En cada salón de motos los prototipos y las preparaciones siempre despiertan la expectación del público con sus diseños futuristas y tecnología de vanguardia. Lo que ya no es habitual es que sea una “modesta” Vespa Primavera 125 la que hizo girar la cabeza del respetable, como sucedió en el Salón de Milán, EICMA, hace dos temporadas, al convertirse en una de las protagonistas del evento.
Esta Vespa Polini Oro es el resultado del homenaje que quiso realizar Polini a la mítica marca de scooters. Tras la belleza del oro hay un arduo trabajo artesanal que mezcla mecánica y orfebrería, ya que toda su carrocería ha sido recubierta por una perfecta combinación de cerca de 500 hojas de oro de 23 quilates, que la convierte en una verdadera joya sobre dos ruedas.
Este proceso fue complejo, ya que se tienen que colocar manualmente las ligerísimas y frágiles láminas de oro con mucho cuidado y a la perfección para conseguir el resultado uniforme e impecable que se esperaba y deseaba.
Si ya por sí con este preciado revestimiento externo la Vespa Polini Oro ya tenía su merecido reconocimiento, la marca italiana especialista en escapes, variadores y todo tipo de piezas para scooters no quiso desaprovechar la oportunidad de equiparla también por dentro.
De este modo, el motor equipa el reconocido grupo térmico Polini 130 c.c., también se han instalado otras piezas Polini como el cigüeñal deportivo, carburador CP de 24 mm, encendido digital con sistema de luces de 12 voltios, sistema de admisión con paquete de láminas, embrague racing de doble muelle y el sistema de escape Polini para la Vespa Primavera 125. También se ha variado la relación primaria (27/69). Todas estas modificaciones dan como resultado mayores prestaciones tanto a bajo como a alto régimen, y consigue que si por fuera la Vespa Polini Oro es única y bella, por dentro también sea especial y totalmente atractiva en su conjunto.
Otro asunto ya es si imaginando el valor de su carrocería nos atreveríamos a verificar estas prestaciones en carretera o si nos conformaríamos en contemplarla en estático, como las joyas de arte.