Sym Joymax 300i GTS. Un GT en toda regla

Sym Joymax 300i GTS. Un GT en toda regla

No hace mucho que Sym presentó en Tel Aviv, en exclusiva para los medios especializados europeos más selectos, las primeras unidades de los nuevos Joymax GTS en las cilindradas de 125 y 300 c.c. Un primer contacto sobre el cual os dimos buena cuenta en el número 154 de Solo Scooter y donde ya pudimos comprobar en directo los grandes avances llevados a cabo por el espectacular GT taiwanés.

Coincidiendo con su comercialización, Motos Bordoy, el importador oficial de Sym en España, nos invitó, junto a otros medios nacionales, a una segunda presentación -con más tiempo sobre el scooter-, para que probáramos a fondo y en diversas situaciones el nuevo Sym Joymax 300i GTS.

Grata sorpresa

Motos Bordoy nos tenía preparada una magnífica jornada de pruebas en la que pudimos realizar una variada ruta que resultó ser excelente para degustar las excelencias del nuevo Joymax 300i GTS, el primero de los tres integrantes de la familia en llegar a las tiendas.

Para comenzar, los primeros kilómetros los realizamos por ciudad, rodando por los núcleos urbanos cercanos a la sede del importador en Rubí, una población situada a pocos kilómetros de Barcelona, donde vimos con claridad que el Joymax GTS es un scooter con unas cualidades urbanas muy desarrolladas. Para ser un GT, a priori un vehículo voluminoso y pesado, el Joymax GTS no resulta excesivamente grande; además, tampoco es muy alto -su asiento está a sólo 760 mm del asfalto-, por lo que se llega sin esfuerzo al suelo para maniobrar a poca velocidad o incluso en parado. Su frontal, aunque protege bien, no es excesivamente ancho; esto hace posible que pasemos bien entre los coches parados, y que al hacerlo únicamente tengamos que preocuparnos por el gran tamaño de sus retrovisores panorámicos, que, por cierto, ofrecen una visión posterior magnífica.

Mecánicamente, en ciudad iremos verdaderamente sobrados de motor. El nuevo y sofisticado monocilíndrico 4T LC SOHC 4V alimentado por inyección electrónica, que goza de grandes avances tecnológicos, como el recubrimiento cerámico del cilindro o el pistón con un anodizado especial para alargar sus vidas y crear menores rozamientos, entre una infinidad de cosas, nos proporcionará una excelente aceleración desde parado y, gracias a su potencia cercana a los 30 CV, una capacidad de reacción y recuperaciones sobresalientes para salir de cualquier embrollo con rapidez.

Otro de los aspectos que también nos gustaron del Joymax 300i GTS en ciudad fue el comportamiento de sus suspensiones. Gracias a un tarado de serie bastante blando y al buen funcionamiento de los hidráulicos de su horquilla telescópica, con barras de 37 mm de diámetro y 88 mm de recorrido, y los amortiguadores de 92 mm de carrera, disfruta de una extraordinaria capacidad para absorber sin rechistar todo tipo de baches e imperfecciones del asfalto, logrando así que éstos interfirieran lo mínimo posible en nuestra conducción y confort de marcha.

Por carretera

Estaba claro que el comportamiento urbano no iba a ser un problema para el mayor de los Joymax GTS, pero dada su cilindrada, se espera mucho más de él. Sus creadores no se han limitado a diseñar un GT que sea cómodo y práctico por ciudad, para eso ya tienen a sus hermanos menores de 125 c.c. -disponibles en versión carburador e inyección-. Es por ello por lo que el modelo 300 tiene que ofrecer un plus en su rendimiento para que, incluso usuarios que vivan a las afueras de las grandes ciudades, puedan desplazarse desde poblaciones lejanas sin ningún tipo de limitación. Motos Bordoy tuvo muy en cuenta esto a la hora de definir el trayecto por carretera; de hecho, fue el escenario por donde más kilómetros recorrimos, lo que nos ayuda a entender lo importante que ha sido este aspecto en su desarrollo.

undefined

Por carreteras muy sinuosas, el Joymax GTS echa mano de su agilidad de movimientos, conseguida a través de una distancia entre ejes ajustada (1.535 mm) y una selección de llantas y neumáticos de 120/70-14” delante y 140/60-13” detrás que le permiten moverse en este ambiente como pez en el agua. Por si esto fuera poco, su nuevo chasis estructuralmente reforzado en la zona media, con una especie de doble cuna superpuesta, y en la unión con la pipa de dirección le aporta la rigidez precisa para sujetar todo el conjunto de forma magnífica, siendo ésta, sin lugar a dudas, una de sus mejoras más notables respecto a los modelos precedentes.

