Los buenos amigos de Motos Bordoy no querían dejar que acabaramos el verano sin conocer su nuevo Symphony ST 200i, como os podéis imaginar, un scooter prácticamente gemelo al modelo del octavo de litro que hace en torno a un año que está circulando por nuestras ciudades.
Puede que hoy en día, en nuestro país, un scooter de 200 cc perteneciente al carné A2 no tenga la misma razón de ser que en países como en Italia, donde los scooters de 125 cc no pueden circular por vías rápidas, pero SYM confía mucho en su producto y cree firmemente que un scooter como el nuevo Symphony ST 200i CBS puede tener cabida en nuestro mercado.
Buena opción
Cada día, alrededor de las grandes ciudades se llevan a cabo miles de desplazamientos, gente que va, gente que viene, y prácticamente todos con las mismas necesidades: un vehículo económico de mantener, que les ofrezca una libertad de movimientos total, que sea capaz de garantizarnos un radio de acción lo más amplio posible y, si no es mucho pedir, que sea barato. Aquí es donde un scooter como el Symphony ST 200 puede entrar en juego. El aumento de cilindrada incrementa significativamente sus posibilidades de uso, ya que aunque el aumento de potencia no es muy destacable, se ha trabajado en una mejor respuesta en bajos y medios que ha cambiado por completo su carácter respecto a su hermano menor.
Motos Bordoy es conocido entre la prensa por sus presentaciones, es una familia con larga tradición motera, y os podemos asegurar que, cuando trazan una ruta para uno de sus nuevos productos, vas a volver de esa presentación sabiendo perfectamente cómo va ese vehículo. Y es que lejos de seguir la tónica habitual en las presentaciones de un scooter de estas características, en las que habitualmente la prueba se limita a un breve recorrido en ciudad, los amigos de Bordoy nos quisieron poner en situación y trazaron una variada ruta de Barcelona hasta la costera población de Sitges que transcurrió por todo tipo de vías, rápidas incluidas.
La verdad es que la experiencia nos permitió catar el nuevo Symphony ST en toda su esencia. Exteriormente no varía mucho; de hecho, es básicamente el mismo scooter que el 125 cc ya probado. El tamaño es pequeño, algo estrecho, pero con una decente protección para las piernas, la plataforma plana es espaciosa y el asiento un poco duro, por lo que mantiene su consistencia aunque hagamos muchos kilómetros sobre él.
El diseño es exactamente igual que el de su hermano menor, con los mismos acabados y equipamiento. En él siguen destacando el cofre con capacidad para un integral, la capaz guantera con toma de corriente, la utilización de leds en las luces de posición y el piloto posterior y un cuadro de instrumentos íntegramente digital en negativo con el equipamiento más necesario, aunque algo confuso de comprobar con luz directa.
En marcha
La novedad de este Symphony ST radica, como hemos dicho, en su nueva cilindrada. Esta se ha conseguido básicamente aumentando el diámetro del pistón y adaptando un nuevo sistema de inyección electrónica fabricado por ellos mismos para alimentarlo. De esta forma, el diámetro por carrera queda en unas dimensiones de 61 x 57,8 mm y una cilindrada exacta de 169 cc, que, como marca la tradición del marketing, en el nombre del modelo se redondea al alza hasta el 200 que todos conocemos.
En un principio podría parecer que los 12 CV que desarrolla y escasos 44,4 cc que lo separan del Symphony ST 125 no son muy determinantes, pero sí, como nosotros mismos pudimos comprobar, la respuesta acelerando desde parado y, sobre todo, recuperando, es superior.
En ciudad, el pequeño SYM se movía con la misma soltura que el 125 cc; tiene un radio de giro impecable, es lo bastante estrecho para pasar sin problemas entre coches, pesa lo mismo y su agilidad a la hora de zigzaguear es idéntica. La ganancia llega a la hora de acelerar desde parado; una vez accionamos el gas, el ST 200 sale disparado, no hay ese delay que apreciamos en la mayoría de los 125. La arrancada es rápida y fluida hasta los 90 y 100 km/h, y a partir de ahí la ascensión es más lenta, aunque posiblemente lo más sobresaliente y beneficioso es su capacidad de recuperación, ampliamente superior a la de un scooter del octavo de litro convencional.
La parte ciclo es solvente, y el chasis, pese a tener el hándicap de la plataforma plana, es lo bastante rígido para que esta no afecte a nuestra conducción. En carretera demuestra la misma ligereza que en ciudad y hay que sumar su rapidísimo paso por curva y una estabilidad excelente sobre asfalto en buenas condiciones. Las suspensiones llegan con un tarado muy consistente, aunque sobre terreno muy bacheado se tornan algo bruscas y con reacciones muy directas, por lo que habrá que sujetarse firmemente al manillar.
Un aspecto muy destacable es el de la frenada, con un equipamiento que incluso en esta versión parece estar sobredimensionado; el Symphony ST 200i cumple sobradamente con lo esperado, hay potencia de sobras y el escaso recorrido de las levas hace que con una leve presión sobre ellas comencemos a detener el scooter sin problemas. Por si fuera poco, esta versión viene con CBS de accionamiento hidráulico -para no perder precisión- que, en circunstancias normales, simplifica su frenada a la exclusiva utilización de la leva izquierda.
Lo mejor lo hemos dejado para el final: su precio. El de tarifa es de 3.199 euros, pero actualmente se encuentra en oferta de lanzamiento a 2.699 euros y con 5 años de garantía, algo con lo que muy pocos pueden competir, sobre todo si lo que buscamos es un medio de transporte ágil, fácil y barato.
El nuevo Symphony ST 200i CBS llega para ser una clara alternativa a los transportes públicos y al coche entre semana vivamos dentro o fuera de una gran ciudad; además, también luchará frente al scooter y la moto de mayor cilindrada, por ser una opción más asequible y económica, cualidades que, en un vehículo de diario, acaban siendo fundamentales.