Prueba Brixton Cromwell 1200: La mirada del elefante

Prueba Brixton Cromwell 1200: La mirada del elefante

¿Has mirado alguna vez a un elefante a los ojos? Probablemente no, pero si te acercas lo suficiente, podrás comprobar como tras su iris castaño puede adivinarse toda una vida. Es una mirada calmada, poderosa, pero al mismo tiempo sencilla, simple y franca. Una mirada que no oculta nada. Igual que la nueva Brixton Cromwell 1200, una poderosa neoretro que ofrece exactamente lo que ves. No oculta nada. Potente y noble a partes iguales.

En cierto modo esta 1200 es el paquidermo de la familia Cromwell. Llega con sus 235 kilos y su larga batalla de 1.450 mm bajo una apariencia tranquila, relajada, para colocarse como cabeza visible, no ya de las Cromwell, si no de toda la saga Brixton.

La mires por donde la mires, transmite una sensación de solidez, de poderío y al mismo tiempo de serenidad. Los suaves colores escogidos para ataviar esta austriaca de corte clásico son una muestra del carácter que la marca ha querido imprimir a su modelo. Un verde pastel, un delicado gris e incluso el elegante negro mate, proporcionan esa formidable presencia que su mirada redonda y brillante, con el nombre de la marca en primer término, termina de completar.

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La Brixton Cromwell 1200 es sencillamente lo que ves. Una naked neoclásica de impecable aspecto y acabados, una moto que cuida el detalle y ofrece todo el sabor de los modelos de antes con algunas pinceladas de la tecnología más actual. Lo justo para guardar un equilibrio perfecto.

Al igual que nosotros, seguro que más de uno de vosotros se plantea el porqué de ese salto en la gama Cromwell, cómo se le ha ocurrido a la marca pasar directamente de una 125 y una 250 a nada menos que una 1200. Conscientes de ese interrogante, los responsables de la firma centroeuropea subrayaron los argumentos centrales de esa estrategia.

¿Por qué?

En primer lugar, la idea central ha sido marcar un claro objetivo de marca: demostrar la capacidad tecnológica y de creación de diseños propios. Una jugada que busca ofrecer una imagen potente de cara al público y al mismo tiempo, hacerse con una posición ventajosa frente a la competencia. Además, este modelo permite a la red de concesionarios disponer de un valor añadido que prestigia a la marca.

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Y por supuesto, el esfuerzo para desarrollar un modelo de este calado no termina en una vía muerta, si no que es el germen, la base, de nuevas creaciones. Futuros modelos que no tardarán demasiado en ver la luz.

Aunque uno de los grandes argumentos de este modelo- como veremos más adelante – es el carácter de su musculoso bicilíndrico, Brixton no ha descuidado los pequeños detalles. Es más, la Cromwell 1200 está plagada de ellos y lejos de convertirla en un abigarrado batiburrillo de elementos, ha logrado un armonioso conjunto en el que todo aporta su granito de arena sin distorsionar lo más mínimo.

Desde ese redondo faro que dotado de tecnología led, ofrece un cuidado estudio de diseño del logo y la marca, hasta los fuelles de goma de protección de las horquillas­, el corto guardabarros delantero o el mismo cuadro de instrumentos, reducido en este caso a un solitario reloj de forma circular.

Todo sigue un guion bien estructurado. El ancho manillar cónico con puños que imitan el cosido de cuero o el mismo depósito de combustible, de suaves pero enérgicas formas con profundas entalladuras para las piernas y un tapón de rosca con el omnipresente logo de la marca.

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Por cierto, un logo que en el caso de este modelo ha sido rediseñado por lo que respecta al que luce en los laterales del depósito, eso sí, siguiendo fielmente la línea clásica establecida. Más detalles que van dando forma son las placas embellecedoras con el número de cilindrada en los cuerpos de admisión de la inyección o las tapas de cárter con el nombre y logo la marca. Incluso los colectores de escape van revestidos de un tubo exterior para evitar los cambios de tono ocasionados por las altas temperaturas.

El asiento es de una pieza y ofrece ese toque clásico que siempre dan las costuras, en tanto que el guardabarros trasero sujeta el portamatrículas y exhibe unos discretos y minúsculos intermitentes, así como un piloto trasero en forma de bala. Ambos iluminados mediante leds.

