Prueba Yamaha MT-10 2022. La reina oscura

Prueba Yamaha MT-10 2022. La reina oscura

El lado oscuro de Japón tiene su particular jerarquía y sin lugar a duda la MT-10 gobierna con mano de hierro en ese particular escenario. En el imaginario de Yamaha este modelo reina sin oposición y supone el culmen de una peculiar saga de nakeds creadas para proporcionar el máximo de placer y diversión.

Ante todo dejemos clara una premisa, estamos frente a una soberana muy peculiar, una dama controvertida en sus formas, que desde luego no dejará a nadie indiferente.

Si la anterior versión de la MT-10 ya suscitaba comentarios con su aspecto cibertrónico, el diseño de 2022 mantiene esa línea desafiante y exhibe un rostro picassiano digno de las mismísima Rossy de Palma. Y a mucha honra. Lo cierto es que la hypernaked de Yamaha rebosa personalidad y no hace concesiones a la galería, sabe lo que quiere y lo demuestra de forma rotunda.

La MT-10 representa la cúspide de la familia MT, rematando una saga que comienza con la pequeña MT-125, continua con las MT-03 y MT-07 y encara su recta final con la MT-09 antes de llegar a nuestra protagonista de hoy. Una naked que en su máxima expresión de 1000 c.c. acumula más de 17.000 compradores desde su lanzamiento y que goza de mayor predicamento en mercados como el inglés, el francés y el alemán.

undefined

Para seguir abanderando el Master of Torque de la casa de los diapasones, la MT-10 sigue mostrando un frontal fácilmente identificable. En este caso y comulgando con un sentido casi cubista del diseño, lo hace con una doble óptica led de mínimas dimensiones situada bajo unas luces diurnas en forma de cejas enarcadas.

El poder de esta naked se evidencia gracias a sus formas y en particular por lo rotundo de su gran depósito al que flanquean dos enormes tomas de admisión que subrayan esa musculosa presencia de naked hipervitaminada., El resto es casi pura anécdota ya que Yamaha ha despojado a su MT-10 de todo aquello que sea esencial y remata su obra con un piloto trasero de lo más compacto.

En cualquier caso, el meollo de esta japonesa gira en torno a cuatro ejes principales, un motor muy potente y dotado de un par excepcional, una electrónica de última generación que ayuda pero no interfiere, un bastidor y unas supensiones capaces de aprovechar el rendimiento de su mecánica y una imagen de familia que refuerza el concepto MT en toda su extensión.

undefined

Herencia racing

Si nos centramos en primer lugar en el corazón de la bestia, vemos que el tetracilíndrico de 998 c.c. con diseño cross plane heredado de la R1 cumple ahora con la preceptiva normativa Euro 5, a pesar de lo que no pierde fuelle e incluso gana algo más empuje. El trabajo en la admisión, la inyección y el cambio de las bielas de titanio por unas de acero – entre otros ajustes – han logrado potenciar su banda media e incluso incrementar en algo más de 5 CV su potencia máxima, ahora de 165’9 CV.

Pero la verdadera magia llega gracias a la electrónica, gracias al acelerador ride-by-wire y a una IMU de 6 ejes que permite disponer de control de tracción en curva, control de deslizamiento, control antiwheelies y por supuesto, ABS en curva.

Pero volvamos por un momento atrás. A nadie se le escapa que un motor es algo casi vivo, un ente que respira. Y ese aspecto también contribuye al carácter de la moto, máxime en el caso que nos ocupa.

undefined

Lo cierto es que los ingenieros de Yamaha han instalado en la nueva MT-10 una nueva caja de filtro con tres conductos de admisión de diferentes longitudes y secciones transversales. Ese sonido de admisión ha sido afinado y puede escucharse gracias a las salidas ubicadas a ambos lados de la parte superior delantera del depósito. Dos altavoces para escuchar el rugir de su respiración.

Y del mismo modo que inspira, la MT ha de exhalar y lo hace desde un escape totalmente nuevo, un conjunto de colectores y silencioso fabricados en titanio. Efectivos, aunque algo pobres a la vista. Quizás la MT-10 se merecía algo más vistoso.

Donde no hay nada que objetar es en su bastidor. Soberbia pieza donde las haya. Un deltabox de aluminio de reminiscencias R1 que se une a un largo basculante, también de aleación ligera, y se completa con un nuevo subchasis tubular de acero, más compacto. Un chasis que agiliza su comportamiento al máximo gracias a una batalla menor de lo esperada, apenas 1.405 mm separan ambos ejes.

