Prueba Triumph Tiger 1200 XRt, la rutera definitiva

Prueba Triumph Tiger 1200 XRt, la rutera definitiva
undefined

La Triumph Tiger 1200 XRt convierte su completo equipamiento, confort en marcha y dinamismo impecable es parte de sus atractivos. Estamos ante un renovado modelo al que han aplicado más de cien mejoras y con el que viajaremos sin límites.

El portentoso motor tricilíndrico pondrá la banda sonora a nuestras aventuras al manillar de esta rutera definitiva. Esta Triumph Tiger 1200 ha sido una de las grandes novedades de este año de la firma británica.

Desde Hinckley se le ha dado un nuevo impulso al incorporar más de cien novedades, todo para ganar terreno en una categoría que domina con mano de hierro la BMW R 1200 GS, una situación que debería ser objeto de un estudio, porque después de probar motos como la Triumph Tiger 1200, cuesta entender la situación de privilegio de la alemana.

Como habéis podido apreciar, la maxitrail de referencia de Triumph pierde la denominación Explorer para quedarse con Tiger, un nombre histórico para la marca, pues estamos ante un modelo que supuso el desembarco de los chicos de Hinckley en el segmento offroad con la Tiger 70 hace 82 años, nada más y nada menos.

Como hemos avanzado, Triumph juega fuerte. Y más con la Tiger 1200 XRt, su propuesta más asfáltica y tope de gama, con el equipamiento como uno de sus grandes atractivos. Pero no adelantemos acontecimientos.

De salida, toda la familia Tiger pierde once kilos con el objetivo de mejorar sus prestaciones ante la báscula, el talón de Aquiles de esta británica. Dentro de las más de cien mejoras, juega un papel protagonista el motor y el “upgrade” del equipamiento.

Va, os vamos a poner los dientes largos, porque esta Triumph cuenta de serie con faros adaptativos para curva, cuatro modos de conducción, quickshifter (arriba y abajo), arranque sin llave, pantalla de TFT con múltiple configuración, suspensión semiactiva, control de velocidad crucero, ABS optimizado para curva, tomas de corriente, puños y asiento calefactados…

undefined

Todo para convertirla en la rutera definitiva. Qué duda cabe de que, como en otros modelos, el motor es un pilar básico de la Tiger. Para esta nueva generación se han introducido toda una serie de optimizaciones que le han permitido ganar 6 CV respecto a la versión anterior pero sobre todo poder ofrecer una entrega de potencia más lineal pero igual de directa a la primera insinuación del puño del gas.

Son 141 CV que la convierten en la 1.200 c.c. con transmisión por cardán más potente de mercado de su categoría. Con todo, un motor tan capaz como divertido, como veremos más adelante.

Siguiendo el hilo de las novedades y atractivos de la Tiger, deberemos prestar atención especial al cuadro de instrumentos, totalmente renovado, básicamente porque es por donde nos llega toda la información. Estamos ante un panel de TFT a color con una pantalla de 5 pulgadas ajustable en inclinación para mejorar su visualización según las condiciones de luz.

Además, los mandos para su gestión, donde encontraremos un práctico joystick, están retroiluminados para un mejor manejo. Porque desde ellos seleccionaremos también los cinco modos de conducción de la Tiger, como son Sport, Road, Rain, Off-Road y Rider (personalizable). Como recordatorio, cabe mencionar que cada modo llega programado de fábrica actuando sobre la potencia, ABS, control de tracción y suspensión activa.

Suspensiones semiactivas

La Tiger XRt es la más equipada de la familia y dentro de las exquisiteces que trae, encontramos detalles como la suspensión WP, que forma parte del sistema de suspensiones semiactivas de Triumph (TSAS) y actúa sobre la precarga, y dispone de dos modos de funcionamiento: Auto y Off-Road.

En este sentido, la amortiguación trasera se ajusta automáticamente al peso del conductor y si llevamos pasajero y equipaje. El arranque sin llave, la regulación eléctrica de la altura de la pantalla, el asistente de arranque en pendiente son parte de un equipamiento que la sitúan en un plano superior.

Tampoco dejaremos de mencionar la frenada Brembo, el embrague antirrebote, la unidad de medición inercial (IMU) para gestionar el ABS y todas las ayudas a la conducción, como el control de tracción.

undefined

A veces no prestamos suficiente detalle a la iluminación de la moto y solo nos acordamos de Santa Bárbara cuando truena, es decir, cuando tenemos que circular de noche, como por ejemplo le pasó a muchos participantes de la pasada edición del RodiBook, que no solo salieron de noche, sino que acabaron a oscuras.

