Prueba Kawasaki Z900 RS: Neoclásica con futuro

Prueba Kawasaki Z900 RS: Neoclásica con futuro

Heredar la estética de una moto como la mítica Kawasaki Z1 de principios de los setenta ha sido un acierto, puesto que la Z900 RS gusta tanto a apasionados de cierta edad como a gente más joven. Esta RS tiene mejores acabados y detalles de calidad respecto a la Z900 de la que deriva, es una moto más bonita, elegante y completa, tanto estética como técnicamente.

Estéticamente, los cuatro escapes de la antigua Z1 desaparecen por cuestiones de peso –uno en la RS– y las llantas de radios se sustituyen por unas de aleación. Por el resto, solo la decoración muestra ciertas similitudes con aquella Z1 en la que se inspira la RS, porque las separa un océano de distancia en tecnología. Curiosamente esta estética retro también recuerda a otro modelo neoclásico de Kawasaki: la Zephyr, que apareció a principios de los noventa.

En cierto modo creo que esta Z900 RS tiene un halo aristocrático, y de hecho no es una moto barata. Pero ese punto señorial no solo lo vemos en los acabados –embellecedores de aluminio, pintura, calidad–, sino que también se aprecia en la calidad de algunos componentes como suspensiones y frenos. La horquilla invertida de 41 mm regulable en compresión y extensión y las pinzas de freno delanteras de anclaje radial con bomba radial son un ejemplo.

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Recordemos que la Z900 cuesta casi cuatro mil euros menos que esta RS… Lo cierto es que la atractiva Z900 RS nos ha parecido una moto fácil de conducir, que se adapta tanto a excursiones más o menos largas por carreteras reviradas como en el día a día. La posición de conducción es confortable, no es nada radical. Con un asiento de generosas dimensiones en el que hay espacio para el pasajero, el manillar queda un poco retrasado, mientras que las estriberas me parecieron ligeramente adelantadas.

Si superas el metro setenta y cinco, te encuentras cómodo. Una posición en la que el peso del cuerpo no se carga sobre la rueda delantera. Desde el asiento, el cuadro de instrumentos con sus dos vistosos relojes viene a ser una imitación del cuadro original. Entre los dos relojes hay una pantalla LCD con un vistoso indicador de nivel de combustible y nivel de control de tracción (2), que se puede cambiar en orden de marcha (el nivel 2 es más intrusivo) o desconectarlo.

¿Y el motor?

Pues una gozada, en formato de tetracilíndrico en línea transversal, que emite un sonido ronco y armónicamente bien estudiado. Es extremadamente suave, con buenas dosis de par a bajo y medio régimen, sacrificando potencia a un régimen elevado. Recupera con una facilidad asombrosa y entre las 3.000 y las 7.000 vueltas se muestra elástico, vibra muy poquito y por su configuración no requiere una conducción estresante.

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Con respecto a la Z900, esta RS gana ligeramente en bajos y medios, pues rinde 98,5 Nm a 6.500 rpm –1.000 rpm antes que en la Z900–, y en potencia, la RS declara 111 CV, por 125 de la Z900. Otras diferencias entre una y otra están en el árbol de levas; la relación de compresión, que disminuye en la Z 900RS; el cigüeñal, que es más ligero, o la relación de cambio, con una primera más corta y una sexta más larga en la Z900 RS.

Las suspensiones están a buen nivel y por encima de la media en este tipo de neoclásicas. Delante la horquilla regulable trabaja muy bien al inicio del recorrido y bastante bien en el rizado, siempre teniendo en cuenta que me pareció una moto amable, en la que las suspensiones se adaptan a su filosofía.

Por lo que respecta al amortiguador trasero, es regulable en precarga y rebote. Tal vez el montar dos amortiguadores como en la versión original habría dado un punto más auténtico, pero la verdad es que lo que se dice autenticidad no es que precisamente le falte…

El equipo de frenos también tiene muy buen nivel, con una frenada progresiva y potente delante, que nada tiene que envidiar a roadsters más evolucionadas. ¿Deportiva?, bueno pues no exactamente. La posición de conducción y un tren delantero más alto que la Z900 la hacen menos precisa si buscamos sensaciones más excitantes. Además, los Dunlop originales, que no defraudan al ritmo que reclama la Kawa, no acompañan a buscar sensaciones deportivas y necesitan tiempo para coger temperatura. Yo creo que incluso en frío afectan a la intervención más inmediata del ABS.

La impresión que nos causó esta nueva Kawasaki Z900 RS es que, tras una estética encantadora, hay una moto muy solvente tanto en cuanto a motor como a parte ciclo. Una moto con la que no nos sentirnos amenazados por los grandes scooters en ciudad. Una neoclásica con la que poder disfrutar del día a día y también de algunas excursiones tras las que llegaremos a casa después de habernos divertido sin necesidad de plataformas inerciales, cornering ABS y otras hierbas y sin sensación de agotamiento. Eso sí, a un precio no al alcance de todo el mundo.

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El par de esferas analógicas de corte clásico conviven con una pantalla LCD, con información sobre el nivel de combustible, dos trips, consumo medio e instantáneo y temperatura ambiente.

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El asiento, de tapizado y estilo retro, es amplio y generoso para piloto y pasajero.

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El tetracilíndrico en línea derivado de la Z900 es una delicia, con los cilindros simulando un aleteado clásico. Con dos modos de conducción, es mucho más dulce que el de la Z900. Delante equipa un doble freno de disco con pinzas de anclaje radial y cuatro pistones, con ABS, naturalmente. La bomba de freno también es radial.

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Aunque es circular y de aspecto vintage, el faro es full led con los diodos dispuestos como si de un faro vintage se tratase.

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Los detalles clásicos de la Z1 se conservan, como el colín y el piloto trasero, aunque ahora es de diodos led.

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