Probamos, a fondo, el BMW C 600 Sport

Hace tiempo que la poderosa marca bávara estuvo representada en el mercado del scooter con los incomprendidos C1 125 y 200, pero nunca antes había tenido uno de sus modelos -en realidad son dos, contando con su hermano el C 650 GT-en el competitivo y exclusivo segmento de los megascooters de gran cilindrada. Está claro que no es un terreno fácil, está plagado de grandes firmas como Yamaha, Honda, Suzuki o Aprilia, entre otras; todas con mayor experiencia en lo que respecta a la fabricación de grandes scooters basados en complejos motores bicilíndricos de diferentes arquitecturas. Plantarle cara a los grandes pesos pesados de la categoría, como el Yamaha TMax 530 -renovado recientemente-, el veterano Suzuki Burgman 650 o competidores de nueva hornada como el Honda Innova 700 o el Aprilia SRV 850, no va a ser tarea fácil, pero si por algo ha destacado BMW, especialmente en estos últimos tiempos, es por ser capaz de sorprender, a todos, desde el primer momento.

A la primera

Con el nuevo C 600 Sport lo ha vuelto a lograr, como ya sucediera hace pocos años con el lanzamiento de la S 1000 RR, su primera Superbike tetracilíndrica. Y es que, como entonces, BMW ha dado la campanada con un producto extremamente competitivo y muy atractivo, que tiene todo lo necesario para hacer frente, e incluso superar, a la competencia más directa.

Hay que reconocer que había cierta ansiedad en la redacción por degustar las delicias del nuevo C 600 Sport, especialmente tras devorar con avidez el artículo de la presentación que Jordi Aymamí nos ofreció sólo hace unos meses. Entre lo que él nos contaba, lo que pudimos ver en las fotos y lo que nuestra mente calenturienta nos sugería, a un servidor se le ponían los dientes largos con sólo imaginar de lo que podría llegar a ser capaz el exuberante C 600 Sport.

Tras hacerme con las llaves de la unidad de pruebas que BMW España había puesto a nuestra disposición, bajé corriendo al parking de Solo Moto; no podía esperar, era casi como un adolescente al que su padre le acaba de dar las llaves de su primera moto. La verdad es que el primer contacto visual fue un poco breve, casi sin darme cuenta ya había saltado encima del scooter e insertado la llave en el contacto para poner en marcha aquel motor del que tanto se había hablado durante los últimos meses.

Un motor con carácter

Los técnicos alemanes han diseñado -su fabricación se ha delegado a todo un especialista como Kymco- un bicilíndrico en paralelo con los cilindros inclinados 70º hacia delante de 645 cc, con doble árbol de levas, 8 válvulas y refrigeración líquida, completamente nuevo. Como de costumbre en BMW, se trata de un motor con carácter, con un nivel de vibraciones y sonido muy particulares -¡la unidad de pruebas llegaba con la cola de escape opcional de Acrapovic!- que nos recordaban en cierto modo a los de las motocicletas de la saga F 800, aunque en realidad ambos propulsores tengan poco o nada que ver.

Los antecedentes son buenos, a mi mente venían cifras publicadas como los 60 CV de potencia a 7.500 rpm o un par de 6,73 kgm a 6.000 rpm, así que, viendo que el depósito estaba lleno, qué mortal hubiera podido resistirse a darse una agradable vueltecita a lomos de uno de los scooter más deseados... ¡Yo, desde luego, no! Una vez en la calle, los nervios del primer momento comenzaron a desaparecer, por lo que podía comenzar a observar las cosas con mayor serenidad. Lo primero en la hoja de ruta era averiguar qué tal aceleraba, así que... ¡gas! El tacto del acelerador es exquisito, muy suave, y aunque en los primeros metros el motor no se muestra especialmente explosivo -para que podamos gozar de un buen tacto al ratonear por ciudad-, a partir de más o menos los 40 km/h, el variador se abre -la transmisión automática se ha delegado a un embrague centrífugo con variador automático y correa-, y el bicilíndrico de BMW comienza a demostrarnos por qué en BMW están tan orgullosos de él. El empuje a partir de los 50 km/h es total, si mantenemos el acelerador abierto al máximo nos llevará hasta los 100 km/h casi al instante y, de ahí, a los 120/140 km/h de forma muy rápida, progresiva y lineal. Obviamente, este poderoso motor es capaz de mucho más; por autopista y carretera el margen es amplísimo pudiendo exprimirlo hasta las 8.500 vueltas; aunque, eso sí, estamos hablando de unas velocidades que están muy por encima de las permitidas legalmente.

