Customizar una moto permite sacar el lado más creativo de cada uno. Algunos se conforman con pocos retoques y otros prefieren remodelar la moto, casi, por completo. Como es el caso de Dirk Oehlerking.
Con tan solo mirar una moto, Dirk es un artista capaz de reiventarla en su imaginación. Para la BMW R80RT le surgió una idea clara, y fue a por ella.
Empezó retirando las muchas piezas innecesarias que conformaban la moto original. Una vez «en los huesos», pasó a crear las distintas partes que darían ese look único a la White Phantom.
El motor de 798cc queda cubierto, al igual que el depóstio, logrando un diseño esbelto y minimalista. El problema es que acumulaba mucha calor en un espacio tan reducido, por lo que diseñó unas entradas, justo debajo del logo, que permiten el aire fluir.
En cuanto al color, combinó el blanco con el latón para un resultado extermadamente elegante y clásico.
No será la moto más cómoda, pero goza de un diseño único que entra por los ojos y queda grabado en la memoria.
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