Suzuki V-Strom 650 XT: Más aventurera

Suzuki V-Strom 650 XT: Más aventurera

Parece ser que la influencia de Stefan Everts, toda una leyenda en el mundo del motocross, pues consiguió diez Campeonatos del Mundo, se ha dejado notar en esta nueva versión, la Suzuki  V-Strom 650 XT 2018.

Stefan es ahora team manager de Suzuki, y dicen que insistió mucho en renovar la imagen de la V-Strom con ese color amarillo que acompañó a muchos de los éxitos de Suzuki en los años setenta y ochenta.

Pero al margen de esta nueva decoración, la V-Strom se ha modernizado. Es este uno de los modelos más exitosos de la marca, cuya primera versión se comercializó en 2004. La segunda generación data de 2011, y ahora esta versión de 2017 parece heredar la línea de la V-Strom 1000 con ese frontal tan característico que recuerda al de la famosa Suzuki Big. Entre 2012 y 2015 se vendieron 172.000 unidades de uno de los modelos más famosos de Suzuki.

En esta reedición se presenta en dos versiones. Una es la XT de color amarillo que tuvimos oportunidad de probar y que es más aventurera y abre la puerta a la posibilidad de meterse en pistas polvorientas, donde históricamente las V-Strom 650 no se han encontrado tan cómodas como modelos de cilindrada media de otros fabricantes. La XT llega con llantas de radios (aluminio), toma de corriente, protectores para las manos y también un cubrecárter que nos recuerda sus posibilidades en off-road.

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Mejoras

Tanto esta versión XT como la versión base se presentan con una larga serie de mejoras en su camino hacia la homologación Euro 4. Rinde 2 CV más de potencia, pero más que este aumento insignificante, yo destacaría una mejor respuesta a medio régimen, además de un control de tracción hasta ahora inédito y que se ha impuesto en motos de todos los estilos y, por supuesto, también entre las trail.

Visualmente es más moderna. La carrocería mejora en todos los aspectos y hereda el estilo de la versión superior con un frontal de doble óptica actualizado. La pantalla es ahora ajustable en tres posiciones, el asiento es más estrecho y por tanto más apropiado para una conducción off-road, además de presentarse con un nuevo tapizado más rugoso y menos deslizante.

En esta actualización a todos los niveles, el escape queda más bajo y facilita los anclajes para las maletas, que ahora quedan más recogidas que en las versiones anteriores, que montaban unos anclajes algo aparatosos con los que las maletas sobresalían en exceso. Tampoco falta la imprescindible parrilla portapaquetes con anclajes para los pulpos que está al mismo nivel que el asiento.

Para rematar la “popa”, las luces traseras son de led. Las llantas de radios de la versión XT montan neumáticos sin cámara y en nuestra unidad de pruebas tuvimos la oportunidad de probar los nuevos Bridgestone Battlax Adventure A 40, que nos causaron muy buena impresión tanto en seco como en mojado, en una prueba en la que nos sorprendió la nieve en plena sierra de Prades, en la provincia de Tarragona.

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Al margen de esta renovada y modernizada estética, el propulsor también se ha puesto al día. Conservando el bicilíndrico en V a 90º que tan buen resultado ha dado a lo largo de su historia, en esta versión de 2017 se han mejorado los inyectores y modificado las tomas de aire, así como componentes como pistones, arboles de levas, válvulas o cigüeñal, para rendir dos caballos más de potencia.

El comentado control de tracción es desconectable y tiene dos niveles de actuación; trabaja en función de diferentes parámetros, como la velocidad de la rueda trasera, posición del puño de gas, marcha engranada o posición del cigüeñal. Otro aspecto interesante es que monta el sistema Low RM Assit, que facilita la conducción al desembragar, para evitar que se cale el motor y también el Easy Star System, que facilita el arranque en cualquier situación.

El Low RM Asiste sube ligeramente las revoluciones del motor a baja velocidad para una conducción más fácil.

Fácil y fluida

La facilidad de conducción es precisamente uno de los mejores argumentos de esta V-Strom. El propulsor es ahora más suave, agradable y elástico, y forma un muy buen equipo con la parte ciclo. De entrada, el manillar ancho y la posición de conducción muy natural hacen de esta V Strom una moto amable que además ha mejorado ergonómicamente.

