A principios de diciembre no sólo conoceremos quién construirá en la localidad de Granadilla de Abona el Circuito del Motor de Tenerife, sino que se iniciarán las obras del mismo. No en vano, desde el pasado lunes 7 de septiembre se abrirá la licitación –90 días para presentar las propuestas– de las obras para realizar el futuro trazado después de que la Dirección General de Protección de la Naturaleza del Gobierno de Canarias haya dado por fin el visto bueno a la declaración de impacto ambiental del mismo.
En ese momento empezará a tomar forma una idea que surgió hace ya dos décadas, pero que por desgracia hasta la fecha no había logrado culminar con éxito todo el proceso administrativo requerido, así como solventado los obstáculos medioambientales y territoriales que lo mantenían bloqueado, para su puesta en marcha.
La construcción del complejo durará 22 meses desde su adjudicación y costará 31 millones de euros, que serán sufragados por la iniciativa privada a cambio de una concesión de la explotación por 40 años. Las obras, además, darán trabajo a 300 personas y una vez terminado será un polo de desarrollo como oferta complementaria de ocio y de atracción turística y como una alternativa al deporte en Tenerife.
El Circuito del Motor de Tenerife albergará un circuito de asfalto de poco más de 4 kilómetros de longitud –4.067,95 metros, para ser exactos–. Su recta principal será de 819 metros de longitud y, en principio, se podrá alcanzar una velocidad punta de 310,59 km/h. El complejo, que ocupará 1,3 millones de m2 en la zona de Atogo, también contará con un circuito de autocross, así como zona de aparcamientos. Para el futuro quedará pendiente la construcción de un acceso principal desde la autopista, que será realizado por la administración pública, sea la CC.AA. o el Cabildo de Tenerife.