“Vimos a no recuerdo cuántos médicos pero ningún supo explicarnos qué me estaba pasando” . Así explica Casey Stoner la película de la pesadilla por la que pasó el año pasado que le obligó a parar a mitad de temporada. “Comencé a sentirme mal en Barcelona. Entonces pensamos que era una cosa circunstancial, que estaría pasando por un proceso vírico o algo parecido. Pero no, de ahí en adelante las cosas no sólo no mejoraron, sino fueron a peor. Después de tres vueltas perdía el control de la moto. En Donington las cosas llegaron a un punto hasta peligroso. Decidimos parar”. Stoner ha ofrecido estás explicaciones en Madonna di Campiglio, donde el equipo Ducati 2010 se ha presentado oficialmente.
La búsqueda no ya de la solución a sus problemas, sino a la razón de éstos, llevó a Stoner a una peregrinación por diversos consultorios médicos. “Perdí la cuenta de cuántos visitamos. Ninguno supo darnos una respuesta. Sin saber qué estaba pasando me fui a Australia a descansar. Allí seguimos visitando médicos; creo que fueron 7 u 8. Sólo uno de ellos se dio cuenta de lo que me estaba sucediendo. En todos los análisis de sangre mis valores estaban dentro del arco considerado normal. Pero sólo un médico de los que me voy se fijó, o le dio importancia a que estos valores estuviesen cerca de los mínimos. Unos registros válidos para una persona normal, pero que en el caso de un deportista de élite deberían estar en el límite, pero por arriba”.
Este médico le aconsejó a Stoner someterse a una dieta con las que se buscó el equilibrio de las sales del cuerpo y en el que se controlaba la ingestión de lactosa. “Pero entonces me puse malo por otra cosa y no conseguimos entender si habíamos progresado o no. Poco antes de partir para Portugal suprimimos totalmente al lactosa. El resultado está ahí. Ahora me encuentro más fuerte que nunca”.