónica, que cuenta con tres mapas motor y tres niveles de control de tracción –dos y desconexión–, además, claro está, de ABS. Cualidades no le faltan, tiene un motor tricilíndrico de filosofía Crossplane que empuja como una bestia a cualquier régimen, suave, elástico y con un sonido gracias al escape Akrapovic que te hará hervir la sangre.

El cambio es una delicia y el embrague asistido antirrebote te hará sentir sobre una SSP con unos cambios rápidos y precisos tanto al acelerar como al reducir.

Excelente base

La parte ciclo no recibe cambios con respecto a la XSR 900 convencional; de hecho, no los necesita en absoluto, pues su rendimiento continúa siendo impecable.

El conjunto formado por bastidor y basculante es increíble, tan valido que ha demostrado su excelente rendimiento en multitud de modelos de distintas tipologías gracias a su adaptabilidad y rigidez. Junto a él, un equilibrado equipo de suspensiones mantiene las llantas de 17” de la XSR pegadas al asfalto en todo momento y, pese al talante deportivo de la Abarth, con un funcionamiento para nada radical, lo que incluso nos permite disfrutar de un discreto grado de confort.

La frenada es simplemente impresionante, las pinzas monoblock de cuatro pistones delanteras son magníficas en cuanto a potencia, al poder morder los discos de 298 mm sin piedad si así se lo ordenamos. Pero más sorprendes aún son por su precisión, sobre todo cuando se trata de dosificar al máximo la frenada, totalmente posible gracias al tacto milimétrico.

Detrás, todo correcto. El conjunto que hay en el eje trasero es un perfecto complemento para el anterior, en especial cuando se trata de timonear, estabilizar o controlar la moto en la trazada. Tampoco debemos olvidarnos del ABS; estar, está, aunque su aparición fue muy discreta y en contadas ocasiones, ya que, por lo general, demostró un nivel de intrusión bajísimo en condiciones de asfalto impecable y seco como las que nos encontramos.

A su estilo

Tras pasárnoslo en grande con la XSR 900 Abarth y después de la comida, le tocaba el turno a la que en cierto modo era la chica de la peli, la SCR 950. La verdad es que había muchas incógnitas sobre cómo iba a comportarse una moto de sus características; las custom no destacan precisamente por su dinamismo, así que esperar que una de ellas se transforme de la noche a la mañana en una versátil scrambler era, cuanto menos, curioso.

Pero sí, en cierto modo lo han conseguido, en global, con la SCR 950; han conseguido dar forma a una moto que simplificará mucho las cosas a su propietario.

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Para comenzar, la herencia custom con un voluminoso motor en V y la utilización del acero por doquier la hacen ser una moto algo pesada. Lo bueno es que, como su centro de gravedad está tan bajo, queda compensado, ya que goza de una excelente estabilidad que nos beneficia tanto en el paso por curva como a la hora de maniobrar.

Lo malo es que su procedencia también le ha perjudicado, con un radio de giro demasiado abierto y poca capacidad para inclinar en las curvas, lo que limita el poder ir a un ritmo más rápido por carretera. Por otro lado, la configuración scrambler la dota de una excelente gobernabilidad, el ancho manillar y el excelente efecto palanca, junto con la llanta anterior de 19 pulgadas, la hacen fácilmente controlable.

De todos modos, no es una moto que invite a buscar los límites, el percherón propulsor de 54 CV se siente mal cuando superamos la zona media del cuentavueltas, requiere marchas largas y una conducción suave jugando poco con el cambio.

La parte ciclo es la que es, así que tampoco podemos exigirle ser una deportiva. Redondeando nuestras trazadas, frenando pronto y aprovechando el excelente par motor, nos sorprenderemos de lo ligero que se puede ir con la SCR 950; eso sí, si no vamos con cuidado, iremos arrastrándolo todo por los suelos y sus avisadores aguatarán, como mucho, una mañana.

La postura es cómoda, relajada y, como ya hemos dicho, el toque scrambler favorece el control. Las suspensiones tienen un recorrido suficiente incluso para rodar por pistas de tierra, el tarado es en general progresivo y blandito, aunque lo compensa con una buena retención para sujetarla como es debido.

En frenos vamos sobrados, ambos nos obsequian con una potencia suficiente, y el ABS, que no es desconectable, pasa la mayor parte del tiempo desapercibido dada su discreción a la hora de entrar en funcionamiento.

Exclusivas

Realmente Yamaha organizó una jornada de pruebas espectacular, en la que incluso tuvimos tiempo de probar el impresionante Abarth 695 XSR Limited Edition, un coche divertidísimo con el mismo estilo deportivo y un tanto transgresor de su homónima en Yamaha.

Las sensaciones fueron muy buenas y pudimos probar bastante a fondo dos motocicletas muy originales y, cada una a su estilo, muy divertidas.

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Como casi siempre en estos casos, estamos ante unidades muy exclusivas y, por ende, los precios así lo demuestran. A pesar de todo, la SCR 950 es la más contenida en este aspecto y, con un precio de 10.399 euros, logra situarse la más asequible de las scrambler.

Por su parte, la XSR 900 Abarth es una moto fuera de serie, fabricada con muy buenos materiales y con un diseño simplemente espectacular, además, no debemos olvidar que bajo ese cuidado aspecto café racer se oculta una moto moderna y avanzada, por lo que sus 13.199 euros de precio, bien vistos, tampoco son tan desorbitados.

Sus rivales

Ninguna de nuestras protagonistas de hoy puede decirse que cuente con una competencia muy muy directa. Cada fabricante aplica la fórmula que cree correcta atendiendo a los materiales y soluciones que tiene a su alcance.

Por ello, aunque se les clasifique en una misma categoría scrambler o café racer, en muchos aspectos, los resultados son muy diferentes.

A pesar de ello, Yamaha se coloca, en cuanto a precio, de forma estratégica, ya que en ambas categorías logra situar sus modelos entre los más asequibles. Puede que este no sea un factor determinante en esta categoría, pero al final, a la hora de la compra, todo argumento cuenta.

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