Palpitaciones

Apariencias aparte, la Cromwell es todo corazón. Grande como el de un elefante y en consonancia late con la misma cadencia, lento e imperturbable. Sus 1.222 c.c. exactos son capaces de entregar una potencia de 83 CV a sólo 6.550, sin embargo, lo que realmente define a esta mecánica es su entrega de par; nada menos que 108 Nm disponibles desde apenas 3.100 vueltas.

El bicilíndrico en paralelo, diseñado y desarrollado por Brixton en su central de Krems en Austria (lo mismo que el resto de la moto) es fabricado por el especialista en motores chino, Gaokin. Y el resultado no puede ser más satisfactorio.

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Refrigerado por agua y alimentado por inyección el bicilíndrico ha cuidado hasta sus últimos componentes de modo que encontramos unas válvulas de mariposa Dell’Orto en la inyección, pistones Mahle o una centralita Magneti Marelli. Asimismo, dispone de embrague antirrebote y una distribución de 4 válvulas por cilindro con simple árbol de levas, mientras que el escape discurre por ambos costados y los colectores se rematan con silenciosos cónicos de acero inoxidable.

Su respuesta es una de las claves de la Cromwell 1200. Tacto típico de bicilíndrico, pero con un marcado palpitar que viene acompañado de un sonido de escapes grave y poderoso. Con semejante cilindrada podría pensarse que la mecánica se lo tomará con calma, pero lo cierto es que muestra un impresionante nervio desde sus primeros giros.

Ese carácter le permite moverse con soltura desde el primer instante. Puede que te sientas intimidado por su tamaño, algo mas de dos metros de metal y 235 kilos que mover no son para cualquiera…a priori. Sin embargo, esta Brixton engaña – para bien – ya que incluso en parado no resulta difícil maniobrar, fruto de un buen reparto de pesos con un centro de masas bajo y bien colocado. Si a eso le sumamos un asiento que apenas se eleva 800 mm del asfalto, el resultado es que incluso para una talla media su manejo se convierte en una tarea bastante sencilla.

Asuntos ergonómicos

Cierto que el asiento es ancho en su parte de unión con el depósito y obliga a abrir un tanto las piernas, pero incluso así no supone ningún problema. Como no dispone de caballete central, desplegar su pata de cabra es tarea sencilla y la ergonomía es muy acertada, todo cae en las manos de forma natural. El amplio manillar ofrece una buena palanca y el radio de giro es generoso, así que las maniobras en espacios reducidos se simplifican a pesar del tamaño general del modelo.

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No es que el tráfico urbano sea precisamente su especialidad, pero el buen hacer a baja velocidad y su relativa agilidad – en función de su tamaño – la hacen una más que correcta ciudadana, máxime si mantenemos el modo Eco como la elección idónea. Algo que a la postre será una constante, ya que aunque la Brixton nos ofrece un segundo modo Sport (igual potencia, respuesta más rápida), en la práctica y con una mecánica que entrega su máximo para desde apenas 3.000 vueltas, el Eco ya ofrece un sólido y contundente empuje.

Además, el acelerador de tipo ride by wire permite una conexión inmediata y sólo hay insinuar el movimiento para obtener respuesta.

Por cierto, el modo de conducción elegido es fácil de identificar puesto que el aspecto del display cambia radicalmente. En el modo Eco la pantalla TFT prioriza el velocímetro con un aspecto algo más clásico, en tanto que el modo Sport pone énfasis en el régimen de giro del motor. Lo que es común a ambas configuraciones es lo abigarrado de su información -algo más en el Eco – que dificulta un tanto su lectura. Un detalle; escondido en un lateral del cuadro se ubica un puerto USB.

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Ya en carretera, la Brixton Cromwell 1200 vuelve a sorprendernos. Y es que sólo la distancia libre al suelo de las estriberas parece poner límite a esta naked de aspecto inocente y diseño neoretro. Por lo demás, tanto bastidor y suspensiones como motor parecen querer imprimir un ritmo mucho más alto del que podría pensarse para este modelo.

La salida de las curvas es todo un festival, si enroscas con decisión el acelerador la Cromwell sale impulsada – casi catapultada – hacia el siguiente giro. Sin estridencias, sin malos modos, empujando con firmeza y una decisión total. El control de tracción te permite abrir gas sin reservas, todo queda literalmente bajo control.

