Suzuki Address 110: El Address está de vuelta

Suzuki Address 110: El Address está de vuelta

El que en su momento fue uno de los cinco fabricantes con mejores ventas de nuestro país ha visto que marcas como Kymco o Sym, especializadas en la fabricación de scooters, le han superado en el ranking al disponer de un catálogo más variado y competitivo. Los pequeños ruedas altas de 125 cc se han convertido en uno de los principales representantes del mercado de las dos ruedas actual. Con el Sixteen la marca no tuvo suerte, pero con el nuevo low cost Address 110 –fabricado en Indonesia–, que recupera uno de los nombres más conocidos de Suzuki, y su precio de 1.990 euros, van a presentar batalla.

Se trata de un scooter muy económico en cuanto a mantenimiento y precio, con un equipamiento de serie sencillo pero con lo necesario y, técnicamente, perfectamente dotado para desempeñar un magnífico papel en el ámbito urbano.

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En general, el diseño del nuevo Address 110 cumple con el estereotipo de scooter ruedas altas de esta categoría: esbelta y liviana silueta, plataforma central plana y unas cotas muy controlables. Estéticamente su carrocería es más afilada y posee un picudo escudo frontal que da cobijo a los intermitentes y las luces de posición. El faro, como de costumbre, está situado en el manillar e integra una óptica con parábola Multiconvex de tamaño estándar y una lámpara halógena. Tras el escudo se han dispuesto un par de pequeñas guanteras abiertas de buena capacidad, además de un pequeño gancho fijo portabolsas y una piña de contacto con bloqueo magnético de seguridad que también se encarga de la apertura del asiento. Este último nos garantiza la capacidad necesaria para guardar un casco integral (20,6 litros).

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En cuanto a equipamiento de serie, el Address llega con lo imprescindible: estriberas forradas de goma para el pasajero, dos caballetes (el lateral con desconectador), un cuadro de instrumentos muy básico pero de fácil comprobación, además de algunos elementos muy comunes pero igualmente prácticos, como el arranque secundario por patada o, sobre todo, el trabador de maneta del freno trasero, que cumple las funciones de freno de estacionamiento.

En cuanto al motor, es un sencillo monocilíndrico de ciclo 4T –aire, 2V, SOHC, IE–, muy robusto y básico, pero no de 125 sino de 110 cc. Puede que para muchos esta cilindrada pueda significar un hándicap frente al cubicaje superior de la mayoría de sus competidores, pero debemos tener en cuenta que en un uso urbano, principal cometido para el que ha sido creado el Address, esos 15 cc de diferencia son poco significativos. Lo primero que hay que tener presente es que, en lo que respecta a potencia, ninguno de sus rivales tiene un motor que alcance los 15 CV; el máximo permitido para poder beneficiarse de la convalidación. Como requiere la categoría, son mecánicas muy sencillas, la mayoría, refrigeradas por aire e, incluso, algunas todavía alimentadas por carburador. Por ello es normal que la media de potencia en todos ellos se encuentre entre los 9 y 10 CV, lo que da lugar a una fuerte competitividad en este aspecto y hace que nuestro invitado, pese a su menor cilindrada, pueda plantarles batalla.

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Una vez en marcha, nos gustó mucho su aceleración, en especial al primer golpe de gas, donde el motor responde de inmediato, y su transmisión, muy directa, hace que arranquemos desde parado de forma muy rápida. Entre los 50 y 80 km/h disfrutaremos de su mejor faceta. En este tramo, el motor se comporta de forma suave y sin flaquezas, al recuperar velocidad de forma fluida y progresiva y, a partir de ahí, perder un poco de fuelle hasta superar por poco los 90 km/h, donde se encuentra su velocidad máxima. Puede que la punta no sea su principal arma y que sus prestaciones no sorprendan a nadie, pero hay que entender que esta no es su intención principal; poco consumo y bajo mantenimiento son su meta.

Si somos de los que vamos todo el día enchufados y acelerando sin contemplaciones, el pequeño Suzuki puede llegar a gastar una media cercana a los 3 litros, mientras que si somos un poco más cuidadosos, salimos de los semáforos con suavidad y dejamos que el sistema de transmisión haga su trabajo, no costará demasiado bajar esa media hasta los 2,3 litros a los 100 km. Lo malo es que, como sucede en prácticamente la mayoría de sus rivales, la capacidad del depósito no es demasiado amplia: el Address puede cargar un total de 5,2 litros de gasolina, de los que podremos extraer unos 226 kilómetros de autonomía, que tampoco está tan mal.

Pero a pesar de todo, no se puede tachar al Suzuki Address de ser un scooter lento, sobre todo cuando nos fijamos en su comportamiento en ciudad, donde se siente especialmente a gusto. Su gran baza en este ambiente es su extraordinaria ligereza, tiene un peso en orden de marcha de solo 97 kilos. El Address es extremadamente manejable y fácil de conducir gracias a su poco peso y a las llantas de 14 pulgadas con unos estrechos neumáticos de 80/90 delante y 90/90 detrás. Por si fuera poco, el radio de giro es realmente cerrado; en atascos es el rey. Además, gracias a sus llantas, disfruta de una estabilidad realmente buena; en curva, pese a la estrechez de los neumáticos, nos hace sentir confiados y seguros, mientras que en recta, el chasis demostró una rigidez aceptable.

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En cuanto a las suspensiones, nos hallamos ante una horquilla convencional y un único amortiguador detrás sin posibilidad de reglaje; ambos son bastante sencillos y, aunque cumplen su cometido sin demasiadas quejas, no son de lo mejor que hemos probado. Su tarado es bastante blando y no retienen demasiado, algo que no molesta en absoluto al circular sobre asfalto impecable, pero un poco más criticable y molesto sobre zonas bacheadas y asfalto rizado.

En cuanto a frenada, el disco delantero y el tambor trasero cumplen. No olvidemos que es un low cost.

Por lo ajustado de su precio, realmente el Address, de Suzuki –recordemos– vale la pena.

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