Puede que en España, debido a la larguísima crisis económica que sigue sin abandonarnos –y que ha propiciado la caída de las motos grandes–, no seamos conscientes de los números que significa para Kawasaki la gama Z1000. De hecho, la SX representa una cuarta parte, nada menos, del total de sport-turismos que se venden en toda Europa, así que no es de extrañar que para la marca de Akashi éste sea un modelo muy especial para ellos. Con casi cuatro años en el mercado, la SX no había recibido ningún cambio, así que antes de que la competencia apriete demasiado, Kawasaki la ha dotado de todos los gadgets actuales que resultan casi imprescindibles para una moto de este calibre.
La gente de Kawasaki nos llevó hasta la bella y verde Austria, que es muy verde por un motivo: porque llueve con frecuencia, y más en otoño… Del sol y los 26ºC de nuestro país pasamos a la lluvia y los 10ºC de Austria. Pero no vamos a quejarnos ahora…
Todo revisado
Amaneció con lluvia en Austria, y rápidamente me vino a la cabeza que esta moto montaba ABS y control de tracción, ya que teníamos más de 230 km por delante de resbaladizas carreteras de montaña, preciosas y divertidas… cuando están secas. Así que pensé que ya que las condiciones no iban a ser las mejores, por lo menos afrontarlas con los medios adecuados.
Al subirme a la Kawasaki recordé su relajada posición de conducción, con los brazos ligeramente cargados sobre los manillares, pero sin cansar. Antes de arrancar fijé el KTRC en su posición 3, la de mayor intromisión, ya que el suelo resbalaba mucho, y levanté la cúpula para protegerme del agua todo lo posible (hay que hacerlo necesariamente en parado, ya que se necesitan ambas manos).
La Z1000 SX no es una moto que sea muy ligera, pero se mueve relativamente bien en parado, y muy bien nada más ponerse en marcha. El motor es una delicia: lleno, suave, contundente... Si antes ya me parecía excelente, ahora me ha gustado aún más. Quizás no tenga la patada de mula de un bi 1200 por debajo de las 3.500 vueltas, pero a partir de ese régimen empuja como un condenado, sin inflexiones. Además, prácticamente no vibra. Sí, quizás su arquitectura sea veterana, y por eso es un motor voluminoso y pesado, comparado con los compactos motores actuales, pero nadie podrá poner en duda su rendimiento. Siempre lleno, tiene la suficiente rabia arriba del todo como para ser un motor deportivo y divertido, si es lo que buscamos.
El ajuste de las suspensiones también se han revisado, y mejoran el comportamiento y el confort de marcha
En un viaje de un día entero aprovechas para probar cosas, así que puse brevemente el modo 2, que entrega un 70 % de la potencia. No usa todos los 142 CV… aunque entiendo que para usuarios menos descerebrados en un día de lluvia y frío (8ºC en muchos momentos), la opción 2 y el KTRC al nivel 3 sea lo más razonable.
Analizado el motor, me concentro en la parte ciclo. Me gusta el tacto de las suspensiones, con un ajuste de muelle ligeramente blando (es una sport-turismo, no una hiperdeportiva), que le confiere la comodidad necesaria para afrontar carreteras secundarias, pero tienen una buena retención en extensión que mantiene la moto controlada y pegada al asfalto. En general, y comentándolo con otros compañeros de prensa, las suspensiones nos gustaron a todos.
Los frenos son otro punto destacado. Incluso en mojado el tacto y la reacción eran impecables. Se puede usar un solo dedo para ir controlando la conducción, y si se necesita más potencia, la hay. El ABS entra cuando debe hacerlo y no antes, por lo que permite apurar considerablemente la frenada, incluso en mojado, antes de intervenir.
Como rutera…
Pruebo la pantalla en sus dos alturas. Hay diferencia entre la posición alta y baja, desde luego. Para un día de frío y lluvia, la posición elevada es de agradecer. Quita presión y frío del torso y algo del casco, aunque para los que realmente vayan a viajar mucho, la cúpula elevada opcional será aconsejable… a costa de perder un poco la deportividad de esta bella moto.
Después de todo un día de rodar en malas condiciones, no puedo decir que por la noche estuviera como una rosa… El asiento me parece un pelín duro para hacer muchas horas de moto, aunque no pretendo que tenga la comodidad de una GTR 1400. Esto es una sport-turismo y hay ciertas concesiones que la GTR no tiene que conceder.
La maletas por fin están pensadas para esta moto, con soportes invisibles y mucho más integradas. Su diseño es también más elaborado
Más cosas que exploré en ruta: la instrumentación, por ejemplo. Con los mismos pulsadores con los que –en parado– ajustamos el KTRC y los modos de potencia, se puede navegar por el ordenador, que tiene muchas funciones, como el consumo medio, el consumo actual, etc.
Las maletas se operan con facilidad y son totalmente estancas (lo comprobamos tras rodar todo el día bajo la lluvia). En ellas cabe, efectivamente, un casco integral, y se extraen con facilidad.
Al día siguiente realizamos una ruta más corta, de unos 110 km, por suerte esta vez sin lluvia, y pudimos explorar un poco más el lado sport de la Z1000 SX.
La Kawasaki acelera bestialmente si roscas el gas con ganas. Llega a ser adictivo hacerlo en 4ª y 5ª, y permite adelantamientos fulgurantes. Por cierto, en esta versión se ha alargado la 6ª –alrededor de un 10 %–, aunque sigue siendo capaz de acelerar fuerte en esta marcha.
Como hemos dicho, la Kawasaki no es un peso pluma, pero aun así es capaz de ofrecer una más que digna faceta deportiva, con unas notables estabilidad y agilidad, que permite inclinadas considerables hasta que rozan las estriberas. Bien llevada puede sorprender a más de uno…
Con todo esto, la pregunta que muchos se harán es ¿va a costar mucho más que la anterior? Y la respuesta es no, tan sólo 400 € más, con un precio en España de 14.099 €. Muy poco si consideramos que es mucho mejor y más completa que el modelo precedente. Eso sí, las maletas van aparte, aunque ahora son bonitas, por lo menos…