No por el hecho de ser famoso y campeón mundial de cualquier especialidad significa que tu vida vaya a ser maravillosa.
Casey Stoner podría ser un ejemplo de eso: con 2 títulos mundiales de MotoGP (con Ducati y Honda), se retiró a la temprana edad de 27 años, hace ya 10. Dejando de lado que no le gustaba nada todo el entorno de las carreras (la fama, la presión, las entrevistas…) una extraña enfermedad, que le dejaba postrado en el sofá, se cernió sobre el australiano. Aunque dedicó un tiempo a hacer de piloto de pruebas de Ducati, tuvo que prescindir hasta de eso. Posteriormente se le detectó fatiga crónica.
Pero ésa no es la única dolencia que padece Casey:
“Recientemente me han diagnosticado ansiedad, que cuando corría no sabía ni que existía… Pensaba que era estrés. Creía que todo el mundo estaba estresado de alguna u otra forma”, afirma el de Southport en el podcast ‘Gypsy Tales’.
“Pero ahora, la ansiedad llega a bloquearme la espalda, hasta el extremo de que tengo dos discos muy mal, que deberían sustituirse”, ha confesado.
Y Stoner recuerda que llevar la presión de MotoGP era extremadamente duro para él: “No me fue fácil entender por qué me costaba más afrontar la presión y la fama que a otros. Hay personas, como Marc Márquez y Rossi, a quien no les afecta”.
Si entonces hubiera sabido lo que sabe ahora lo habría llevado mejor: “Lo pienso y creo que hubiera sido mucho más fácil estar al tanto de todo esto que me pasa, porque habría podido manejarlo de mejor manera. Tenía una mala imagen porque nunca me sentí cómodo con la prensa ni rodeado de gente”.
Precisamente cuanto mejor le iba todo, peor lo pasaba el piloto:
“Durante la mayor parte de mi carrera, especialmente en los dos últimos años en MotoGP, cuanto mejor iba el fin de semana, más quería morirme. Estaba enfermo, acurrucado como un perro en mi motorhome… Simplemente, no quería correr. Sentía mucha presión del equipo, de toda la gente que me había ayudado, 70 o a veces hasta 100 personas”, dice Stoner.
Y añade:
“Cuando eres el piloto número 1 y todo el mundo espera que ganes cada fin de semana, eso te puede afectar, como me pasaba a mí, que me destruía. No fue hasta que me retiré que pude entender por qué me sucedía todo eso”.