El bastidor mantiene el tipo perfectamente, ni un amago de flexión, digiere perfectamente toda esa entrega de par, lo mismo que las suspensiones, bien taradas para el peso y las exigencias a las que el bicilíndrico puede someter al conjunto.

Peculiaridades

También es verdad que estamos sobre una moto grande, pesada y larga, de manera que si quieres entrar bien en la curva a ritmo elevado hay que jugar a timonear con el freno trasero y ser conscientes de que superado cierto grado de inclinación las estriberas rozarán rápidamente.  La frenada es consistente y dosificable en ambos trenes y buena parte del comportamiento de la Brixton también es debido a los neumáticos que monta, unos Pirelli Phantom Sportcomp que le siente como anillo al dedo. Y eso por dos razones, la primera estética, su dibujo encaja perfectamente con el aspecto clásico de la moto y en segundo lugar, el agarre que ofrecen te permite confiar y exprimir al máximo las posibilidades que ofrecen los 83 CV disponibles.

En caso de que la superficie de rodaje se complique el ABS Bosch hará acto de aparición, ni antes ni después. Perfecto.

En vías más rápidas, la nula protección frente a los elementos impondrá su lógica y como suele ser habitual, el ritmo lo marcará tu cariño a los puntos del carné y la resistencia de tus cervicales. Asimismo, el control de crucero ayudará a marcar los límites.

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Aún así, una vez concluido el recorrido de prueba de la presentación se impone un momento de reflexión. La opinión es unánime entre todos los probadores presentes; el cliente objetivo de este tipo de motocicletas no rodará a los límites que alcanzamos. Y aún así la Cromwell se comportó muy bien. Conclusión, lo más probable es que el público final de este modelo quede más que satisfecho con lo que ofrece. Una imagen elegante, sobria, clásica y unas maneras suaves, fáciles, sin complicaciones. Y si quieres algo más…desde luego que tampoco te defraudará.

Su precio de 10.299 euros no parece exagerado a la vista de sus buenos acabados y su gusto por el detalle. Ofrece potencia de sobras, una dinámica sorprendente y una equipación en línea con lo que exigen los tiempos. Además, Brixton ofrecerá la posibilidad de limitarla a 35 kW a finales de año.

Estará disponible en colores gris, verde y una opción negra con los escapes también lacados en negro.

Un hermoso elefante, sosegado y tranquilo, pero ojito…si lo oyes barritar.

Lo que más nos ha gustado y lo que menos...

Solo+

La Cromwell 1200 puede presumir de unos acabados muy cuidados, un motor enérgico y muy aprovechable y una parte ciclo solvente.

Solo-

La información del redondo TFT resulta algo barroca y confusa. En cuanto a los dos modos de conducción, el Sport no es necesario para la mayoría de público.

Ficha Técnica

Motor tipo:  Bicilíndrico en línea, 4T LC, SOHC 8V
Diámetro x carrera:  98,6 x 80 mm
Cilindrada:  1.222 c.c.
Potencia máxima:  83 CV a 6.550 rpm
Par motor máximo: 108 Nm a 3.100 rpm
Emisiones de CO2: 105 g/km
Alimentación:  Inyección electrónica
Cambio:  6 velocidades
Embrague:  Multidisco en aceite con sistema antirrebote
Transmisión secundaria:  Cadena retenes
Tipo chasis:  Tubular de acero
Geometría de dirección:  N.d.
Basculante:  Doble brazo en tubo de acero
Suspensión delantera:  Horquilla telescópica KYB de 41 mm y 120 mm de recorrido
Suspensión posterior:  Doble amortiguador KYB con 87 mm de recorrido, ajustable en precarga
Freno delantero: Doble disco de 310 mm con pinza Nissin de doble pistón, ABS Bosch
Freno trasero:  Disco de 260 mm con pinza Nissin de dos pistones, ABS Bosch
Neumáticos:  100/90 x 18" y 150/70 x 17" (opción 110/80-18" y 160/60-17")
Distancia ejes:  1.450 mm
Altura asiento:  800 mm
Peso -llenos-:  235 kg
Depósito: 16 l
Consumo medio:  4,6 l/100 km
Autonomía teórica: 345 km
Garantía oficial: 3 años
Importador:  KSR Group
Contacto:  93 839 75 72
Web:  brixton-motorcycles.com/es/

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