A esta estructura se le suman una horquilla invertida KYB de 43 mm, regulable en todas sus vías (muelle, compresión y extensión) y un amortiguador trasero de la misma marca trabajando sobre bieletas, igualmente ajustable en todos sus parámetros.

undefined

Como un guante

La verdad es que el conjunto funciona muy bien. Quizás el tarado inicial de serie resultó algo duro para mi peso - unos 65 kilos – y los rebotes en carretera a alta velocidad se acusaban un tanto. Sin embargo es un tema fácilmente subsanable, gracias a las múltiples opciones de ajuste. Sólo hace falta un poco de tiempo y paciencia.

En cuanto a la frenada, la MT-10 llega muy bien surtida. Doble disco flotante de 320 mm con pinzas radiales de cuatro pistones, accionadas ahora mediante una nueva bomba radial Brembo. Una dotación que proporciona en el tren delantero un tacto exquisito, progresivo y muy potente. Nada que objetar.

Detrás un disco de 220 mm acompaña y ayuda a timonear cuando apretamos el paso. Su tacto no es malo, aunque tiene tendencia a ejercer demasiada presión a la más mínima insinuación.

Y todo ello sin olvidar que contamos con la inestimable ayuda del freno motor de esta mil desnuda. Un control que podemos dosificar en dos niveles. Durante la prueba probé ambos y la verdad es que prefiero el nivel 1- el más acentuado – ya que evita abusar de la leva en exceso. El nivel 2 ofrece un frenado mínimo.

undefined

Otra pequeña novedad la encontramos en las ruedas donde las llantas de aleación y cinco palos emplean ahora nuevas válvulas de inflado de 90º, lo que facilita enormemente esta tarea. Además en esta versión 2022 se montan los nuevos Bridgestone Battlax S22, una goma que durante la prueba se reveló muy apropiada para este modelo gracias a su excelente agarre y una gran rapidez para alcanzar temperatura.

Antes de salir por los alrededores de Valencia a probar las bondades de la Yamaha MT-10, estuvimos familiarizándonos con ella en los jardines del hotel y la verdad es que la primera impresión fue muy buena.

Nada más subirte sientes que todo está colocado en su sitio, el asiento es cómodo – algo que se ratificó tras más de 200 km de recorrido -, el ancho depósito hace que abras las piernas pero al mismo tiempo deja que las recojas en sus costados y el manillar es ancho sin caer en excesos.

Buscando su lugar

La moto no se siente pesada a pesar de sus 212 kilos y puedes moverla en parado con relativa facilidad y una vez puestos en marcha se nota mucho más ligera y manejable. Tras un recorrido por el centro de Valencia en busca de las carreteras que nos llevan a los puertos de montaña cercanos pudimos constatar que, sin ser una ciudadana ejemplar, la Yamaha MT-10 se mueve con soltura gracias a una distancia de ejes muy ajustada y un ángulo de giro no excesivamente comprometido por las botellas de la horquilla.

El único inconveniente en tráfico urbano es una relación de cambio con una primera muy larga que en ocasiones te obliga a tirar de embrague y su leva no es precisamente blanda de accionar.

undefined

A propósito, antes de comenzar a rodar es conveniente dejar establecida la configuración de la moto, ya que una vez en marcha no se puede cambiar el modo, aunque sí algunos parámetros dentro del escogido. Y esto nos lleva a la nueva pantalla TFT, un cuadro de tamaño contenido pero buena legibilidad y un funcionamiento por menús no excesivamente complicado.

Para navegar, básicamente hay que utilizar la pequeña ruleta de la piña derecha para subir y bajar y presionarla para seleccionar. Así podremos escoger entre 4 modos de conducción que a su vez pueden ser personalizados, interviniendo en el nivel de modulación de sus diferentes apartados. Seguramente merece la pena perder algo de tiempo en preparárselos antes de salir para disponer siempre de las opciones ajustadas al gusto personal.

En la piña izquierda encontramos como novedad un control de velocidad para recorridos por autovía o autopista y un práctico limitador de velocidad.

La diversión de verdad, el momento de adentrarnos en ese lado oscuro que nos prometen, llega cuando la carretera empieza a retorcerse. Es entonces cuando la Yamaha MT-10 coge aire y aulla por sus tomas de aire. Las aceleraciones son brutales y fulgurantes, tanto que el control antiwheelie se convierte en un excelente aliado si no quieres ir con la rueda delantera apuntando al aire. Sin embargo, el verdadero placer llega cuando vas negociando con gran fluidez una curva tras otra. Aquí radica el verdadero encanto de este modelo.

undefined

Puedes escoger entre segunda o tercera que por cerrado que sea el ángulo, el fabulosos par que entrega sus tetracilíndrico te impulsa rápidamente sin dudas ni traqueteos. Hay quien negociaba esos giros en primera y la MT te lo permite gracias a ese desarrollo que en ciudad penalizaba pero que en carretera sirve para lanzarte hasta la siguiente frenada. El Master of Torque funciona. Y muy bien.

