¡No os lo perdáis! Este motociclista ha tenido una suerte impresionante.
Mientras circulaba por la autopista, parece ser que no ha podido esquivar un coche y se lo ha comido de frente. Sin embargo, el motorista ha acabado aterrizando sobre el coche, rompiéndole el cristal trasero, pero manteniéndose agarrado.
Atónito, tras el suceso, se dirige hacia el guardarrailes, seguramente para respirar hondo. Por el susto y el milagro.
Evitar el asfalto fue crucial, sino vean cómo acabó la Suzuki GSX-R…
Te recomendamos