Algunos agujeros, como los cenotes mejicanos, pueden convertirse en una hermosa casualidad. Pero… cuando el suelo decide venirse abajo en un lugar donde hay una carretera, ¡eso es muy distinto!
Y si no, que le pregunten al propietario de la Honda Goldwing GL1100 que tuvieron que rescatar después de que la tierra literalmente se los tragara. Esperemos que el conductor esté bien, ya que por el momento aún no se sabe cuál es su estado.
Los hechos ocurrieron en Augusta, Estados Unidos, donde el año pasado ya se vivió un hecho muy similar pero de escala mucho mayor. En aquella ocasión, el suelo engulló un tráiler enterito.
Lo peor del asunto es que las autoridades aún no han explicado cómo ha podido surgir de la nada, un agujero de tal tamaño.
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