Philip Island, febrero de 2007: Al finalizar el segundo día en Phillip Island, donde habíamos estado probando la nueva GSX-R 1000 2008, Suzuki nos montó a todos los periodistas allí presentes en un autocar para dar una vuelta al circuito.
No entendimos mucho el sentido de esta iniciativa, ya que llevábamos dos días dando vueltas al trazado australiano, hasta a los pocos instantes de haber accedido a la pista nos adelantaron dos enormes naked, montadas por pilotos de fábrica.
Como el autocar iba despacio a las dos motos les dio tiempo de adelantarnos un par de veces mientras dábamos la vuelta al trazado.
Lo que más nos sorprendió a todos fueron sus enormes escapes, saliendo bajo el colín, a modo de los Alpes.
Lo que supimos entonces es que acabábamos de ver dos prototipos de la B-King, una gran y futurista naked, que montaba el motor de la Hayabusa 1300, con su tetracilíndrico de 1.340 c.c. tal cual y sus 185 CV.
Eran otras épocas, y entonces Suzuki era capaz de producir
motos tan personales e imaginativas como la propia Hayabusa o su versión
desnuda, la B-King. De hecho, en 2001 la marca de Hamamatsu mostró un prototipo
de naked con el motor de las Hayabusa turboalimentado y una burrada de CV, que
no se atrevió a fabricar en serie.
En su lugar, fabricó la B-King, que con su extraño aspecto y
concepto no fue una moto de masas precisamente. Con sus dos enormes escapes y su
relativo pequeño frontal la estética de la supernaked japonesa parecía sacada
de una película de Batman.
Esos inmensos escapes…
Muchos usuarios recurrían a marcas auxiliares, especialmente
Yoshimura, para sustituir a los enormes (y feos, digámoslo de una vez) escapes
de serie. De hecho, la propia Suzuki ofertó sus últimas unidades, ofreciéndola
directamente con los Yoshimura en lugar de los de serie, con lo que te
podías ahorrar unos cuantos kilos de peso, y especialmente, mejorar la estética.
Dinámicamente, la B-King era voluminosa y pesada, y a nivel
deportivo no podría compararse a otras grandes naked, ni siquiera a la BMW
K1200R, más ágil que la Suzuki. Tampoco era la idea de la gente de Suzuki crear
una naked deportiva y ágil.
Como ha sucedido con otras motos -e incluso con otras grandes y pintorescas naked, como la Yamaha MT-01- la B-King está más valorada actualmente que cuando vio la luz.
Su buena estabilidad, excelentes acabados, más que aceptable confort (incluso para el pasajero) y su inconmensurable motor, hacen de ella una buena moto para viajar y, especialmente, ser objeto de muchas miradas.