La observación de la naturaleza se está mostrando como la mejor fuente de inspiración para los últimos descubrimientos. La última curiosidad viene del fondo del mar, concretamente de un crustáceo que todos conocemos, la galera…
La capa externa de los apéndices que utiliza para atacar a sus presas la humilde galera –también conocida como gamba mantis– se ha descubierto que es tremendamente resistente gracias a una estructura en forma de tejadillo o de espina de pescado. Esta estructura es tan resistente porque absorbe una parte de la energía del impacto y la disipa al deformarse ligeramente. Es como un muelle estructural. Imaginaos si es resistente y absorbente que estos apéndices pasan de cero a 80 km/h en unas milésimas de segundo y vencen la resistencia del agua…
Obvia decir que unas protecciones en espalda, hombros, codos y rodillas hechos con la estructura de este caparazón serían mucho más ligeras y resistentes que con cualquier otro material actual. El mismo animal es un crash test en sí mismo: ya ha dejado probado que un impacto directo a 80 km/h no es problema… Y sus apéndices son reutilizables, no se destruyen…