Pues aquí “triumpharemos” con la Tiger gracias a su nuevo sistema de iluminación en curva, que reacciona a los movimientos de la moto para ofrecer la mejor visibilidad. En este escenario, los mandos retroiluminados nos van a ayudar en nuestros primeros escarceos nocturnos con la Tiger, hasta que los sepamos manejar sin mirar. Y de día dispone de luz led de iluminación diurna.

Otro de los aspectos revisados en la nueva generación de Tiger es la ergonomía, vital en una moto sobre la que pasaremos horas para viajar largo y tendido. Ahora nos encontraremos con un manillar 20 milímetros más cerca del conductor, que nos invitará a adoptar una posición de conducción más erguida y, por ende, cómoda, además de facilitarnos la tarea a la hora de maniobrar en parado o a poca velocidad, por no decir que la acerca a un mayor espectro de usuarios. La altura del asiento, ahora con un mullido revisado, es ajustable en dos medidas: 855 mm y 835 mm, y la pone al alcance de la gran mayoría.

Además, la XRt cuenta con el asistente de arranque en pendiente de serie, toda una ayuda si nos encontramos en esta tesitura, como tener que parar en la rampa del parking o en medio de una cuesta, con una moto de su peso y tamaño.

Más ligera y compacta

Si no recuerdo mal, tuve la ocasión de asistir a la presentación nacional de la Explorer 1200 y después realizar la prueba para la revista Solo Moto, años ha, el recuerdo que tengo de esta 1200 es de una moto con unas condiciones ruteras excepcionales, pero pesada y grande.

A su grupa daba la sensación de que ibas subido en la popa de un transatlántico, sensación similar a la primera KTM 1290 Super Adventure en el sentido de que eran motos voluminosas en su nacimiento y en siguientes generaciones han reducido el tamaño. Y la Tiger no es una excepción. Pues con la XRt, la primera sensación que destila es de una trail compacta, sin olvidar que es una 1.200.

undefined

La posición de conducción es relajada, muy natural, con el manillar cerca para controlarla mejor en todo momento y viajar sin forzar la posición. Además, para mi escaso 1,75 metros de altura, hacía pie en parado con facilidad.

Imagínate la sensación de seguridad y control cuando debes maniobrar en parado con una moto de 265 kilos en orden de marcha. Tienes todos los mandos muy a mano y el cuadro de instrumentos es una auténtica pasada.

Por suerte ya lo conocía de otros modelos de la firma británica, porque la primera vez que lo ves y empiezas a jugar con las configuraciones y toda la información que manejas te quedas tonto.

Para haceros una idea, tiene tres diseños diferentes de la pantalla que elegir, con distintas ubicaciones para la velocidad y las rpm; a la izquierda de la pantalla de TFT de 5 pulgadas se visualizan el modo de conducción, la temperatura ambiente y la hora, mientras que en una fila de iconos situada en la parte baja de la pantalla podremos ir cambiando y ver los dos parciales, el ajuste de la suspensión, el ajuste de pantalla, consumo actual y medio de combustible, además de la autonomía y más.

Como nos sucede con la mayoría de las Triumph, poner en marcha el motor tricilíndrico es empezar a escuchar música celestial, a la postre la mejor banda sonora para irte de viaje.

Empezamos nuestra aventura con el modo Road. Maniobrar en la plaza de parking de la redacción de Solo Moto fue coser y cantar. En los primeros metros ya percibes la suavidad de funcionamiento del propulsor y nos ayuda a sortear el denso tráfico de la ciudad.

La altura del manillar nos permitirá avanzar sin problemas, pues la mayoría de los retrovisores de los coches quedan por debajo. El motor va fino, pero es que el quickshifter es una delicia; arriba y abajo.

undefined

En ciudad, y cambiando a bajas vueltas, es cuando este asistente del cambio se puede mostrar algo torpón (fallar algún cambio), pero no es el caso de Triumph. Aunque lo mejor es hacer pie con seguridad cuando tienes que parar en los semáforos.

Y a la hora de parar, no notas una transferencia de pesos que nos inquiete en la frenada antes de poner el pie en el suelo. Todos los mandos están a mano de una forma natural y el embrague trabaja con suavidad. La ciudad no es el hábitat natural de la Tiger 1200, pero se desenvuelve con bastante soltura para tratarse de una maxitrail.