Por lo que se refiere a suspensiones, como en ciudad, destacan por la comodidad que aportan al conductor en modalidad de paseo, aunque desde un punto de vista dinámico nos parecieron excesivamente blandas, y en concreto el tren posterior, poco progresivo en ciertas situaciones, como en cambios de peso bruscos o a la hora de mantener inclinaciones muy pronunciadas a alta velocidad. Hay que decir que los amortiguadores posteriores estaban en uno de sus puntos de reglaje -de precarga de muelle- más blandos, por lo que habría estado bien comprobar si, endureciendo un poco el muelle, estos balanceos producidos por una conducción más deportiva habrían desaparecido.

Potencia de sobras

Una vez más, también en carretera el nuevo motor volvió a cumplir su papel de forma impecable. Sym lo creó con la premisa de ofrecer una entrega de potencia lineal y progresiva desde muy abajo, y esto se aprecia a la hora de exigirle un rendimiento mayor, por ejemplo, al salir de las curvas con rapidez, al adelantar o al enlazar a golpe de gas una y otra curva. Verdaderamente, al contrario de algunos de sus rivales, no tiene un carácter explosivo, pero lo bueno es que acelera con suavidad y ganando velocidad poco a poco, sin que se detecten bajones en la entrega de potencia. En cuanto a cifras, la potencia oficial es de 21,7 kW ( unos 29,5 CV) a 8.500 rpm, y la de par, de 11,8 Nm a 7.000 rpm, lo que no está nada mal, pues lo sitúa al mismo nivel que rivales tan directos como el Kymco Grand Dink 300i, con el que se va a ver las caras en más de una ocasión a lo largo del año...

Como contrapunto a sus más que interesantes prestaciones, Sym ha dotado al Joymax 300i GTS con un sistema de frenada pensado para simplificar su funcionamiento lo máximo posible. Para comenzar, todo el conjunto es gestionado a través de un sistema de reparto de frenada CBS, que en su caso actúa sobre un disco alveolado de 260 mm delante y otro también alveolado de 240 mm detrás, ambos con pinzas de dos pistones. En circunstancias normales, sería posible detener el Joymax 300i GTS solamente apretando la leva de freno izquierda, ya que al presionarla estamos actuando sin darnos cuenta sobre los dos discos -una presión de más o menos el 85 % detrás y un 15 % delante-, lo suficiente para sentirnos seguros y confiados al aplomar el scooter de ambos ejes en las frenadas. Lo mejor es que aún nos queda la maneta derecha, la que gobierna exclusivamente el freno delantero, que, todo sea dicho, es desde siempre el más efectivo a la hora frenar e indispensable en situaciones de emergencia, y aquí frena de verdad y muy dosificable.

Por vías rápidas

Por la tarde, tras la sesión fotográfica y la copiosa comida de rigor, el camino de vuelta a las instalaciones de Motos Bordoy debía transcurrir principalmente por un tramo de autopista; sin duda, la mejor opción para comprobar con más detenimiento aspectos como el confort de marcha, la protección aerodinámica o, por qué no, lo que el motor nos tiene reservado por la parte alta del cuentavueltas. Como de costumbre en los GT taiwaneses, la posición de conducción es de primerísimo nivel; el habitáculo para el conductor tiene unas dimensiones proporcionadas para que usuarios de diversas tallas encuentren su espacio. Para que nos sintamos lo más a gusto posible, Sym ha introducido en este modelo un apoyo lumbar para el conductor regulable en extensión; de este modo, los usuarios más altos podrán retrasarlo para ganar algo de espacio para las piernas, y sin que el manillar, de dos alturas, deje de estar a su alcance. Las piernas, como siempre, podrán ir replegadas en ángulo recto en el centro de la plataforma o casi totalmente extendidas, una postura esta última muy aconsejable para circular por autopista, pues sin lugar a dudas incrementa mucho la sensación de confort.

