Superpoderes

La gente de KTM creó en 2005 una máquina con el don de hacerte sentir capaz de todo, capaz de multiplicar tus aptitudes sobre una moto y de dejar a tus escépticos amigos RR en evidencia. Para conseguir esos superpoderes, en KTM no han vendido su alma al diablo, ni siquiera han utilizado su artillería más pesada en cuanto a motor o frenos, solamente han tenido que pulir un concepto ya de por sí brillante.

Una vez más hay que fijarse en una de las categorías que más satisfacciones da a sus usuarios, la supermotard o supermoto, como se conoce internacionalmente.

A pesar de su nombre supermoto, la 950 SM y ahora la 990 SM no son modelos de supermotard puras; su peso cercano a los 200 kg y su motor bicilíndrico las alejan un poco del tradicional monocilíndrico y de los pesos de poco más de 100 kg. Pero pese a las evidentes diferencias, el comportamiento de esta 990 SM se aproxima mucho al de esta categoría pero a lo bestia, es decir, con el doble de peso y el doble de potencia.

Rizando el rizo

Aunque la 950 SM era una moto impresionante, tenía algún que otro fallo de juventud, comenzando por el propulsor, el primero de la saga Adventure alimentado por carburadores y con una potencia de 98 CV. La decisión de mantenerlos en la 950 fue una medida muy de factoría off-roader, y es que el tacto de unos buenos carburadores cuesta mucho de igualar con una inyección electrónica. Sin embargo, la normativa antipolución Euro 3 ganó la batalla ya hace mucho tiempo, por tanto, la última de las motos gordas de KTM que se resistía al cambio ha acabado por sucumbir.

Para no perder la esencia de una de las principales características de la SM

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