Correr en moto es algo que Valentino Rossi ha hecho durante más de un cuarto de siglo, y el de Tavullia no veía el momento de detenerse. Ahora, con 43 años y justo recién estrenada su faceta de padre, ve las cosas de manera distinta. Rossi se sincera en esta entrevista.
¿Qué sentimiento tuvo al ver las carreras por la tele?
“Ninguno. Pensé qué no quería estar allí, en la pista. El año pasado tenía muchas ganas de terminar en Valencia de una manera alegre, y lo logré. Así que ahora me gustó ver el GP desde el sofá”, cuenta Valentino Rossi en una larga entrevista con ‘Il Giornale’.
“Soy un gran fan de las motos, me gusta seguirlas desde donde sea, y me gusta animar a nuestros pilotos. Además, en la pista está mi hermano, están mis amigos”.
Por tanto, no fue tan duro ver las carreras desde fuera: “El momento más difícil fue alrededor de junio, entre Barcelona y Assen, cuando decidí dejarlo”.
Y ahora empieza una nueva etapa en las carreras de coches:
“Sí, porque quedarse en casa sin hacer nada sería horrible, después de 26 años de carreras por todo el mundo. Son dos tercios de mi vida, y si a partir de ahí, ¡pam!, paras de golpe y no haces nada más, es duro; en cambio, siempre he luchado para convertirme en piloto de coches…”
“¿Lo dejo como campeón del mundo, o sigo…?”
“En cuanto a insistir en seguir corriendo en moto, lo hice porque creía en eso, porque creía que podía seguir ganando y, en cualquier caso, fui muy competitivo hasta mediados de la temporada 2019. Por supuesto que ya no era el Valentino Rossi de diez años atrás, es normal, pero aún creía en ello”.
“De acuerdo, podría haber parado un año antes -a finales de 2020- pero luego con el Covid, un año de lío, a menudo tres carreras en el mismo circuito, y qué rollo sin el público…”
“Así que me dije a mí mismo: ‘¿qué hago? ¿lo dejo así? No, venga, seguiré otro año’, no porque quisiera que hubiese público en mi despedida, sino porque quería irme después de un año de carreras de verdad”.
¿Y cómo vivió ya con la decisión de dejarlo?
“Es difícil de aceptar. No me rendí hasta el final, pero entiendes que a los cuarenta ya no tienes esos instintos asesinos como cuando tenías veinticinco años, pero aun así fue duro”.
“En algún momento de mi carrera, hará unos diez años, me pregunté: ¿lo dejo ahora, cuando estoy en la cresta de la ola y me retiro como campeón del mundo, o corro hasta que no pueda soportarlo más?”
“Y mi respuesta fue: ‘corro hasta que no pueda soportarlo más’. Y así lo hice”.
“Correr es un compromiso tan grande que debe estar respaldado por los resultados. Si sales del motorhome a las ocho de la mañana y vuelves a las ocho de la tarde, pero sales desde primera fila, es guay, pero si, en cambio, empiezas duodécimo, te toca los huevos, de modo que pierdes las ganas. Esto es lo que me sucedió. Por mis fans siempre lo he dado todo y he corrido hasta el agotamiento, así que yo ya hice mi parte”.

Reconciliación con los rivales/enemigos
Biaggi, Stoner, Lorenzo, fueron sus principales rivales y la relación con ellos fue muy difícil. Ahora esto ha cambiado:
“Nos hemos acercado mucho con Casey, que a menudo me envía mensajes desde Australia, me pregunta por la niña, y también nos hemos visto. Y nos hemos acercado también con Lorenzo, que ahora es amigo. Vino a los 100 km del Rancho, y por la noche estuvimos bailando juntos”.
“Incluso con Max nos hemos acercado. Ahora nos saludamos, hablamos bien el uno del otro. Es bonito”, concluye el de Tavullia.
De Marc Márquez, ni palabra.