Prueba Yamaha N-Max 125 2021: Por algo será…

Prueba Yamaha N-Max 125 2021: Por algo será…

Cuando algo se vende bien es porque funciona bien, y el N-Max fue el tercer scooter más vendido del mercado estatal el pasado año. Ahora, cuando toca actualizarse para la Euro 5, Yamaha aprovecha para añadirle equipamiento y para acercar su imagen a la icónica saga X-Max.

La renovación de la gama Urban Mobility de Yamaha, adaptándose a las exigencias de la Euro 5, ha servido para poner al día uno de los superventas de nuestro mercado, el N-Max 125. Para 2021, este urbanita recibe grandes mejoras en muchos campos. Un equipamiento más premium y una parte ciclo mejorada, además de la pertinente adaptación/actualización de su mecánica, lo convierten en un excelente aliado para lidiar con el tráfico urbano del día a día.

El N-Max llegó al mercado en 2015 y desde entonces Yamaha ha vendido más de 72.000 unidades en todo el mundo, lo cual habla muy bien de este modelo. Su aspecto elegante y con un cierto estilo deportivo ha encajado perfectamente entre el público. Pero además de una atractiva imagen exterior, el N-Max también ofrece funcionalidad, comodidad y prestaciones, características estas que se han visto potenciadas en la nueva versión 2021.

Imagen 100% Max

Hay que decir que, aunque el N-Max es el scooter más vendido de la gama Urban Mobility de Yamaha, dentro del catálogo de la firma japonesa los reyes del mambo son en realidad los X-Max, en todas sus cilindradas. Es por eso por lo que se ha decidido aprovechar esta remodelación para acercar la imagen del N-Max al de esta familia, con un equipo óptico más compacto y un carenado frontal más limpio, con menos aristas.

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La pantalla parabrisas está ahora más integrada al conjunto frontal, igual que los plásticos laterales que albergan los intermitentes. También la parte posterior recibe cambios, con una carrocería más estrechas y un conjunto óptico más moderno, de clara inspiración X-Max. Eso sí, mantiene las mismas cualidades ergonómicas de su predecesor, con un asiento amplio, situado a tan solo 765 mm del suelo, un manillar alto y a una distancia correcta del cuerpo y un buen espacio entre las rodillas y el contraescudo.

Además, pese a ser un scooter relativamente pequeño, el N-Max ofrece la posibilidad de estirar las piernas gracias a su plataforma adelantada. Una posición, por cierto, que recomiendo, pues el espacio de apoyo en la plataforma horizontal no es muy generoso dada la anchura del puente central.

Equipamiento top

Aunque el N-Max no es un scooter de los denominados premium, en realidad no le viene grande este adjetivo. A nivel de equipamiento está bien servido. Para empezar, dispone de sistema Smart Key, una novedad de esta versión 2021. Este elemento, tomado directamente del empleado por la familia X-Max, permite que podamos utilizar el scooter sin necesidad de usar la llave; se puede poner en marcha el motor, abrir el depósito de gasolina y acceder al interior del cofre con tan solo pulsar un botón. Más novedades.

El tablier es completamente digital e incorpora un completo ordenador de a bordo, además de mostrar los datos habituales. Además, ahora nos permite conectar nuestro smartphone al scooter mediante la aplicación My Ride de Yamaha. De esta manera podremos ver en el tablier, mediante unos testigos luminosos, si estamos recibiendo una llamada o si tenemos mensajes nuevos. Además, la propia app que nos instalamos en el móvil nos ofrecerá datos muy interesantes, tanto sobre el scooter en sí como sobre el uso que le estamos dando (ofrecemos todos los detalles en el recuadro específico).

La capacidad de carga es fundamental para un scooter urbano, y en este sentido el cofre que se esconde bajo el asiento del N-Max seguro que colmará las necesidades del uso diario. En su interior cabe un casco integral y más cosas, es grande y diáfano, y se complementa su capacidad de carga con un par de guanteras situadas en el contraescudo, una con tapa (sin cerradura) y la otra abierta y con una toma de corriente en su interior.

Un motor más limpio

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Arquitectónicamente, el motor del N-Max es de lo mejorcito que puede montar un scooter de esta categoría. Se trata de un monocilíndrico refrigerado por líquido, con 4 válvulas y un sistema de distribución que se podría calificar como distribución variable, es decir, que el motor trabaja con una apertura de válvulas a bajas vueltas y con otra cuando el régimen de giro aumenta, buscando de esta forma el mejor rendimiento en toda la gama de revoluciones.