La protección aerodinámica es buena, aunque el Joymax GTS no dispone de un escudo frontal y un parabrisas especialmente voluminosos. A pesar de ello, la parte baja del cuerpo está bien cubierta, mientras que en la alta quedan un poco desprotegidos los codos, los hombros y la parte superior del casco. A altas velocidades se nota bastante menos, pues la buena aerodinámica del conjunto frontal crea un flujo de aire que aumenta la protección aerodinámica, aunque ejerce una mayor presión sobre el casco.

Volviendo al motor, el Joymax 300i GTS es capaz de mantener unas más que respetables velocidades de crucero; de hecho, a los 120 km/h legales su mecánica tiene un funcionamiento finísimo, no se aprecian vibraciones y la sonoridad dentro del casco está dentro de los niveles habituales. Incluso a estas velocidades, su capacidad de respuesta es buena; si deseamos adelantar no tendremos más que abrir un poco más el acelerador, y el motor, tras vacilar un par de segundos, ganará velocidad hasta alcanzar una punta -de marcador- muy por encima de los límites legales permitidos.

Un lujo de scooter

La vista desde el puesto de mandos es excelente. Sym ha reinventado su conocido Joymax con una versión que, en lo que a equipamiento y calidad de acabados se refiere, resulta bastante mejor que sus predecesoras. Obviamente, conserva muchos de los detalles que los hicieron famosos, como las prácticas luces antiniebla, la piña de contacto con bloqueo magnético, la guantera con toma de corriente de 12V, el desconectador eléctrico de seguridad o el mecanismo de apertura eléctrico del asiento desde el contacto, entre otras muchas cosas. Pero en esta ocasión, sus creadores han querido ir un paso más allá y han dotado el Joymax 300i GTS con una serie de elementos destinados a marcar las diferencias con el resto. Nos referimos a componentes como el sistema de luces automáticas, la toma de corriente por USB de 5V, el respaldo para el pasajero acolchado de serie o, muy especialmente, el sistema de iluminación Daylight frontal, formado por un doble faro con ópticas multirreflectoras con bombillas halógenas H4 y una doble batería de leds para las luces de posición. Dadas las muchas ventajas que supone la utilización de las bombillas led, Sym las ha empleado de forma masiva en los intermitentes anteriores -colocados en los retrovisores- o en el piloto posterior, que, por su tamaño y luminosidad, ayuda a que seamos vistos incluso en situaciones extremas.

Tras llegar a las instalaciones de Motos Bordoy quedaba tiempo para un último vistazo y asombrarnos una vez más con el gran espacio interior del cofre -caben dos integrales-, que se ha tapizado debidamente y está perfectamente iluminado con una luz de cortesía. Visto con detenimiento, el Joymax 300i GTS ha ganado en calidad, su diseño ha mejorado notablemente y su calidad de acabados, aunque parezca imposible, se ha incrementado una vez más... Se ha hecho un buen trabajo.

Al terminar la prueba sólo nos quedaba saber su precio, ya que aunque en aquel momento sabíamos que era de 4.699 euros -promociones aparte-, los responsables de su importación todavía no tenían muy claro hasta qué punto le afectaría el incremento del IVA previsto para el mes de septiembre. De todos modos, conociendo la manera de funcionar de Motos Bordoy, siempre trabajando para ofrecer una relación calidad-precio competitiva de sus productos, os animamos a que os pongáis en contacto con ellos a través del 902 125 100. Seguro que os tienen una grata sorpresa preparada...

Prueba publicada en el Solo Scooter nº156 

Si quieres el número puedes pedirlo a nuestro departamento de suscripciones

 

Mostrar comentarios
Cargando siguiente contenido...