Aunque en verano el calor que emite el motor no invita a abusar de ella por la urbe. Así que lo mejor es buscar espacios abiertos donde este tigre será inmensamente feliz.

Dejando atrás la ciudad por una vía rápida, el confort es supremo, con una excelente protección aerodinámica y un control de velocidad crucero que nos permitirá descansar la muñeca en tiradas largas.

La posición de conducción es natural, sin cargar la espalda ni las muñecas, y con las piernas bien colocadas, sin ir demasiado encogidas, aunque con los estribos a una buena altura para no tocar con la bota en el suelo a la primera inclinada en curva. La sensación es que puedes llegar al fin del mundo por auto - pista o autovía sin cansarte…

Pero no tiene nada de gracia, para eso nos vamos en avión. La gracia está cuando salimos de la autovía y cambiamos de escenario para circular por carretera. Aquí apreciaremos que el quickshift es rápido, suave y preciso, todo un aliado para conducir sin apretar el embrague tanto al subir como al bajar marcha. El sonido del motor tricilíndrico tendría que estar disponible en una lista de Spotify; sencillamente genial.

undefined

Tricilíndrico embriagador

El motor entrega la potencia de una forma suave pero contundente a la vez. Lo notas lleno a cualquier régimen, y esos 141 CV dan mucho de sí. La tercera es muy generosa, y nos saca de las curvas a apenas 40 km/h, girando por debajo de las 2.500 rpm.

A partir de aquí, el motor empieza a estirar y será a las 5.500 rpm cuando empuje con ganas pero de forma muy lineal hasta las 9.000 rpm; pura lujuria. Además, a bajo régimen empuja sin marcar tanto las pistonadas como un bicilíndrico, así que saldrás de las clásicas paellas de 180 grados de primera como un campeón.

En tramos más virados se muestra más ágil de lo esperado en el cambio de dirección, debido a la centralización de las masas y reducción del peso suspendido. Aunque tampoco te dejes embriagar por la melodía de seducción que emite su escape Arrow, porque si la situación se complica sale a relucir su peso.

Sí, la Tiger continúa siendo una moto algo pesada en comparación con según qué rival, pero a su favor hay que decir que ya ha perdido algo de peso, y pocos peros más le vamos a encontrar.

undefined

En tramos más virados se muestra más ágil de lo esperado en el cambio de dirección, debido a la centralización de las masas y reducción del peso suspendido. Aunque tampoco te dejes embriagar por la melodía de seducción que emite su escape Arrow, porque si la situación se complica sale a relucir su peso.

Sí, la Tiger continúa siendo una moto algo pesada en comparación con según qué rival, pero a su favor hay que decir que ya ha perdido algo de peso, y pocos peros más le vamos a encontrar.

Por otro lado, ese mismo peso, junto con el dinamismo de la parte ciclo y el trabajo de la suspensión semiactiva, nos va a permitir trazar curvas rápidas con mucho aplomo, como si fuéramos sobre raíles. Los modos de conducción (no nos cansaremos de decirlo) nos permiten disfrutar de varias motos en un mismo modelo y, en el caso de la Tiger 1200, bastará utilizar el modo Sport para conducir al ataque, con una respuesta más viva del motor y una suspensión más dura.

A pesar de tratarse de la versión asfáltica, no nos pudimos resistir y la probamos por una pista. Se comportó mejor de lo esperado, con una buena posición de conducción cuando guiamos de pie y un dinamismo solo limitado por los neumáticos y el peso, como en todas las maxitrails.

Y de la transmisión secundaria por cardán, todo un aliado para la suavidad de funcionamiento. De regreso a la redacción, más tranquilos, fuimos reflexionando un poco mientras nos fijábamos en algún dato, como el consumo medio, que apenas fue de 5,2 litros cada 100 kilómetros.

La verdad es que esta Tiger 1200 XRt nos había convencido. La lista de pros ganaba por goleada a los contras. Capacidades ruteras, equipamiento, motor, imagen, dinamismo en cualquier escenario y exclusividad frente a unos kilos de más y algo de calor del motor… No hay color.

Incluso el precio se sitúa en el ámbito de sus rivales. “Sergi, ¿has dicho exclusividad?”. Sí, exclusividad en el sentido de sentirte diferente cuando te vas de viaje o a algún evento donde las GS son una legión. Porque al fin y al cabo, si has elegido hacer de la moto parte de tu forma de vida es que te gusta salirte de lo convencional y, con la Tiger 1200, en este sentido seguro que vas a “triumphar”.

Mostrar comentarios
Cargando siguiente contenido...