Lo cierto es que se trata de un motor muy, muy suave, sin ninguna vibración y potente. Ofrece una potencia máxima de 12,2 CV y una relación de cambio que deja que el motor se estire por encima de los 100 km/h de marcador (en la app My Ride pudimos ver 114 km/h, que en teoría son reales).

Esto no significa que se haya tenido que sacrificar la arrancada inicial, al contrario. Gracias precisamente al sistema de distribución variable toda la franja de revoluciones está muy equilibrada, con aceleraciones sólidas hasta los 80 km/h y con un buen rendimiento también a partir de esa velocidad. Esta cualidad le otorga al N-Max la virtud de circular esporádicamente por autopista sin notar carencias importantes. No es un scooter para hacer cada día muchos kilómetros a fondo, pero tolera de muy buena manera que le demos caña de vez en cuando.

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Una novedad importante en esta versión es la incorporación de un nuevo sistema Start-Stop. Está pensado para ser respetuoso con el medioambiente, por supuesto, pero también ayuda a contener el consumo medio en un uso cien por cien urbano. La marca anuncia 2,2 litros a los 100 km, aunque el ordenador de a bordo nos señaló un consumo por encima de los 3 litros de media al finalizar la prueba. Sin embargo, tengo que decir que muy posiblemente, en una conducción moderada esta cifra pueda estar por debajo de los 3 litros, pero es algo que deberemos comprobar una vez dispongamos de la unidad de pruebas en nuestra redacción.

Muy fácil

Es la mejor definición de cómo se conduce el N-Max. Es un scooter amable, con una respuesta inicial al puño del gas muy dócil, muy controlable, apta para cualquier nivel de usuario… Un detalle importante para que un scooter sea fácil de controlar es el peso total, que en el caso del N-Max es de tan solo 131 kg, y de cómo está repartido este. Yamaha ha tratado de situar el centro de gravedad lo más bajo posible y repartir el peso entre los dos ejes, de ahí que el depósito esté situado en el paso del chasis por la plataforma, por ejemplo. Ayuda mucho también la escasa altura del asiento, porque además facilita el apoyo de los pies en el suelo y eso hace que aumente la sensación de seguridad en maniobras a baja velocidad.

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Ya hemos dicho anteriormente que el espacio para los ocupantes es amplio y cómodo, y a ello se tiene que añadir que también permite un dominio absoluto sobre la conducción. Inicialmente da la sensación de que el manillar es muy estrecho y que eso podría hacer que tuviésemos que estar corrigiendo constantemente el guiado de la rueda delantera para mantener una trayectoria recta. Sin embargo, cuando te subes y lo conduces enseguida notas que es un scooter muy estable, que obedece con mucha solvencia a las órdenes del manillar -seguramente las 13 pulgadas de sus llantas ayudan a que así sea-. Es muy preciso en los cambios de dirección, inclinando progresivamente, sin escalones, lo cual redunda en la sensación de seguridad que transmite a quien lo conduce.

Parte ciclo efectiva

El N-Max monta un bastidor muy consistente gracias, sobre todo, porque monta un puente central alto y ancho, tal vez demasiado incluso. Eso hace que la conexión entre el tren delantero y el trasero sea muy sólida, que no haya flexiones en el conjunto del manillar manteniendo de este modo la geometría de la dirección en cualquier circunstancia, y se nota la diferencia respecto a la mayoría de scooters con plataforma plana.

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Las suspensiones son parte fundamental en el buen comportamiento dinámico del N-Max. La horquilla se nota firme en la respuesta cuando afronta un piso en mal estado, pero con un buen compromiso entre efectividad y comodidad cuando este se torna más liso y amable. Son 100 mm de carrera los que filtran las irregularidades del asfalto para que no nos lleguen al manillar, y lo logran de manera impecable.

En cuanto a los amortiguadores del tren trasero, no hay queja. Trabajan en perfecta armonía con el resto de la parte ciclo y se nota desde el puesto de conducción el buen trabajo que hacen tratando de mantener la rueda con el máximo contacto en el suelo. Por cierto, hay que decir que esta nueva versión 2021 viene equipada con control de tracción, así que se añade esta ayuda al buen rendimiento general del tren trasero.

Otro detalle importante a tener en cuenta es que los amortiguadores son regulables en precarga en múltiples posiciones y sin necesidad de usar herramientas, pues disponen de una especie de pomo en la parte superior que se rosca con la mano en el vástago del amortiguador comprimiendo o aflojando el muelle, ideal para ajustarlo en un minuto si vamos a circular con pasajero o no.

