La RedMax Triumph Scrambler, obra del preparador británico Steve Hillary de Redmax Speed Shopper, goza de un chasis ultraligero al que se añadió el bicilíndrico de una Bonneville.
Pero como en cualquier preparación, son muchos los detalles que se suman en esta custom, además de una buena cantidad de piezas de otras motos.
El cliente que encargó esta pieza llegó al taller pidiendo una scrambler capaz de permitirle disfrutar de sus viajes en carretera, pero que también siga su ritmo cuando decida desviarse por caminos de tierra.
Ante tal petición, Steve Hillary le sugirió comenzar con uno de sus nuevos chasis para la Bonneville Tracker de apenas 16 kilos de peso, que curiosamente estaba diseñado para motores eléctricos.
En él encajaron el motor Bonneville de 865 c.c., y un par de carburadores Mikuni de 38 mm.
Los tubos de escape, realizados en acero inoxidable de alta gama, responden a una configuración 2-en-2, con salidas a ambos lado de la moto, y silenciadores de estilo enduro.
La RedMax Triumph Scrambler también monta piezas de otros modelos
Este sería el caso de la horquilla, proveniente de una Yamaha YZF-R6, las pinzas de freno Brembo de una Ducati Monster, o los discos de una Aprilia Pegaso.
Las llantas de aleación, obra de Dave Massam, combina a la perfección el negro con los radios metalizados.
Destaca el diseño del juego de luces, inspirado en las Baja, pero que deja atrás los LED y opta por luces halógenas a petición del futuro propietario de la RedMax Scrambler.
Destacan otros detalles como la bolsa de cuero ubicada donde iría la placa numérica o las perillas Biltwell marrones, a juego con el asiento de cuero.
El detalle que la convierte en una devora caminos, es una gran placa de aluminio que protege el motor de los baches u otros obstáculos que puedas encontrar circulando por pistas.
La guinda al pastel, vestir la RedMax Triumph Scrambler en rojo Ferrari desgastado, combinado con blanco nacarado.