En la Isla de Man, la cima de Braig Hill aguarda de nuevo. Tras dos años de silencio forzado, a partir de este domingo el bramar de los escapes disipará la niebla que suele coronarla. Todos están listos para buscar la cola de los gatos de Manx…
El Tourist Trophy, la legendaria competición motociclista que se puso en marcha en 1907 en la isla de Man, arranca de nuevo este fin de semana con los primeros días de entrenamientos libres que conducirán a la segunda semana, íntegramente dedicada a las carreras, a partir del próximo sábado día 4.
Peter Hickman o Ian Hutchinson intentarán recuperar las sensaciones de las últimas ediciones con sus respectivas BMW, con las que esperan endulzar el áspero sabor de boca que las motos germanas están dejando en el mundial de Superbikes.
Pero, por supuesto, todas las miradas estarán centradas en el dorsal número 1, luciendo otra vez en el carenado de una Honda: la que pilotará el mito viviente, John Mc Guiness, que vuelve al amparo de la marca del ala dorada. Y, por supuesto, habrá que estar muy atentos a lo que hagan pilotos como Dean Harrison, con Kawasaki, Michael Dunlop -ahora con Ducati-, Michael Rutter, o David Johnson, que se ha mudado a Yamaha.
La representación española volverá a quedar delegada en el veterano Raúl Torras, aunque este participa con licencia andorrana por el veto de la RFME a extender licencias a pilotos nacionales para su concurso en la isla desde que pereciera en la misma Santiago Herrero.
El de Sant Hilari de Sacalm corrió el Manx TT por primera vez en 2015, siendo al año siguiente su primera participación en el TT, a la que ya está absolutamente enganchado. Días antes de partir hacia el IOMTT dijo: “Las Road Races son otro concepto, el piloto lo corre todo, ya que cuantas más vueltas haces en el circuito lo tienes más por la mano, sabes más donde puede haber humedades, donde puede haber irregularidades en el asfalto o donde está mejor”
Tras un breve paso por el equipo Martímotos, esta vez vuelve de nuevo encuadrado en el Toll Racing Team, que creara junto a Carles Ollé.
En la presentación a la prensa, en Barcelona, Torras comentó: “Con la SuperTwin, no hay ninguna expectativa salvo rodar y disfrutar. Es el primer año con esta moto y en esta categoría, y para este año la preparación será muy básica. En Supersport, me gustaría hacer Top 20; y con la Honda CBR1000, mi mayor objetivo es superarme a mí mismo”.
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La brisa salada del mar de Irlanda que recibe a los visitantes al bajar del ferry en el puerto de Douglas ha vuelto a refrescar a los miles de motards que hacía demasiado tiempo que no podían cumplir con su ritual de volver a la isla, año tras año, a la búsqueda de la cola del famoso gato de Manx (que no tiene), a rendir tributo a la estatua de Joey Dunlop (26 victorias) en Snaefell, a alucinar con la frenada de los noventa grados de Creg-ny-Baa, a quedarse en apnea cuando las motos llegan a Ballaugh Bridge, o a saborear una pinta de Guinness en el pub que hay en el cruce del Sarah’s Cottage.
Este es el caso de mi amigo Alan Ward, más brittish que las Triumph de su Coventry natal, aunque afincado en Palamós donde regenta junto a su esposa Carme Can Nicanor, parada obligatoria en la ruta de tapas de esta población de la Costa Brava.
Cuando uno accede a este diminuto local, bajo su techo abovedado tiene la sensación de penetrar en un mundo distinto. Sus paredes están forradas con fotos del TT, en el que compitió en varias ocasiones el propio Alan, de imágenes de los Espargaró -clientes asiduos del establecimiento- de gorras, banderines… todo un museo repleto de memorabilia consagrada a “the mountain course”.
Ward trabaja todo el año como un animal. Y, a parte, de su amor por Carme -y del bueno de “Happy” que se nos fue demasiado pronto- tiene dos pasiones: su Ducati Paul Smart (que jamás debía haber cambiado por la bazofia que conduce ahora) y su viaje anual al TT. “Tras dos años sin poder ir, no veo el momento de volver a la isla, y cada día hago una cuenta atrás para el día de mi viaje. Es el momento más feliz del año para mi.”, me explica Alan mientras saboreo unas increíbles croquetas de pato y mantenemos una charla sobre Man solo interrumpida por un grito: “¡Maseraaatti¡”, la exclamación que profiere mi amigo cada vez que algún cliente le deja una suculenta propina. Si vais a Palamós, no os lo perdais: Can Nicanor, el equivalente catalán al The Crosby, uno de los pubs que hay que conocer si viajáis al TT.
Esta semana, Alan se encontrará allí con sus amigos del Toll Racing Team.
