Yamaha MT-07 Tracer: Mezcla explosiva

Yamaha MT-07 Tracer: Mezcla explosiva

La familia MT ha sido y es uno de los aciertos más importantes de Yamaha en los últimos tiempos, es una saga que destaca por su modularidad y capacidad de transformación a cualquier formato partiendo de una base común, ya sea en la cilindrada de los 900 cc como ahora en los 700.

Hoy le toca el turno a la Tracer 700, la nueva y pequeña sport-turismo de Yamaha desarrollada con gran coherencia a partir de la MT-07 y filosóficamente muy en sintonía con su hermana ma­yor, la Tracer 900. Como ella, es una moto muy polivalente, pero en esta versión lo es todavía más si cabe, ya que el tipo de cliente potencial es mayor y más variado. Esto se debe a que existe la posibilidad de limitarla a 48 CV para que pueda ser utilizada por los propietarios con carnet A2, lo que le da acceso a un amplio sector del público y a la potencial cantera de futuros conductores de motos mayores y más potentes.

Aun­que, eso sí, si por ello estáis pensando que es una moto exclusiva para principiantes, nada más lejos de la realidad, pues la pequeña Tracer es capaz de satisfacer y sorprender incluso al conductor más bregado.

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A pesar de todo, la versión de algo más de 74 CV que hemos probado es una auténtica pasada; su pequeño tamaño y ligereza nos confieren una inmediata sensación de seguridad, y, aunque comparada con la versión naked es obviamente un poco más voluminosa, continúan te­niendo unas cotas muy reducidas y fácilmente controlables. Esto se debe también a que en la transformación hacia el estilo sport-turismo se ha conseguido una posición de conducción mucho más cómoda gracias a la recolocación del manillar en una posición más elevada.

Como siempre, esta situación aporta varios beneficios, aunque los dos principales son una postura más natural, con una espalda más erguida y sin cargar peso sobre los brazos y, desde el punto de vista de la conducción, una actitud que favorece el dominio sobre la moto. Y es que eso es precisamente lo que sientes en todo momento sobre la Tracer 700: el control lo tienes tú. Por resumirlo de algún modo, su conducción sería un compendio entre facilidad, equilibrio y diversión, sabemos que muchas motocicletas de su categoría cumplen con estos tres requisitos, pero ninguna de ellas lo hace, al menos por el momento, al nivel de la Yamaha.

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Por un lado tenemos una parte ciclo muy bien equilibrada, sin ex­centricidades que encarezcan el producto y formado exclusivamente por buenos componentes de eficiencia contrastada. Al mismo tiempo, tiene la suerte de contar con uno de los mejores propulsores de la cilindrada media, una bestia bicilíndrica en línea transversal fabricado bajo el concepto Crossplane, que no deja de impresionarnos por su excelente entrega par y una suavidad de funcionamiento exquisita. Y es que a cualquier régimen empuja con mucha fuerza; desde las 3.000 hasta las 9.000 rpm se muestra lleno y siempre a punto para la acción, lo que le confiere una excelente banda de utilización y una versatilidad muy interesante ante cualquier uso.

La suma de propulsor y parte ciclo da como resultado una moto que da lo mejor de sí en las tres fases necesarias para superar una curva. En la entrada, es rápida, precisa y permite efectuar correcciones de cualquier tipo. En el ápice, se muestra estable y fiable, indiferentemente del radio del viraje, con reacciones predecibles que se controlan fácil­mente. Por último, en la salida, nos obsequia con unas aceleraciones vertiginosas gracias a la generosa entrega de par y a su capacidad para transmitirlo, casi sin pérdidas, al asfalto. Sin duda, Yamaha ha sabido dar con un conjunto muy bien compensado y balanceado en carretera.

La Tracer es una versión más madura y evolucionada de la MT-07, con cambios como un basculante más largo o unas suspensiones con una nueva puesta a punto de hidráulicos y más recorrido en el eje poste­rior que han sido fundamentales, junto con la transformación sufrida en cuanto a la estética y el confort. Por todo ello se encuentra más preparada para cubrir largas distancias y explorar la faceta rutera que la versión naked, los milímetros de más en el amortiguador trasero y el nuevos setting mejoran mucho su comportamiento, el tacto es un poco más consistente en compresión, lo que nos permite frenar más fuerte y entrar más rápido en curva.

A la par, trabajan mucho mejor sobre asfalto en mal estado, por lo que se puede mantener un mejor control sobre la dirección y se disfruta de un mejor confort de marcha en esta situación.

El basculante le aporta estabilidad sin comprometer su ligereza y agi­lidad de movimientos; con una mayor distancia entre ejes disfruta de un poco más de aplomo en máximo apoyo y, junto con el chasis ya co­nocido, disfrutaremos de un conjunto mucho más rígido y que funciona mejor en bloque.

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Frenando es, como la MT-07, una moto excepcional; el eje anterior se lleva todos los elogios, pues la capacidad de dosificación de las pinzas Sumitomo de 4 pistones (el disco es de 282 mm) y su precisión a la hora de controlar su gran potencia no pasan inadvertidas. Pero no de­bemos olvidar al disco posterior de 245 mm y la pinza simple pistón, pues al contrario de lo que viene siendo frecuente, también destacan en tacto y potencia, que nos vendrán de maravilla para colocar la moto en las curvas cerradas o mantenerla estable al maniobrar a baja velocidad.

En lo que res­pecta al ABS, como de costumbre, observaremos una mayor intrusión en el tren posterior, aunque únicamente en conducción deportiva, en condiciones normales pasa absolutamente desapercibido.

Creo que ha quedado bastante claro que la nueva Tracer 700 es una moto que en marcha va genial, pero también me tendréis que reconocer que en diseño y equipamiento, Yamaha se ha superado. En mi opinión es una moto estéticamente más compensada que su hermana mayor, aunque se inspira en ella para marcar claramente la línea de diseño de la familia y, de hecho, comparte muchos elementos como el piloto de leds trasero, el tablier, etc.

La doble óptica anterior es bonita y eficiente, ya que incluso en conducción nocturna hemos podido comprobar que lleva a cabo de forma impecable sus funciones. El cuadro de instrumentos digital también es el mismo de la MT-07 naked y, como en ella, iremos sobrados de información y disfrutare­mos de una comprobación muy clara en cualquier circunstancia –aunque se sigue echando en falta el pulsador remoto para acceder al menú desde el manillar.

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Los acabados de buena calidad abundan por toda su fisionomía; observán­dola de cerca resultan obvios su calidad de fabricación y detalles de buena factura, como las estriberas con goma, los protectores superiores y laterales del depósito, unas asas muy integradas y ergonómicas, los deflectores del manillar bastante más discretos –aunque menos funcionales que en la Tra­cer 900– o una pantalla regulable manualmente en altura, entre otros, que le aportan a nuestra invitada un plus de calidad.

Lo mejor es que, a pesar de este extremo cuidado y del coste que segura­mente haya supuesto, la firma de los diapasones, continuando con su tenaz política de precios, lanza la Tracer 700 a un agresivo PVP de 7.899 euros. Más tentadora imposible...

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