Esta semana hemos podido probar la nueva Street Triple RS de Triumph. Para disfrutar de todas sus facetas, la marca inglesa nos tenía preparada una jornada en la que pudimos comprobar todas sus virtudes en diferentes tipos de carreteras y estilos de conducción.
Salimos pronto desde Seva, a las afueras de Barcelona, e hicimos un montón de kilómetros por el Montseny. No nos llovió, pero gran parte de los tramos por los que circulamos estaban mojados. No son las condiciones más cómodas o agradables para circular, pero nos permitió comprobar su comportamiento en condiciones de lluvia, por lo que activamos el modo Rain, que mantuvimos durante gran parte de la mañana. No capa la potencia: si das gas a fondo podrás tirar todo lo que dé de sí la moto. Lo que cambia es la forma en la que lo entrega, que se vuelve mucho más dócil para evitar sustos, además de regular el grado de intrusión de los sistemas de seguridad.
A parte de esta opción, la Street Triple RS consta de cuatro modos más de conducción. Uno para cada conductor, necesidad, experiencia, situación o condiciones: Road, Sport, Track y Rider. La RS es el modelo más cañero de la gama, y consta de un motor nuevo de 765 basado en la Triumph Daytona y, con 123 CV a las 11.700 rpm, ha visto aumentada la potencia máxima en un 16%.
Además de los cambios en el motor, la nueva RS ha hecho un gran trabajo con el chasis, en el que han trabajado para hacerlo más ligero y ágil, cambio que supone un plus importante en todas sus facetas. Tampoco podemos pasar por alto el paquete tecnológico, ya que está dotada de todos los avances necesarios para facilitar la vida al conductor y hacer sus delicias.
A parte de los cinco modos de conducción que comentábamos antes, el resto de sus componentes hi-tech también está a la última. Desde el nuevo panel de instrumentos con pantalla TFT ajustable, el acelerador electrónico, el cambio dotado de quickshifter, hasta detalles como un laptimer para poderte cronometrar los días que explotas su faceta más racing.
Para comprobar todas sus bondades en esta misma vertiente, fuimos a exprimirla al Circuito de Barcelona-Catalunya; difícil superar un escenario de esta categoría. Allí pudimos sacarle más partido a todas sus virtudes, que quedaron algo tapadas durante la mañana porque las condiciones del asfalto así lo quisieron. Así pudimos comprobar el gran trabajo de las suspensiones, los frenos, los Pirelli Diablo Supercorsa SP, o algo tan útil en la pista como el quickshifter, con el que engranábamos marchas con un pequeño golpecito en la palanca y sin cortar gas.
Impresiona lo bien que se porta en circuito. Sorprende la polivalencia de esta Street Triple RS, cómo puedes pasar de circular en carretera a hacerlo en circuito y que sea tan buena y tan manejable en ambos medios. Y que la puedas tirar todo lo que quieras, e inclinar, y lo ligera que es, y lo estable que resulta, y lo bien que trabajan sus neumáticos… todo en general. Una máquina de diversión pura y válida en todas las situaciones posibles.
No sólo han trabajado esta adaptación al medio más deportivo con las prestaciones y el equipamiento, también la han hecho estéticamente más puntiaguda y agresiva. Un diseño que va en sintonía con la posición de conducción al estilo Bulldog, como muy acertadamente definió el jefe de Marketing de la marca inglesa. ¡Ah! Y no se puede pasar por alto el tema del sonido… Es música celestial cuando abres el mango más de la cuenta.