Hay tantas motos en el mercado que pasan desapercibidas que si hubiesen cuajado sería excelentes compañeras, como la rara Sachs B 805, una curiosa mezcla germano nipona.
Una naked de diseño, bicilíndrica, de fabricación alemana y de edición limitada suena bastante interesante, pues así es como se define una naked tan atractiva como la Sachs B-805.
Si pensamos en una marca alemana lo primero que nos viene a la cabeza es BMW, eso está claro, y quizás también Horex. Y es que no son muchas las marcas alemanas que existen en la actualidad.
A lo largo de la historia han aparecido -y desaparecido- muchas otras firmas germanas dedicadas a las dos ruedas, y una de esas marcas es Sachs.

Sachs fue un fabricante de bicicletas, motos, camiones y vehículos todo terreno que comenzó a fabricar motos de pequeña cilindrada -entre 50 y 97 c.c.- en 1905 en las instalaciones de Nuremberg, Alemania, y no fue hasta 1928 que comenzaría a ensamblar motos de mayor cilindrada, pero usando motores de marcas como JAP, Villiers, Moser, Bark y Sturmey-Archer.
La llegada de la contienda mundial frenó la producción y por ello se abandonaron los modelos de gran cilindrada, ya que la producción se retomó en 1945 con un pequeño motor de 97 c.c. y ciclo 2T.
La Sachs B 805 se movía gracias a un tranquilo motor V2 japonés, que solo ofrecía 57 CV, demasiado poco para lo que costaba
En los 60 tuvo un gran éxito con su modelo K50, lo que le permitió expandirse y comprar marcas rivales como Hercules y Zweirad Union -Victoria, Express y DKW-.
Cuando llega el año 1974 se produce un salto espectacular ya que Sachs pone a la venta la Hercules W2000, la primera moto dotada de motor rotativo Wankel, mostrada como prototipo en el salón de Colonia de 1970. En los años 90 comienza a producir la K180 para el ejército, y hacia 1997 crea una nueva familia de modelos de 125 c.c.
En el año 2000 lanzaría sus primeras motos de gran cilindrada, las bicilíndricas Roadster 650 y 800, y en la feria Intermot de Munich muestra su prototipo de la Sachs Beast V2, un ejercicio de diseño fabuloso que nunca llegaría a la serie.

Y aquí arranca la historia de una moto desconocida para muchos, ya que se fabrica una corta serie limitada a 150 unidades de una evolución de la Roadster 800, la Sachs B-805 que protagoniza esta noticia.
Fabricada entre 2001 y 2005 era una evolución de la Roadster 800 a la que se le añadieron varios elementos de diseño que la convirtieron en una moto mucho más atractiva. Las malas lenguas dicen que la diseñaron para reducir el stock de motos Roadster 800 que no se vendían…
Como la Roadster, su corazón era un motor V2 de 805 c.c. -4T, aire, 4V, DOHC- de 57 CV y transmisión por cardán, procedente de… ¡una Suzuki Marauder!, una tranquila custom. Y sí, su denominación venía de la cilindrada de su motor, 805 c.c.
Su diseño era atractivo y diferente, su instrumentación era digital, pero su precio era muy elevado
En la parte ciclo dispone de un clásico chasis doble cuna de acero, con suspensiones convencionales, horquilla invertida Paioli no regulable, así como dos amortiguadores traseros, con llantas de radios de 17” y un par de frenos de disco con pinzas Grimeca de cuatro pistones opuestos el delantero.

Y a partir de aquí todo es diseño y revolución, ya que se monta un cupolino con dos pequeñas ópticas circulares elipsoidales apiladas, un colín de fibra extraíble que le da aspecto de monoplaza -asiento a 770 mm-, y un gran guardabarros delantero muy fashion con pinta de ser ultra aerodinámico que, la verdad, le quedaba muy bien -inspirado en la BMW R1150R.
La instrumentación también era futurista y muy diferente, abandonando la clásica doble esfera analógica con cercos cromados, para pasar a un pequeño y abigarrado formato con un trip LCD y unos cuantos chivatos, realmente extraño.
Esta Sachs B 805 derivaba de las Sachs Roadster 800, una naked demasiado tranquila
Su distancia entre ejes era de 1.481 mm, su peso era de 209 kg, el depósito tenía de 17 litros y su velocidad punta era de 175 km/h. De prestaciones realmente pobres, tanto en aceleración como velocidad punta, nunca llegó a ser una moto apreciada, a pesar de contar con un diseño muy atractivo.
Esta Sachs B-805 nunca se llegó a vender en nuestro país, pero era cara. Costaba bastante más que la Roadster 800, que en Alemania tenía un precio de 15.000 marcos, que convertidos a pesetas eran 1.267.000, unos 7.000 euros de ahora, algo elevado para una moto de hace 20 años.

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