Suzuki Burgman 125 ABS: Traje de líder

Puede que el ciclo de renovaciones del Burgman 125 sea uno de los más largos de su categoría, pero, a pesar de ello, esto no ha sido un impedimento para que el compacto GT de Suzuki se sitúe, año tras año, no sólo entre los más vendidos, sino, como sucedió la pasada temporada, en el número uno de ventas del mercado de las dos ruedas. Cualidades como la extraordinaria capacidad de carga en un scooter con unas cotas muy controlables –poco frecuentes en un gran turismo–, un asiento a tan sólo 735 mm, ser uno de los GT más ágiles en ciudad o un apartado técnico muy solvente, han sido cualidades fundamentales para que el pequeño de los Burgman fuera, desde su aparición, un scooter de éxito. Siete años después de su última renovación llega a nuestro mercado la que será su tercera generacióny, aunque puede que no reciba novedades tan importantes como en 2007, las mejoras incluidas sí que suponen un salto cualitativo importantísimo en nuestro invitado.

Una de las pocas cosas que se les recriminaba a las pasadas versiones era su sencillez respecto a la competencia; el lujo y la exclusividad que se estilaba en la categoría no siempre se veía muy bien reflejado en el Burgman, cuya estética y nivel de acabados, en algunos aspectos, no siempre estaba a la altura de lo que se esperaba de un gran turismo. Pero las cosas han cambiado; aunque Suzuki no ha tirado la casa por la ventana, sí que ha mejorado mucho en este aspecto al Burgman 125 de nueva generación. Para comenzar, ha realizado una nueva carrocería con un diseño mucho más moderno y actual –eso sí, respetando la originalidad de la familia–, y con unas terminaciones más cuidadas.

Frontalmente es más atractivo, se mantiene la doble óptica anterior con el mismo nivel de prestaciones –los intermitentes se han desplazado a los laterales del escudo–, pero las formas del carenado que la rodean son ahora más estilizadas y envolventes, para ofrecer un aspecto como de enfadado, inspirado en el de sus hermanos mayores. También se incorpora un parabrisas un poco más alto, y, aunque debido a sus estrechas formas sigue dejando un poco descubiertos los hombros, hay que reconocer que tapa bastante bien la importante zona del casco.

El asiento también es nuevo. como de costumbre sigue siendo proporcionalmente muy grande respecto al tamaño general del scooter; gracias a ello podremos disfrutar de unas amplísimas banquetas (algo duras de tacto) para conductor y acompañante, que aportan un elevado confort de marcha. Por supuesto, entre ambas porciones se mantiene el habitual apoyo lumbar, muy marcado como siempre, pero que ahora queda totalmente integrado en el conjunto del asiento.

Para rematar se ha creado una parte trasera de descarado estilo automovilístico. Las luces posteriores se dividen en dos pilotos agradables y vistosos.

En el nuevo Burgman tendremos a nuestra disposición no sólo uno de los cofres más capaces del mercado, sino uno de los más aprovechables y mejor diseñados, con luz de cortesía y cómoda apertura desde el contacto. Si con todo ello no basta, además hay un par de guanteras en el contraescudo de muy buena capacidad, y la central, con cerradura.

Tampoco falta la toma de corriente, los dos caballetes a la hora de aparcar, el botón de warning sustituyendo al de encendido de luces y, por desgracia, se han olvidado del bloqueo magnético en la piña de contacto, un detalle que el Burgman –el primero en montarlo– ha dejado

de utilizar cuando mucha de su competencia lo ha comenzado a montar.

El nuevo tablier supone un salto cualitativo espectacular con respecto a sus antecesores –a pesar de perder el indicador de temperatura del motor–. El sobrio diseño, que proporciona una excelente facilidad de comprobación pese a no ser especialmente grande, sólo se ve eclipsado por el notable aumento en la cantidad de información ofrecida, en el que los detalles más frecuentes ahora coexisten con otros nuevos como una pantalla LCD multifunción con consumo en tiempo real, entre otras muchas cosas, o el testigo luminoso del sistema Eco Drive, que nos avisa cuando estamos llevando a cabo una conducción eficiente.

Por último llegamos al apartado técnico, posiblemente el que menos cambia en esta última revisión, aunque no por ello el menos importante, pues como podemos apreciar en el caso de la versión de pruebas puesta a nuestra disposición, se ve ampliamente beneficiado por la adopción de un efectivo sistema antibloqueo de frenada de dos canales (ABS), fabricado por Nissin. Su llegada ha hecho necesaria la adopción de un nuevo disco de freno posterior, que aumenta de los 220 mm del modelo anterior a los 240 mm actuales, el mismo diámetro que podremos encontrar en el eje anterior. No se trata de un dispositivo demasiado intrusivo, en conducción normal obviamente no se aprecia su existencia, pero sobre pavimento deslizante su actuación puede ser determinante.

El resto se mantiene inalterado: suspensiones, bastidor y, por supuesto, motor, un monocilíndrico 4T LC SOHC 4V que desarrolla 12 CV, más que suficientes para afrontar nuestros desplazamientos diarios, no varían. Todo ello hace posible que en esta nueva generación nos volvamos a encontrar ante un scooter de primerísimo nivel, con un comportamiento suave y confortable, combinado con una agilidad de movimientos y capacidad de maniobra excelentes e impensable en muchos casos en un GT. Un renovado Burgman 125 que con ABS alcanza un precio de 4.299 euros dispuesto y sobradamente preparado para dar guerra durante los próximos años. ¿Estaremos ante un nuevo número uno? El año que viene lo sabremos...

Mostrar comentarios
Cargando siguiente contenido...