Si conoces la popular y diminuta Honda Z50 te sorprenderá saber que alguien ha creado una Honda Monkey de 4 cilindros, algo simplemente increíble.
Existe, se ha fabricado y se puso a subasta la pasada semana en los Estados Unidos, y se vendió por muy buen precio. La moto es obra de Boris "Bob" Guynes, un conocido preparador americano. Y seguro que nació de un desafío de barra de bar tipo "hold my beer"... Como decirle a uno de Bilbao que no se puede hacer...
Es una auténtica locura, una minimoto que no te esperas, y es que su creador ha sustituido el pequeño motor monocilíndrico de ciclo 4T y de 2,5 CV de potencia, por un potente tetracilíndrico en línea transversal.
El motor escogido es un clásico también, uno de Honda CB350 Four -4T, aire, 8V, SOHC-, una moto que se comercializó entre 1972 y 1974 que nunca se vendió en nuestro país, descendiente de la Honda CB750 Four.
O sea que la pequeña Honda Monkey de 4 cilindros pasó de tener 2,5 CV a disponer de ¡30 CV!, una burrada de diferencia.
La pequeña Honda Monkey de 4 cilindros es obra de un preparador americano
Pero ¿cómo es posible que lo haya podido encajar ahí dentro de ese reducido espacio?
Evidentemente el chasis doble cuna tubular de acero se ha modificado, se ha agrandado para acoger el nuevo motor, la horquilla se ha reforzado y no hay suspensión posterior, como en la Monkey original de los sesenta.
Y para alimentar el motor en lugar de 4 carburadores se utilizan solo dos -situados en los cilindros externos, cada uno alimenta dos cilindros-, y es que la viga principal del chasis impide la colocación de carburadores en los dos cilindros centrales. Y los tubos de escape son muy cortos, y sin silenciosos... ¡Debe rugir de miedo!
Se han conservado un gran número de sus componentes originales, como suspensiones, llantas, neumáticos, asiento y depósito, incluso los pequeños frenos de tambor, y se han añadido otros como un manillar Tomaselli de moto cross.
Con su reducido peso y el aumento de potencia la Honda Monkey de 4 cilindros es capaz de alcanzar los 160 km/h, aunque, sinceramente, con esos diminutos frenos de tambor mejor no probarlo… Como puedes comprobar la corona de transmisión es casi tan grande como la llanta...
Su nuevo dueño tendrá trabajo ya que la moto no está completa. No tiene faro ni piloto, posterior ni velocímetro, y además habrá que matricularla.
Pero ello no quita que el principal trabajo ya está hecho y que lo que queda son flecos sin importancia.
Por cierto, el precio que pagaron por ella fue de casi ¡5.000 dólares!