Además el bastidor ayuda en los cambios de apoyo y en la trazadas, siempre limpias y de fácil corrección si entramos algo pasados. La electrónica juega su papel sin molestar que es lo mejor que se le puede pedir y el cambio automático, que la Yamaha MT-10 monta de serie, funciona como un reloj si el ritmo es alto. Puedes confiar en él sin dudar, tanto para subir como para bajar.

Otra cosa es cuando la conducción es lenta y entre vehículos, en esos casos se muestra lento y duro. En esos casos mejor usar la leva de mano.

En terrenos más abiertos y con posibilidades de exprimir su mecánica, la velocidad y las aceleraciones son verdaderamente escandalosas, pero con una capacidad asombrosa para mantener la trayectoria sin moverse un milímetro.

undefined

Otra cosa es realizar largos desplazamientos. En ese caso tómatelo con calma, es una naked y la protección brilla por su ausencia. Todo dependerá de la resistencia de tus cervicales.

En este último caso Yamaha ha preparado un pack de accesorios para las salidas de fin de semana o como ellos dicen, Weekend Pack, con sus bolsa para ela siento, una pantalla de mediana altura, asiento confort…

Y si no vamos al extremo opuesto, la marca de los diapasones te ofrece el Sport Pack con su escape Akrapovic, protectores de levas, soporte de matrícula aligerado…

En fin, una hypernaked, quizás no tan radical como otros modelos del mercado, pero sí poderosa y brutal. Lo suficente para convertirse en la reina del lado oscuro. ¿Te atreves?

undefined

MT-10 SP, más oscura todavía

Y más sofisticada. La Yamaha MT-10 llevada a su máxima expresión. Esta versión cuenta con suspensiones Öhlins de segunda generación con tres modos de ajuste semiactivos y 3 manuales y acabados en nitruro de titanio, además de latiguillos metálicos en los frenos y un acabado de pintura Premium. También montas placas laterales inferiores, cadena de transmisión dorada, entradas de aire para mejorar la temperatura del aceite y el basculante con acabado cepillado y con recubrimiento transparente. Su precio es de 19.899 euros.

Lo que más nos ha gustado y lo que menos...

Solo+

Un motor inacabable y una parte ciclo soberbia que se han complementado con una electrónica perfectamente adaptable a todo uso

Solo-

Una relación de cambio con una primera kilométrica penaliza en ciudad.

Los cambios de modo no se pueden realizar sobre la marcha.

Ficha técnica Yamaha MT-10

Motor tipo:                            4 cilindros en línea 4T líquido DOHC 16V

Diámetro x carrera:             79 x 50,9 mm

Cilindrada:                           998 c.c.

Potencia máxima:                 165,9 CV a 11.500 rpm

Par motor máximo:              112 Nm a 9.000 rpm

Alimentación:                       Inyección electrónica

Emisiones de CO2:               159 g/km

Cambio:                                 6 velocidades

Embrague:                            Multidisco en baño de aceite

Transmisión secundaria:     Cadena de retenes

Tipo chasis:                                       Doble viga perimetral de aluminio

Geometría de dirección:      24° y 102 mm

Basculante:                           Doble brazo de aluminio

Suspensión delantera:          Horquilla invertida KYB regulable de 43 mm y 120 mm de recorrido

Suspensión posterior:          Monomortiguador KYB completamente regulable, 120 mm de recorrido

Freno delantero:                   2 discos de 320 mm con pinzas radiales de 4 pistones y ABS cornering

Freno trasero:                       Disco de 220 mm. con pinza de dos pistones y ABS cornering

Neumáticos:                          120/70-17 y 190/55-17

Distancia ejes:                       1.405 mm

Altura asiento:                      835 mm

Peso -llenos-:                         212 kg

Depósito:                               17 l

Consumo medio:                  6,8 l/100 km

Autonomía teórica:              250 km

Garantía oficial:                   3 años

Importador:                          Yamaha Motor España

Contacto:                               935776000

Web:                                      www.yamaha-motor.eu/es/

Galería:

Mostrar comentarios
Cargando siguiente contenido...