Este año, la travesía Ducati Dos Mares nos llevó desde Donosti hasta Roses. Del Cantábrico al Mediterráneo o la que se puede considerar la madre de todas las travesías.
En Ducati, que apuestan por los Pirineos como su escenario favorito, organizaron una Dos Mares en línea con su forma de entender un evento de este estilo. Y acertaron.
Los amantes de los viajes y rutas sobre dos ruedas sabemos bien lo que significa la Dos Mares. En esta casa fue toda una referencia, puesto que el equipo de RPM fue de las primeras agencias en organizar una travesía que se convirtió en todo un fenómeno en el ambiente del 4 x 4.
Lógicamente hay muchos y variados recorridos para unir el mar Cantábrico y el Mediterráneo, o bien hacerlo en sentido inverso, pero lo cierto es que resulta muy gratificante sea por la ruta que sea.
En Ducati decidieron hace un par de años que necesitaban un evento al estilo de otras marcas, y su particular apuesta ha sido, en las dos primeras ediciones, hacerlo en Los Pirineos.
El año pasado la primera edición se organizó en el mes de octubre y se hizo en sentido inverso, es decir, desde Girona hasta San Sebastián. Sin duda, una apuesta ganadora debido a la belleza del paisaje, variedad de rutas con miles de curvas, trazados, puertos de montaña, ríos, valles, bosques y, cómo no, aire puro, gastronomía y buenos caldos.
La pregunta es… ¿podrá la Dos Mares permanecer con el planteamiento de cruzar los Pirineos? Pues la verdad es que con la cantidad de rutas que hay yo creo que sí.
No será fácil repetir algunos tramos, pero la organización tiene conocimientos y recursos para seguir sorprendiendo al personal. Para qué ir más lejos si tenemos los Pirineos aquí mismo, se cuestionó la gente de Ducati.
Una travesía agradable
La proliferación de eventos sobre dos ruedas en asfalto parece imparable. Los hay competitivos, largos, larguísimos, duros, durísimos. Estresantes, relajados. Multitudinarios, selectivos…
En este caso, la filosofía es muy clara: ruta no competitiva, cada uno a su aire, guiado solo por un road-book electrónico o manual, que facilita la organización.
Motos a partir de 250 c.c. y abierto a todas las marcas. Inscripción limitada a cien participantes con mayoría absoluta de Ducati (50%) y motos de lo más variado.
Buenos hoteles, cuidada gastronomía y buen ambiente… ¡lo consiguieron! Así que nos plantamos en San Sebastián para, después de formalizar inscripciones y hacer noche en el Hotel del Monte Igueldo, salir al día siguiente sin hora de salida y con la incógnita se saber por dónde nos llevaría el rutómetro hasta Panticosa, final de la primera etapa.
Después de cruzar San Sebastián nos dirigimos al País Vasco francés. Entramos en España por el paso de Somport para pasar a Huesca y llegar a Panticosa. En total fueron unos 298 kilómetros. Buen hotel, relax, buena cena y a reponerse para afrontar la segunda etapa.
Segundo día: Panticosa-La Collada
Amaneció con una ligera lluvia y con 380 kilómetros de recorrido por delante, para acabar en un hotel de la famosa Collada de Toses. La cuestión es que todo apuntaba que en el tramo con más altura, el Port de la Bonaigua, probablemente llovería, y en un momento dado se planteó la posibilidad de ir desde Pont de Suert hasta Sort y evitar la Bonaigua.
Pero a la hora de la verdad, la meteorología nos respetó y pudimos disfrutar de un día perfecto, incluyendo el Port del Cantó. Los que llegamos pronto a La Collada no nos mojamos y algunos sí sufrieron un pequeño chaparrón antes de llegar al hotel, aunque la mayoría lo supo evitar poniéndose a resguardo. La sorpresa llegó poco antes de cenar…
¡Nieve!
La verdad es que era difícil de imaginar la llegada de una nevada como la que cayó el pasado 12 de mayo. Cuando nos despertamos por la mañana con -2º de temperatura, un manto blanco cubría absolutamente todo, motos incluidas. Algunos pensaron que la Dos Mares se acababa en La Cerdanya. Pero de eso nada.
Los planes se cambiaron para ganar tiempo y poder sacar las motos del aparcamiento completamente nevado, retirar dos y tres palmos de nieve de las motos, esperar a que subiera la temperatura y poner las motos en marcha.
Todas arrancaron sin problemas, lo que me parece un éxito teniendo en cuenta que, entre otros componentes, los conmutadores, piñas, mandos y demás estaban absolutamente congelados…
La Collada estaba completamente nevada, pero una máquina quitanieves limpió la carretera y, al llegar a Ribes de Freser, el ambiente ya era más cálido. Atrás quedó la nieve y en la mente de todos unas imágenes tan blancas como imborrables.
Hasta Roses algunos siguieron el plan establecido, pasando por Francia, en una ruta de 260 kilómetros. Otros optaron por desviarse hacia Campmany y de allí a Roses, donde lucía el sol.
Hubo quien prefirió conocer Cadaqués y comer en tan fantástico escenario. Y la gran mayoría llegó al hotel La Almadraba de Roses, donde acabó esta segunda edición de la travesía Ducati Dos Mares que organiza y controla Ducati y el equipo de O2riders.
La satisfacción de los participantes y la sensación de haber pasado tres días intensos y muy gratificantes se reflejó en el rostro de la inmensa mayoría. La experiencia de cruzar los Pirineos por buenas rutas y con la seguridad y buen talante de la organización garantizan el éxito a esta versión de la madre de las travesías. Entre dos aguas.
Gente y motos…
A pesar de ser un evento organizado por Ducati, en la Dos Mares se puede participar con modelos de cualquier marca, con un límite de cien motos inscritas para conservar el control y cierto aire de familia.
En la variedad está el gusto y, entre las mayoritarias Ducati, también vimos algún Honda X-Adv o una exótica Triumph Thruxton… ¡ambiente!
Pero… ¿Cómo lo vivieron algunos de los participantes? Mejor que os lo cuenten ellos.
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