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La pantalla protege a la altura del casco si mides 1,78 cm y la sitúas (manualmente) en la posición más elevada. Lo cierto es que a velocidades legales, la protección es buena, pero si aumentas el ritmo, sin llegar a ser un problema, esta protección disminuye y se aprecian ciertas turbulencias a la altura del casco.

Entre curvas me gustó y me pareció una moto fácil de conducir, muy noble, y que te permite errores, pues puedes recuperar la trayectoria con facilidad.

Se consigue una gran sensación de control y tengo la impresión de que gustará a conductores con diferente experiencia en este tipo de motos. El conjunto de suspensiones trabaja bien y, desde mi punto de vista, la horquilla (no regulable) tiene originalmente un tarado por el que la moto no se hunde excesivamente en las frenadas y, por tanto, el transfer de masas es poco notorio, lo que influye en esa sensación de control que se consigue sobre esta Suzuki. Detrás, el amortiguador se sencillo y cumple sin más, además de ser regulable en precarga de muelle.

Por lo que respecta a los frenos, diría que están a un nivel correcto, aunque particularmente el ABS trasero (no desconectable) me pareció excesivamente intrusivo.

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Brillante

El motor ha ganado en brillantez. A algunos les parecerá que no tiene mucho carácter, pero se le saca mucho rendimiento. Lo mejor del bicilíndrico en V está a medio régimen, entre las 5.000 y las 8.000 rpm. Tiene una buena capacidad de recuperación y a baja velocidad el sistema por el que sube 300 rpm a baja velocidad facilita las recuperaciones.

Sobre las 4.200 rpm, en sexta velocidad se circula a unos 90 kilómetros/hora y a 6.000 vueltas nos situamos a 130 kilómetros por hora, lo que significa que si llegamos a la zona roja (10.000 rpm), estaremos fuera de la ley y, según Suzuki, (ejem...), se alcanzan los 180 kilómetros por hora.

El control de tracción al que se accede a través del pulsador de la piña izquierda es poco intrusivo en cualquiera de los dos niveles, y si entra en acción, lo cierto es que lo hace de una forma suave y poco violenta, sin brusquedad… ¡bien!

A la V-Strom le gusta una conducción fluida, dibujar las curvas, una conducción poco agresiva y, desde mi punto de vista, el mejor argumento es que es una moto que sin brillar en ningún aspecto en concreto, es buena para todo, incluyendo las largas distancias, donde, con su depósito de 20 litros de capacidad, se puede llegar a cubrir 400 kilómetros sin repostar. El pasajero ahora viajará más cómodamente con la parrilla al mismo nivel de su asiento y, en definitiva, podemos asegurar que esta trail de media cilindrada es ahora una moto más moderna, no solo estéticamente, sino también a nivel de funcionamiento, en que se ha dado un paso adelante.

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El motor ha ganado en suavidad y finura, además de que dispone de control de tracción. La parte ciclo es un buen compromiso para un amplio estilo de usuarios. Es cómoda, moderna y de demostrada solvencia… ¡imprescindible a la hora de plantearse la adquisición de una trail de cilindrada media! Creo que de entre las trail de media cilindrada es la que mejor se mueve entre el tráfico urbano y, al mismo tiempo, brilla con luz propia en los trayectos interurbanos y también en todo tipo de carreteras.

Su público tiene, según los estudios de Suzuki, entre 35 y 50 años, en un 85 % son hombres y su utilización suele ser los viajes de 4 o 5 días y un uso urbano. Si bien es cierto que tiene sus limitaciones en off-road a pesar de que la versión XT viene mejor preparada para la ocasión, no es la primera vez que explico que esta V-Strom es una moto que, sin destacar de forma exagerada en ningún ambiente, se comporta muy bien en cualquier situación. Una moto completa y a buen precio, puesto que la versión base cuesta 8.599 € y la XT que tuvimos oportunidad de probar con su talante más aventurero, 8.999 €.

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Sus rivales

Desde que Honda dejara de fabricar su XLV Transalp, una moto que como la V-Strom ha sido de las más exitosas trail de media cilindrada, la Kawasaki Versys es prácticamente la única que comparte cilindrada específica con la Suzuki.

El resto de las candidatas a rivales de las V-Strom son las NC-X de Honda, la eterna BMW F 700 GS y la Triumph Tiger 800 XR, si bien esta es claramente más potente y con un motor de tres cilindros.

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