Raul Torras, un desafío permanente a la isla
De nuevo en la isla el color amarillo está magníficamente representado por la participación de Raúl Torras en el TT. El “Mosso” volador regresa con su tribu del TRT, y con ellos Carles Ollé al frente, el co-propietario y Team Mánager del equipo, que lleva semanas viviendo en una vorágine de preparativos para “la carrera”.
-¿Todo a punto Carles?
“Sí, pero con nervios, y mucha emoción recorriendo por todas las venas. Salimos el miércoles hacia aquí con Raúl, para todo el tema de las verificaciones, montaje de las carpas, y el resto del equipo irá llegando a lo largo de este fin de semana”.
-Hay tantas cosas por hacer…
“Son dos semanas intensas: la primera es de entrenamientos para las diferentes categorías de motos y sidecares. Son muchas categorías, y los pilotos necesitan conocer bien el circuito y rodar, rodar mucho… sobretodo después de dos años de no hacerlo. Son 63 kms. con más de doscientas sesenta curvas… No es un circuito al uso, sino que son carreteras unidas, por lo que de un año al otro pueden haber cambios importantes en el asfalto, baches, más desniveles… Hay que comprobarlo todo.”
-Y muchas diferencias meteorológicas de un extremo al otro del recorrido…
“Y tanto. Por eso es tan importante esta semana de entrenamientos. Antes, Raúl llegaba con bastante antelación, alquilaba un coche y no paraba de dar vueltas a la isla, revisando todo… Pero ahora todo esto no lo hemos podido hacer como antes por el tema del covid, y la preparación de las motos hasta el último momento… ¡Vamos un poco “a pelo”¡.”
-¿Cómo empezó esta historia vuestra del Toll Raging Team?
“Raúl empezó en 2015 con el TT Manx, que como sabes es obligatorio para poder participar en el TT. Allí tienes que acreditar un tiempo mínimo para que te den la licencia Mountain Course para competir en el TT. La obtuvo, y ya pudo iniciar su historia con el TT”.
-Acabáis de participar en el Campeonato de España de SBK, para probar las motos, y luego tuvisteis que cumplir con “The Triangle”, la Nord West 200, donde también estuvo Ramón Basomba, y en la que Alastair Seeley sigue siendo la referencia absoluta…
“Seeley es una bestia parda. Es a la Nord West lo que fue Joey Dunlop al TT. Tiene 42 años, y la verdad es que le vimos desde el paddock a través de una pantalla gigante y fue alucinante lo que hizo… A ver qué hace este año Michael Dunlop en el TT, donde toda la familia son venerados absolutamente.
Nosotros fuimos un poco de cráneo en la NW. Era la primera vez que Raúl se subía a una Super Twin. La moto nos llegó muy tarde, sin apenas tiempo para acondicionarla, más allá de un cambio de centralita y carenados… Y nos dio muchos problemas por culpa de la lluvia, que -sin tiempo para sellar juntas- se nos filtraba por todas partes. Y en Irlanda, ya sabes que no para nunca de llover… Hicimos los entrenamientos, pero para la carrera la moto no quiso arrancar…
Y, luego, con la Honda CBR-1000 RR SP, “el misíl” como le llamamos, tampoco pudimos hacer algunos cambios que queríamos -sobre todo en los frenos, por condicionantes del reglamento de Super Stock- , y tuvimos la mala suerte en los entrenamientos que una rotura de cadena nos dejó sin el selector del Quick Shifter para la carrera… Raúl vio que esto no funcionaba, y decidió no jugársela a cambiar con embrague y decidimos no salir en carrera…. Y no hay mal que por bien no venga, porque luego hubo muchos problemas con los neumáticos de todos, que tenían tendencia a explotar a 300 por hora… “.
-¿En qué categorías vais a estar en el TT finalmente?
“En Super-Twin con una Aprilia RS 660l, en Super-Sport con una Yamaha R6, y en Super-Stock, Superbikes y el Senior TT con la Fireblade…”
-Una moto que, por cierto, está de aniversario este 2022. Carles, ¡vaya liada¡ como si el TT de por si no fuera bastante complejo…
“¡Es lo que hay¡ Y no podemos estar más ilusionados por ello… No venimos a ganar nada ni tenemos pretensiones económicas, estamos por gusto, por placer y por pasión. Realmente el TT se corre por gusto y por pasión, ya que tiene una filosofía completamente distinta a lo que conocemos del mundo del motor y los campeonatos de velocidad. El principal objetivo de este año es superar los 200 km/h de media en el IOMTT, que está en 197 km/h que tiene hasta el momento Raül, recordman español en la isla”.
-Muchísima suerte. Os esperamos a la vuelta para que nos lo contéis todo con detalle aquí, en Solo Moto.
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