Presentación Kawasaki Ninja 250: Aprendiz aventajada

Seguro que muchos de vosotros pensáis que la Kawasaki más vendida en los Estados Unidos debe ser un pepino, pero no es así. Durante muchos años, la más vendida ha sido... ¡la Ninja 250 R!, a pesar de que no ha cambiado desde 1988. Ahora le llega el relevo.

Su éxito se basa en un precio ajustado, en su apariencia de moto grande y en su facilidad de conducción. No en vano es la primera moto de un 62 % de los primeros compradores en los EE.UU. Para 2008, los cambios son muchos y profundos, desde el chasis hasta el motor, pasando por las fibras y la parte ciclo, tal y como ya se publicó en el previo técnico del Solo Moto número 1.633 -ver recuadro-. El estilo de sus fibras es limpio y agresivo, y su tamaño no sugiere que es una 250 -de hecho, esta cifra no aparece externamente en ningún lado-.

Como moto de iniciación deportiva es realmente perfecta.

TOTALMENTE NUEVA

El bicilíndrico en paralelo -4T, LC, 8 V, IE- ha sido renovado en un 70 % y se ha ganado un 30 % en par motor y en potencia a bajas vueltas. Nuevos árboles de levas, válvulas, conductos rediseñados y aligeramiento general son los trabajos llevados a cabo en la culata. Se ha añadido una flamante inyección Keihin, aunque en la versión que probamos monta carburadores -versión para los Estados Unidos-. La caja de cambios de seis velocidades ha sido revisada y ahora se instala un radiador de refrigeración de mayor tamaño. El escape también es otro, con un más lógico dos en uno -dos en dos en el anterior modelo.

En la parte ciclo, el chasis es un doble cuna superior de acero, abierto por debajo, con el motor colgando de él, algo más corto que el anterior. Delante se monta una horquilla convencional -de más diámetro y mayor rigidez- y atrás, un monoamortiguador con bieletas, sobre un basculante de doble brazo de acero más largo que en la versión antigua, pero se conserva la distancia entre ejes. La manejabilidad del conjunto es elevada y el radio de giro, realmente reducido.

La verdad, después de estar rodando con una Kawasaki ZX-10 R y con una Ducati 848, pensaba que la pequeña Ninja se me antojaría una minimoto para niños, pero no fue así. En ciudad, la potencia disponible y su suave entrega son compañeros ideales, y más si se cuenta con un peso reducido y un asiento colocado bastante bajo, como es el caso. En carretera puedes mantener tranquilamente cruceros de 120 kilómetros por hora, con una velocidad máxima de unos 160 km/h, aunque, por si acaso, no me aventuré a probarlo, so pena de pasar una noche en el pub rejas -en el feudo de Gobernator no se andan con chiquitas.

De curva a curva, la respuesta del motor es limpia y divertida, siempre jugando con la caja de cambios, acariciando la línea roja. La rigidez del conjunto es buena, y más teniendo en cuenta que la potencia disponible no es elevada; pero si el propulsor entregase más chicha, tampoco habría problemas. Las nuevas llantas de 17 pulgadas

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