Scott Redding es de los que no se calla lo que piensa, para bien o para mal. Es habitual ver que el de Gloucester se mete en todo tipo de berenjenales, como el año pasado, cuando fue muy combativo con el tema del peso de Álvaro Bautista, o recientemente con el cruce de declaraciones entre el piloto de Talavera y Ana Carrasco. El de BMW tuvo una discusión con su compatriota Tom Sykes en redes sociales.
Lo cierto es que tanto el británico como su compañero, Michael Van der Mark, esperaban con ansia probar la nueva BMW M1000RR, pero tras el test de Jerez de la semana pasada las sensaciones no fueron las deseadas.
La M1000RR presenta un amenazador aspecto, con su nueva y agresiva aerodinámica, pero…
“El hecho es que en las fotos se ve realmente espectacular, pero por dentro la moto se ha mantenido prácticamente idéntica”, afirmó Redding tras la prueba en Jerez. “Es como lavar una moto de cross: se ve limpia y bonita, pero sigue siendo la misma moto. El problema es que te creas grandes expectativas, pero luego la realidad no las refleja”, añadió el de BMW.
La nueva aerodinámica “nos ayudó un poco en velocidad y con las bajas temperaturas, pero no en cuanto a aceleración, frenada, o el pilotaje de la moto. El motor sigue siendo el mismo y el chasis también”, dijo un visiblemente frustrado Scott.
El problema no es la entrega de la potencia: “Trabajamos mucho con este tema el año pasado y el motor es incluso más agresivo que antes, pero nada que no se pueda controlar o que te impida pilotar. El problema es que desliza mucho a la salida de las curvas, y si eso te pasa en tres o cuatro curvas pierdes tiempo”.

Demasiado complicado
Redding dice que todo en la BMW es complejo, en especial la electrónica: “hay cosas que son diferentes aquí y me pregunto por qué. En Ducati también cambiaron cosas que al final funcionaron, mientras que aquí es como si quisiéramos reinventar la rueda”.
“Deberíamos centrarnos en que todo fuera lo más simple posible, lo más parecido a lo de los demás, centrarnos sólo en un par de puntos. En cambio, ahora tenemos una electrónica diferente. Antes teníamos unos frenos diferentes, un embrague diferente, de otros fabricantes. Cosas tan distintas que te plantean dudas ¿será eso, será aquello? Si tuviéramos lo mismo que montan los otros, las posibilidades se reducirían”.
¿Seguirá en BMW? Aunque tiene contrato, todo puede pasar: “Firmé el contrato con BMW porque quería ganar y ellos me dijeron que harían que yo pudiese ganar, e hicieron cambios. La horquilla y los frenos han cambiado, pero hay cosas que no cambiarán y hay que aceptarlo, aunque no sé por qué. Tal vez sea un tema de marketing”.
Y remata: “Quiero ganar el Campeonato y ellos también, pero quizás les interese más vender motos que ganar el Campeonato del Mundo”, concluye un enfadado Redding.