Potentes... y desnudas

En Solo Moto nos gusta complicarnos la vida, eso está claro. De otro modo no puede entenderse que, con las vacaciones a la vuelta de la esquina y con algunos de nosotros ausentes, nos liásemos a montar un megacomparativo de 10 motos -Tuono 1000 R Factory, K 1200 R, R 1200 R, Monster S4R, Z 1000, 990 Superduke R, 1200 Sport, Brutale 910, Speed Triple 1050 y FZ1- durante dos días, y que encima invitásemos a nuestros colegas de la SWA (Supertest World Association), con la logística que ello comporta de pedir motos, reunirlas, contactar con los participantes, buscar hoteles, restaurantes, fotógrafos, preparar la ruta... En fin, la locura. Pero una vez todo en marcha, la verdad es que la experiencia ha valido la pena. Así os lo contamos...

Con Santi Díaz, nuestro fotógrafo, pusimos proa al norte, en busca del Pirineo, con Edu cerrando el pelotón y la Guzzi y yo a la cabeza. Curiosa esta Sport 1200, con su posición estilo carreras de los 70, sentados muy atrás, encajados en el cómodo asiento y los brazos estirados; con un casco Cromwell nos habríamos sentido como Agostini. La ventaja de esta posición tan peculiar es que el cupolino nos cubre y desvía bastante aire; las vibraciones están ahí, pero son redondas, y realmente más que molestar, tienen su gracia y son parte del encanto de esta personal moto...

En la autovía que nos aleja de la ciudad, la otra naked que dispone de una cierta cúpula, la Monster, también demuestra que es mejor poco que nada, y nos desvía el aire, por lo menos, del casco; también ayuda, como en la Guzzi, su posición de conducción inclinada hacia delante. Los grandes relojes de la R 1200 R y la máscara de la Tuono algo hacen, y en el resto, a sufrir o a disfrutar del aire, según se mire...

De Olot llegamos a Ripoll, y de esta localidad nos dirigimos a la Pobla de Lillet, por una larga y tortuosa carretera. La Speed Triple está en su salsa, con una agilidad tremenda y un motor que sale de las curvas siempre con empuje, aunque su dureza general hace sufrir a nuestros huesos. La Brutale también se mueve bien, pese a que su motor ha de llevarse alto de vueltas si no queremos perder comba.

La Guzzi y la R 1200 R son más ágiles de lo que muchos pensaban, y con la ventaja de tener suspensiones que absorben la irregularidades de la carretera como ningunas; también cuentan ambas con una muy buena capacidad de tracción. Magnífico el sistema ESA de ajuste electrónico de suspensión que monta la K 1200 R, totalmente ajustable a las condiciones. En este complicado tramo, la K sufre un poco por su gran distancia entre ejes, que obliga a anticipar la trazada para no salir abiertos. Su motor tracciona bien, pero el manillar debería ser más ancho y alto.

Guía del comprador

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