Se acabó la pretemporada de MotoGP. Todo lo que los equipos tenían guardado ya lo han mostrado, porque lo que hemos visto en Portimao será, en gran medida, lo que veremos durante esta temporada.
No hemos tenido ninguna sorpresa, y lo que avanzamos que podía suceder en el previo que publicamos el viernes se ha acabado cumpliendo: las Ducati dominan con mano de hierro. Y no sólo las oficiales de Bagnaia y Bastinanini o la satélite -pero de fábrica- de Martín: TODAS están delante -las ocho- demostrando, por si quedaba algún rastro de duda, que tienen la mejor moto con diferencia. Incluso el ‘novato’ Álex Márquez está ahí. Bagnaia, además, se permitió el lujo de pulverizar el récord de Portimao y marcar un terrorífico 1:37.968.

Que Ducati tenga ocho motos y que las ocho sean competitivas hace temer que esta temporada se convierta en una Copa Ducati. No hay nada que decir al hecho de que todas las Ducati estén en las primeras posiciones; más bien felicitar a Gigi Dall’Igna y compañía por el excelente trabajo realizado: si la GP22 ya era una moto sobresaliente, la GP23 es de matrícula de honor. En todo caso habría que preguntarle a Dorna si tener a más de un tercio de la parrilla con la misma moto es lo mejor para el espectáculo.
La alternativa a Ducati son Aprilia… y Quartararo
También se cumplió el pronóstico -más bien se constató la evidencia- de que en Aprilia tienen una excelente moto, que a priori deberá ser la alternativa al dominio absoluto de Ducati. A un Aleix que ya sabe lo que es ganar con la Aprilia hay que sumarle un Viñales (un piloto de los de talento) que parece que ya se ha hecho totalmente amigo de la RS-GP. En el satélite RNF, Oliveira también ha rodado fuerte con la moto de Noale y Raúl Fernández dice que esta moto está hecha para él. Talento tiene de sobras el madrileño, que logró el 6º mejor crono el primer día. Aunque el domingo todas las Aprilia estuvieron más lejos, Aleix, Oliveira y Maverick (10º, 11º y 12º) terminaron justo detrás de las 8 Ducati y de la Yamaha de Quartararo, pero por delante de las Honda, KTM-GasGas y la Yamaha de Morbidelli.

La otra opción al más que previsible dominio de Ducati puede venir de Fabio Quartararo, y decimos que es el francés y no Yamaha, porque Morbidelli está lejos.
En el Algarve se volvió un poco atrás en cuanto a parte ciclo y aerodinámica, a elementos y settings de 2020, cosa que permitió descubrir por dónde venían los problemas aparecidos en Sepang -con gomas blandas y a una vuelta- que llevaban locos a técnicos y pilotos.

Manteniendo el motor 2023 -que por fin corre- y recuperando soluciones del año pasado, el de Niza se sintió a gusto y desaparecieron los problemas que se habían manifestado en Malasia, sobre todo con gomas de calificación. “Hemos rodado con un paquete aerodinámico parecido al del año pasado, con los reglajes antiguos, y la moto funcionaba bien. Pudimos ver dónde estaba el problema. Hemos vuelto a lo de antes, pero con pequeñas modificaciones”, confesó Fabio.
Con un crono de 1:38.302, Quartararo logró el tercer mejor registro del test y también ser la única ‘no Ducati’ que se metió entre las ocho motos de Borgo Panigale.

En KTM-GasGas esperaban tener las cosas más hechas en Portimao, pero en la montaña rusa portuguesa las motos austriacas no brillaron. La mejor de ellas fue la de Brad Binder, 9º, y un disgustado Pol Espargaró (18º) contrastaba con lo feliz que estaba en Valencia y Sepang. “Está bien, también aprendes de los días malos”, dijo el de Granollers, viendo el vaso medio lleno. “Ahora estamos a un segundo del mejor tiempo, un tiempo récord, por cierto. Pero mis sensaciones no han sido realmente buenas. Todavía tenemos mucho trabajo por hacer en el test de Jerez en mayo, después del GP”.
El principal problema que encuentra Pol es “el agarre lateral. Aquí prácticamente no tengo agarre lateral y tengo más problemas con eso que mis compañeros. Es un gran problema para mí aquí, especialmente con el neumático blando. No es tan grande con el compuesto medio”.

…Y Honda
Tras lo visto en Valencia y Sepang no se respiraba un ambiente muy optimista en los boxes de Honda. En Sepang trajeron cuatro motos distintas que se fueron reduciendo a una sola en la que trabajar para Portimao, pero nadie esperaba que a Portugal llegase una moto ganadora, y así ha sido.
Se han pulido cosas, pero esta RC213V está lejos de las mejores, y el tiempo por vuelta es de aproximadamente medio segundo más lento que el de las Ducati. Esto, en una carrera, es mucha distancia.
«Es una moto similar a la de Valencia, con un chasis un poco diferente, pero el concepto es básicamente el del año pasado», explicó Marc
Mir, Márquez y Rins, terminaron 13º, 14º y 15º respectivamente en el cómputo de los dos días, separados por muy pocas milésimas entre ellos, a unas 8 décimas del tiempo de Bagnaia, y eso es mucho.
La Honda de Portimao “es una moto similar a la de Valencia, con un chasis un poco diferente, pero el concepto es básicamente el del año pasado”, explicó Marc. Es decir, nada revolucionario.
“Hemos probado muchas cosas, pero terminé con la misma moto de Sepang. Es el mejor paquete que tenemos”, confesó ayer. “No podemos ser optimistas, pero cabrearnos no nos aporta nada en este momento”, dijo el octocampeón de MotoGP. “Estamos a medio segundo. De momento, eso da para hacer un 7º, 8º o 10º”.
Marc explicó que era rápido en el T1 y T2, perdiendo mucho en el tercer y último parcial.
Mir y Rins coinciden
El compañero de Márquez y campeón de 2020, Joan Mir, explicó que “La realidad es que estamos lejos. Las sensaciones con la moto cada día van mejorando, pero no ha habido ninguna revolución y estamos bastante lejos”. Mir dijo no haber encontrado las sensaciones que buscaba, y que “cuando te falta tanto es complicado pensar en hacer un Gran Premio fantástico. Bajé un segundo mi tiempo de ayer a hoy, pero sudo al pensar en bajar lo que nos falta. La pretemporada se ha hecho corta, los demás tienen bastante ventaja”. Mir fue el más rápido (solo por algunas milésimas) de los tres españoles de Honda (porque Nakagami acabó 20º a 1,3s de Bagnaia y justo por delante del ‘rookie’ Augusto Fernández).

El más optimista era Álex Rins: “Estoy bastante contento porque hicimos una simulación de la carrera al sprint en Sepang y aquí estaba más cerca de los chicos de delante. Aquí estoy todavía lejos, pero más cerca, a 0,4-0,5s”. Rins contó que la Honda es “un poco más física y exigente que el Suzuki”.
Está claro que, por cuarto año consecutivo, Honda no está para optar al título, y difícilmente lo está, a día de hoy, para luchar por las victorias. A Honda le queda el test de Jerez de mayo para que sus pilotos prueben cosas nuevas (pero no motor y aerodinámica, ya sellados desde el primer GP).
Tiene tres pilotos con mucho talento, de eso no hay duda, pero, a día de hoy, la moto está lejos de las primeras. Si nada cambia para entonces, a priori podemos esperar que en Jerez los tres den guerra, y/o en Austin, Sachsenring o Motorland (especialmente Márquez), pero más por genialidad de sus pilotos que por la moto. Pobres aspiraciones para la marca más laureada de MotoGP.