Una vez lanzado el C 600 Sport esgrime la potencia y la capacidad de reacciones de los grandes megascooters, destacando muy por encima de todas ellas su capacidad de recuperación en todo el régimen de vueltas, lo que, por ejemplo, nos permite adelantar, incluso camiones, sin ningún tipo problema.

El indicador de consumo instantáneo incluido en su estratosférico cuadro de instrumentos nos sirvió para averiguar en directo cuánto gastaba el nuevo C 600 Sport. Gracias a él, pudimos observar que en uso más o menos global, el gasto medio de combustible está sobre los 5 ó 5,5 litros, todo dependerá de lo bondadosos que seamos con el puño del gas. La verdad es que este último es un factor fundamental, pues pudimos observar que dependiendo de cuánto abríamos el acelerador extraíamos unas mediciones tan variadas como un consumo por autopista de unos 4,8 litros circulando relajado, y a medio gas o yendo a pasárnoslo en grande por carretera, un gasto de algo más de 7 litros acelerando de forma contundente al salir de las curvas. Como de costumbre, el control estará en tus manos...

Deportivo confortable

En cuanto a la ergonomía, aunque se trata de un scooter claramente deportivo muy al estilo de su rival más directo el Yamaha Tmax, ofrece a su propietario una posición de conducción bastante cómoda. El asiento es grande, está formado por una banqueta amplia -con un mullido un tanto duro-, con apoyo lumbar para el conductor y con una altura respecto al suelo de 810 mm. Es un scooter diseñado para usuarios con una estatura media-alta, pues dada su altura y la amplitud del asiento resulta complicado apoyar los dos pies en el asfalto al mismo tiempo para usuarios con una estatura menor al 1,70 m. Además, el manillar está un poco alejado respecto al asiento, por lo que para llegar a él deberemos inclinar el cuerpo hacia delante obligándonos a cargar gran parte del peso en el eje anterior. Respecto a las piernas podremos escoger la postura que más nos guste, la plataforma -dividida por un ancho túnel central-, es un poco estrecha pero bastante alargada, por lo que podremos estirar o recoger las piernas a nuestro antojo. Al mismo tiempo gozaremos de una protección aerodinámica muy efectiva gracias a la buena sintonía entre su envolvente escudo frontal y un parabrisas que, además de poseer unas buenas proporciones, se puede regular fácilmente en varias alturas.

Aunque desde un punto de vista general el puesto de mandos es el de un scooter, a efectos prácticos se parece bastante a la de una moto; esto nos confiere un excelente control sobre el C 600 Sport y nos permitirá disfrutar al máximo de su virtuosa parte ciclo concebida, como reza el anuncio de BMW coches, “para aquellos que les gusta conducir”.

Bien diseñado

La parte ciclo del C 600 Sport se basa en un bastidor multitubular mixto de acero y aluminio, complementado en su parte anterior por una horquilla invertida de 115 mm y, detrás -o mejor dicho en medio, ya que está colocado horizontalmente en el centro-izquierda del scooter para centrar las masas-, un monoamortiguador de también 115 mm. Su largo recorrido les confiere unas excelentes posibilidades; además, la buena labor desempeñada por sus sistemas hidráulicos hacen que el C 600 Sport goce de un reglaje de serie muy polivalente, contundentes en conducción deportiva y de reacciones bondadosas y progresivas cuando se trata de disfrutar del paisaje.

Generalizando un poco podríamos decir que el C 600 Sport destaca por su excelente estabilidad; su peso, de algo más de 249 kilos, se ha repartido sabiamente, y lo más cerca del suelo que ha sido posible, esto lo hace muy estable al inclinar -sea cual sea la velocidad- y nos ofrecerá una enorme sensación de confianza sin importar el ángulo que alcancemos al tomar una curva.

La dirección es muy intuitiva y precisa, puede que sea un poco lento en los cambios de apoyo, pero por lo general será sumamente simple gobernar el scooter desde el manillar y sin la necesidad de emplear ninguna otra parte del cuerpo para balancear su peso de uno a otro lado.

