Prueba de la Vespa GTS 300: Refinada

Prueba de la Vespa GTS 300: Refinada

Hay veces que cuesta mucho creer que algo se pueda mejorar si no es a base de cambios radicales, empezando desde cero y desarrollando un producto prácticamente nuevo.

En este caso, Piaggio ha conseguido hacer una Vespa GTS todavía mejor que sus antecesoras introduciendo solo los cambios necesarios, sin demasiado ruido, pero con muy buenos resultados.

Aunque la gama se renueva tanto en su versión de 125 c.c. (recibe el nuevo motor iGet, con Start & Stop) como en la de 300 c.c., la gente de Piaggio quiso darle especial importancia a esta última, puesto que de la GTS es la que mejor se vende; para la cilindrada de 125 la gente prefiere la Primavera.

Esa es la razón por la que todas las unidades de la presentación eran de 300 c.c. Además, los cambios recibidos en esta mecánica son sustanciales: se ha modificado la culata, recibe nuevo pistón y nuevo airbox, se ha rediseñado la cámara de combustión y cambiado el motor de arranque.

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Además, la transmisión también es totalmente nueva, se ha reforzado para soportar el aumento de par y potencia. El resultado, además de mejorar las prestaciones, ha sido el lograr un motor más suave, con menos vibraciones y menos rumoroso.

Sigue siendo de lujo

No es un secreto que la Vespa GTS siempre ha sido la niña mimada de la compañía. Es la Vespa más exclusiva que puedes encontrar en el catálogo de la marca y, como tal, el nivel de acabados es excelente.

Solo hace falta ver la calidad de los cromados y el perfecto encaje de los plásticos que cubre el guardabarros.

También hace gala de una gran dotación en equipamiento: la guantera se abre empujando la piña de contacto hacia dentro (no hace falta que esté la llave puesta, pero sí que no esté la dirección bloqueada), para acceder al cofre encontraremos un botón en el contraescudo, dentro de la guantera hallaremos una toma de corriente USB –hay también una pestaña que abre el cofre por si falla el sistema eléctrico–, el sistema de iluminación es full led y la mecánica cuenta con control de tracción (ASR) que se puede desconectar.

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Otro detalle, las Vespa GTS se sirven de serie con un mando que permite abrir el cofre a distancia y, con otro botón, encender los intermitentes para poder localizar el scooter en lugares en los que haya muchas motos.

Es mucho motor

Ya hace tiempo que probé la Vespa GTS en su versión SuperSport y tenía muy buenos recuerdos de su comportamiento dinámico.Incluso recuerdo que la primera GTS, que montaba un motor de 250, me pareció un scooter muy recomendable.

Sin embargo, cuando me he vuelto a subir durante esta presentación, me ha sorprendido. No es que ahora vaya mucho mejor, es simplemente que no recordaba que fuese tan bien.

Es cierto que el nuevo propulsor es ahora más suave y menos ruidoso, lo que se agradece si hacemos muchos kilómetros, pero lo que más me ha gustado han sido sus prestaciones.

Acelera desde cero con una rapidez sorprendente para tratarse de un scooter con un cierto peso. Cabe recordar que el chasis es de tipo exoesqueleto, es decir que lo que ves por fuera es en realidad el bastidor de chapa estampada, como las Vespa de toda la vida.

Los técnicos de Piaggio han decidido, de manera muy acertada, sacrificar velocidad punta a cambio de unas excelentes prestaciones en ciudad. La velocidad máxima real se establece en los 120 km/h (en el marcador hemos llegado a ver 140 km/h), no parece mucho, pero es que se tarda muy poco en llegar hasta esa velocidad y sin bache de potencia.

En cuanto a la parte ciclo, que no recibe cambios significativos con respecto a la versión anterior, sigue siendo igual de efectiva y fiable que lo ha sido siempre.Ahora dispone de unos Michelin City Grip, y seguro que eso ayuda a que la confianza en curva sea total.

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Solo criticaré la frenada delantera, pues no me ha parecido que tenga el mordiente que merecen las prestaciones del propulsor. Eso sí, durante la ruta que nos preparó Piaggio (unos 150 kilómetros), utilizaba más el freno posterior que el delantero, ya que las frenadas eran suaves y consistían en reducir la velocidad antes de las curvas o en detenerme en un semáforo que ya había visto con antelación. Y cuando tenía que frenar con ganas, lo hacía empleando ambos frenos a la vez, y entonces la frenada era contundente.

Es como si el delantero no estuviese pensado para ser usado solo. Ya me vale eso, pero preferiría que fuese algo menos esponjoso, que no se hundiese tanto la maneta cuando tiras con fuerza de ella.

Aun así, la conclusión la tengo muy clara. A quien me pregunte sobre este scooter, le diré lo mismo que en su día hubiese dicho después de bajarme de las Vespa GTS anteriores: si quieres un scooter que vaya genial, que ofrezca unas excelentes prestaciones y que proyecte una imagen moderna y al mismo tiempo con historia, no lo dudes, la Vespa GTS 300 es una de las mejores opciones que te puedes plantear.

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