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También en el apartado de la frenada el N-Max cumple con nota. Monta un disco de 230 mm en cada eje y el sistema está acompañado de un ABS de última generación. La potencia de frenada es muy correcta, sobre todo en el tren delantero, aunque no es una frenada de moto deportiva, así que habrá que ser firmes con las levas para lograr una frenada contundente. En cambio, el freno trasero nos pide todo lo contrario, que seamos sutiles cuando actuamos sobre él. La idea es utilizarlo como apoyo cuando la velocidad es baja, nos ayuda a maniobrar entre el tráfico, más que el delantero, pero cuando la velocidad es alta y apretamos fuerte la leva notamos que el ABS salta con demasiada prontitud. Aun así, en general se merece un notable en este apartado.

Una excelente opción

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Si tenemos que hacer una valoración final de cómo le ha sentado este restyling al N-Max, la verdad es que no nos resulta muy complicado. Ha mejorado justo en lo que tenía que mejorar: estética, mecánica y equipamiento. De hecho, bajo mi punto de vista, ha pasado de ser un scooter que podríamos catalogar como uno más entre tantos en la categoría 125 urbanos, sin desmerecer el hecho de que ha logrado ser el tercer modelo más matriculado del pasado año de entre todos los de dos ruedas, motos y scooters de todas las cilindradas, a ser un modelo que sobresale entre el resto de sus rivales.

Ahora el N-Max ofrece más que muchos otros y se ha convertido en un scooter premium sin apenas mover el precio que tenía. Por 3.299 euros el N-Max ofrece un equipamiento amplio, una imagen actual y con un cierto aspecto deportivo, un motor muy suave y respetuoso con el medioambiente y una parte ciclo de alta calidad. ¿Se puede pedir más?

Lo que más nos gusta y lo que menos…

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A favor: Destacamos su equipamiento: smartkey, Star & Stop, full led, control de tracción, un gran cofre… pero también, la calidad de acabados, las prestaciones del motor, la ausencia de vibraciones y lo bien que se mueve entre el tráfico.

En contra: La mejora estética que ha experimentado es notable, pero me cuesta creer que un scooter de estas características precise de un puente tan ancho en la plataforma, resta espacio para los pies.

Guía de equipamiento

Capacidad cofre: 1 casco integral

Apertura cofre: Botón contraescudo

Luz de cortesía: No

Guantera: Sí/2

Toma de corriente/USB: Sí

Plataforma plana: No

Gancho portabolsas: No

Parrilla portabultos: No

Indicador gasolina: Digital

Reloj horario: Digital

Caballete: Central y lateral

Full led: Sí

Estriberas pasajero: Abatibles

Asas pasajero: Sí

Amortiguador ajustable: Sí, pomo con rosca

Ficha técnica

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Motor tipo: 1cilindros 4T LC SOHC 4V

Diámetro x carrera: 52,0 x 58,7 mm

Cilindrada: 125 c.c.

Relación compresión: 11,2:1

Potencia máxima: 9,0 kW (12,2 CV) a 8.000 rpm

Par motor máxima: 11,2 Nm (1,1 kgm) a 6.000 rpm

Relación Peso/potencia: 10,7 kg/CV

Alimentación: Inyección electrónica

Arranque: Motor eléctrico

Encendido: Electrónico digital TCI

Cambio: Variador automático CVT

Embrague: Automático centrífugo en seco

Transmisión secundaria: Por correa trapezoidal

Tipo chasis: Tubo de acero y chapa estampada

Geometría de dirección: N.d.

Basculante: Grupo motopropulsor oscilante

Suspensión delantera: Horquilla telescópica con 100 mm de recorrido, sin ajustes.

Suspensión posterior: Doble amortiguador hidráulico con 85 mm de carrera, multiajustable en precarga

Freno delantero: Disco de 230 mm y pinza de doble pistón, ABS

Freno trasero: Disco de 230 mm y pinza de simple pistón, ABS

Neumáticos: 110/70 x 13” y 130/70 x 13”

Largo total: 1.935 mm

Altura máxima: 1.160 mm

Anchura máxima: 740 mm

Distancia ejes: 1.340 mm

Altura asiento: 765 mm

Peso en seco: 131 kg

Consumo homologado: 2,2 l/100km

Depósito gasolina: 7,1 litros

Autonomía teórica: 323 km

Precio: 3.299 euros

Garantía oficial: 2 años (ampliable a 5 años)

Importador: Yamaha Motor España, S.A.

Más información en la web de la marca.

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