Las llantas seleccionadas son de 15 pulgadas en ambos trenes, y además de intervenir de forma importante en el comportamiento y estabilidad del C 600 Sport, también son muy beneficiosas desde el punto de vista de la practicidad, al existir un amplio catálogo de neumáticos de gran calidad para calzarlas. En el caso del nuevo BMW, se han seleccionado como primera monta unos Pirelli Dragon Scooter de 120/70 delante y 160/60 detrás, unas gomas de contrastada solvencia que ofrecieron un nivel de agarre y tracción magníficos durante todas las pruebas.

Para detener el C 600 Sport, BMW ha confiado en un conjunto de tres discos de 270 mm, todos ellos con pinzas de dos pistones y con sistema ABS de serie. El tacto es exquisito; además, ambas levas son regulables en posición, por lo que será sencillo dar con la distancia que mejor se adapte a nosotros. Aunque potentes, les falta un poco de mordiente en conducción deportiva, especialmente en el tren posterior, el ABS se dispara con mucha facilidad, por lo que deberemos ser especialmente suaves a la hora de accionar la maneta izquierda. De todos modos, en conducción normal, los resultados que nos aporta su sistema de frenada están a la altura de las circunstancias, puede que para extraer lo mejor de él sea necesario realizar una presión extra sobre las manetas de freno, pero, en cualquier caso, los buenos resultados en este sentido están completamente asegurados.

Muy acertado

Sin entrar a juzgar el apartado estético (a mí personalmente me parece espectacular), hay que reconocer que BMW ha hecho un trabajo excelente. Para no tener experiencia en estos menesteres, lo han bordado con un scooter que, a pesar de su estilo deportivo, de su magnífico comportamiento y prestaciones, es capaz de ofrecernos en nuestra vida cotidiana todas las exquisiteces y lujos habituales en los scooter. De hecho, BMW, como de costumbre, ha ido un poco más allá dotando al C 600 Sport con un listado de equipamiento impresionante, y por si con todo ello no tenemos suficiente, ha confeccionado un catálogo de accesorios que es simplemente interminable.

De lo mucho que nos ofrece, entre sus múltiples guanteras, un tablier con ordenador de a bordo digno por su calidad y equipamiento de una de la mejores turísticas BMW, caballete lateral con freno de parking incorporado, sofisticadas ópticas, toma de corriente, etc.; sin duda, nos quedamos con el sorprendente mecanismo FlexCase. Éste se encuentra dentro del cofre, donde al accionar un tirador que hay en su interior, parte del pisto del habitáculo se descuelga hasta aprovechar el espacio que hay desde justo debajo del colín hasta la rueda posterior. Al desplegarlo, el volumen del habitáculo se expande hasta prácticamente el doble, por lo que ganaremos de la capacidad necesaria para guardar dos cascos integrales con total seguridad... un lujo que ninguno de sus rivales es capaz de ofrecer.

Exclusividad BMW

Una vez más, la firma bávara ha demostrado que gracias a su tremendo potencial puede estar a la altura de los mejores, incluso en mercados donde nunca ha estado presente. A partir de ahora la exclusiva categoría de los grandes megascooter tiene un invitado más, un nuevo integrante que parece estar hecho a medida para ella y que llega con la sana intención de poner las cosas muy difíciles a sus rivales. Para lograrlo, BMW cuenta con las claves siempre: exclusividad y calidad alemana, al máximo nivel.

Cómo va en ...

Ciudad

Aunque relativamente compacto, está claro que la ciudad no es precisamente su escenario preferido; a pesar de ello, se comporta con dignidad gracias a su agilidad, radio de giro y a un motor que, con su gran par, nos proporciona una extraordinaria capacidad de respuesta.

Carretera

La combinación entre su potente mecánica y equilibrada parte ciclo lo convierten en uno de los mejores megas en este medio. Su estabilidad es total y sus suspensiones, que huyen de radicalismos, nos proporcionan todo lo necesario para pasarlo en grande.

Autopista

Puede que no sea tan cómodo como su hermano el C 650 GT, pero, a pesar de ello, disfruta de una confort de marcha considerable y una protección aerodinámica eficaz. En cuanto a motor, va muy sobrado, podremos circular a la velocidad que deseemos.

Solo +

Estética y acabados

Capacidad de carga

Equipamiento

Prestaciones

Estabilidad

Solo -

Anchura túnel central

Movilidad en parado

Precio

Prueba publicada en la revista Solo Moto nº1885

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