Ayer, Greg Rust entrevistaba en su podcast Rusty’s Garage al expiloto de MotoGP, Casey Stoner, quien durante la entrevista hablaba de su lucha contra el síndrome de fatiga crónica.
Esta no es la primera vez que al 2 veces campeón del mundo MotoGP le afecta esta dolencia, que afecta a tantísima gente. En 2009 ya se perdió 3 carreras por ese motivo.
Sin embargo, durante el podcast el piloto aseguraba que esta vez el achaque es tan fuerte que incluso le impide poder disfrutar de otros hobbies como el karting o el tiro con arco, y se tiene que medicar.
Stoner explicaba a Rust que “no puedo hacer las cosas que me gustan, es un poco frustrante. No he tirado una flecha en 10 meses o más”.
“Básicamente”, proseguía el piloto, “lo que ocurre con la fatiga crónica es que no puedo mantenerme en forma ni sano. Tengo un problema que hace que mis costillas se salgan frecuencia y, al estar conectadas con las vértebras, también afecta a la espalda”.
Cuando esto le ocurre, el problema va más allá: “Esto también ejerce presión sobre los discos, que acaban generando líquido y más presión en los nervios. Entonces es cuando tienes espasmos, y por lo menos pasa una semana hasta que puedes empezar a coger algo de peso”.
Este problema también lo ha mantenido alejado de las motos. Stoner reconocía que la última vez que pudo pilotar en serio fue en enero de 2018 en Sepang, durante los test de Ducati.
Desde entonces, “la primera vez que he vuelto a subir a una moto, de carretera, fue hace algunas semanas para mi cumpleaños, durante un evento de Alpinestars”.
Según explicaba, fue una simple ruta, en la que ni tan si quiera corrieron, pero incluso eso lo dejó fuera de juego.
Antes de finalizar añadía: “Los últimos meses he estado probando con una nueva medicación, pero aún estoy lejos de poder entrenar, salir y hacer cualquier cosa”.
Esperemos que, más allá de ser una simple noticia, el hecho de que Casey Stoner haga pública su lucha contra el síndrome de la fatiga crónica ayude a dar más visibilidad a esta enfermedad que muchos sufren en solitario y, por desgracia, en muchísimos casos siendo incomprendidos.
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