Todo había transcurrido según el guión esperado. Casey Stoner y Valentino Rossi habían sido los dos más rápidos a lo largo del día en Malasia, en los primeros entrenamientos de la pretemporada 2009. Pero inesperadamente Loris Capirossi marcaba, a pocos minutos del final de la sesión, un sorprendente 2:01.869, que le situó por delante del australiano y el piloto de Yamaha. “Me he sentido muy cómodo a lo largo del día, y como la moto me ha dado mucha confianza, he decidido, aprovechando que la temperatura ya empezaba a bajar, tirar a muerte. El tiempo es bueno, y he de reconocer que he ido “tirado” a tope para conseguirlo”, explicaba Capirossi, confirmando las declaraciones realizadas los días anteriores en las que aseguraba que Suzuki no sería comparsa esta temporada.
Por detrás de Capirossi, Stoner y Rossi marcaron las diferencias con el resto, a pesar de que para ambos estos primeros entrenamientos comenzaron con serios problemas físicos. En el caso de Stoner, era su primera toma de contacto con la moto después de pasar por el quirófano para ser operado de la muñeca izquierda. Y el resultado fue, a pesar de lo que refleja la clasificación, muy negativo. “Estoy muy decepcionado. No esperaba lo que ha pasado. Después de tantas semanas cuidando la recuperación, parece que nada ha ayudado. Esperaba tener problemas de fuerza por falta de músculo, pero siento un dolor terrible en la muñeca. No sé qué pensar. Me pregunto de dónde sale este dolor. Es exactamente el mismo de antes de operarme. Los médicos me han dicho que el hueso está perfectamente, pero el dolor es horrible”.
Stoner explicaba una vez acabada la jornada, que había parado antes de tiempo para no forzar la muñeca y darle tiempo para recuperarse mañana. “Me he puesto un vendaje para sujetar la muñeca, pero aun así no podía dar más de cuatro o cinco vueltas. Estoy muy frustrado... y muy preocupado. A ver qué pasa mañana”.
Si Stoner fue la imagen de la desesperación, Rossi fue la de la actitud positiva. A pesar de sufrir un accidente doméstico