Rossi, espectáculo dentro y fuera de la pista

Un número 1 gigante, un ángel, una lista de razones por las que fue campeón, camisetas conmemorativas, Blancanieves y los siete enanitos... El repertorio de celebraciones de Valentino cuando se trata de festejar un título mundial no tiene parangón. Las ha realizado de todos los colores.

El primer Campeonato del Mundo, el de 125 cc en 1997, lo obtuvo en el GP de la Republica Checa, a falta de tres carreras para terminar la temporada. Para celebrarlo, se subió al podio con un número 1 gigante en el que se podía leer ‘Rossifumi word cienpion’, su apodo en los primeros años seguido de la pronunciación en italiano de world champion, campeón mundial.

En 1999, cuando logró el título de 250 cc en Brasil, una carrera antes de que terminara el Mundial, Rossi paseó a uno de los miembros de su club de fan vestido de ángel, una ironía dirigida a los que le criticaban. El primer campeonato en la categoría reina, en el año 2001, lo consiguió después de pelear todo el año con Max Biaggi. Este título, cuando las motos más potentes del Mundial eran todavía de 500 cc, lo festejó en Phillip Island (Australia) con una camiseta en la que se podían leer las razones por las que se proclamó campeón.

Aquel año 2001 comenzó una racha de cinco títulos consecutivos. En 2002, ya en Moto GP, se alzó con el triunfo a cuatro carreras para el final, en el GP de Brasil. Allí lució una camiseta que destacaba su supremacía en la categoría. Un año después, el último con Honda, Sepang le vio coronarse por segunda vez en Moto GP. Para celebrarlo, se vistió de preso. El motivo, la ‘liberación’ que suponía el título después de diversos altibajos a lo largo de la temporada.

El primer campeonato de la mano de Yamaha, en 2004, fue uno de los más difíciles por la lucha que mantuvo con Sete Gibernau. Logró el triunfo final en Australia, una carrera antes del final de la temporada, y para celebrarlo utilizó una camiseta con el lema ‘Che spettacolo’ -Qué espectáculo-.

Rossi se convirtió en heptacampeón en 2005 en el GP de Malasia, cuatro carreras antes del cierre de temporada. Nada más cruzar la línea de meta, el italiano se fue a ver a Blancanieves y los siete enanitos, uno por cada título mundial. El octavo campeonato del mundo, sexto de la categoría reina y quinto en Moto GP, lo celebró ayer con un notario que certificó que Rossi es historia viva del motociclismo.

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