Los radares móviles son imprecisos y no dan garantía de realizar una medición correcta. Esta es la conclusión a la que llega un informe del doctor en Ingeniería de Caminos, Canales y Puertos y perito judicial, Agustín Falcón en referencia a la diferenciación entre los diferentes tipos de radares.
Según constata el Dr. Falcón en su informe, el sistema de medición más usado por los dispositivos en España es el de efecto Doopler, que consiste en la emisión de ondas electromagnéticas que al rebotar en el vehículo y volver al aparato estiman su velocidad. Dicho sistema requiere de una colocación muy precisa del radar llevada a cabo por el Centro de Metrología, en la que se tiene en cuenta el grado de orientación respecto al vehículo, que debe ser de 22º, la altura la posicón...
Esta precisión a la hora de la ubucación de los radares sí que se aplica en el caso de los fijos, colocados bajo los parámetros establecidos, pero no sucede lo mismo cuando hablamos de los radares móviles. En este caso, los agentes no realizan ningún tipo de control para situar el aparato, simplemente se planta en el lugar que consideran más adecuado. Esto provoca que la medición de los radares móviles no sea la correcta, significando la aplicación de multas en las que se produce una extracción de puntos y penalización económica incorrecta.
Para hacer público sus conclusiones, el Dr. Falcón envió una nota técnica de su informe al Tribunal Superior de Justicia del Principado de Asturias con el objetivo de dar a conocer el problema y exigir una solución que pase por la diferenciación entre los radares fijos y los móviles, que no deberían regirse por los mismos paraḿetros.