Pirelli Diablo Rosso III: Tercera generación

Con motivo de la presentación de la nue­va gama de Pirelli Diablo Rosso III, tuvi­mos la oportunidad de probar el último producto de Pirelli en diferentes situaciones. Y cuando me refiero a última generación no pode­mos dejar de olvidar que en los últimos tiempos la electrónica aplicada ha cambiado por completo el comportamiento de las motos que equipan sis­temas como el control de tracción.

El Diablo III es un buen compromiso para moto­cicletas de altas prestaciones tanto naked como superdeportivas y se adapta a las necesidades de unos usuarios que, según los estudios de la marca, suelen recorrer unos 15.000 kilómetros al año. No debemos olvidar que en los últimos tiem­pos ha aumentado considerablemente el moto­rista que compagina el uso de su moto de media y gran cilindrada, entre la carretera abierta y el circuito. Hace no muchos años nos sorprendía la imagen de una naked en circuito, mientras que en los últimos tiempos es habitual, y por ello hay que tratar de ofrecer neumáticos polivalentes y de altas prestaciones.

La familia Diablo nació en 2002 y desde 2004 se beneficia de la experiencia de Pirelli en el Campeonato del Mundo de Superbike, del que es proveedor oficial. El Diablo Rosso III es un neumático de carretera nacido en el circuito y, desde mi punto de vista, destaca por su ca­pacidad para rendir a muy buen nivel tanto en carretera abierta, como pudimos comprobar en una ruta de unos 190 kilómetros por la provincia de Teruel, como en circuito. Ahora se presenta con nuevos perfiles, materiales, compuestos, y su banda de rodadura se ha heredado de los Supercorsa.

El dibujo que en Pirelli definen acertadamente como relampagueante es una buena solución para conservar una banda de rodadura compacta y también para poder evacuar el agua, como pude comprobar en la pista de Motorland bajo la lluvia…

En los compuestos del nuevo Diablo se ha au­mentado de forma considerable el porcentaje de sílice, combinando aceites y resinas, y el neumá­tico trasero (de doble compuesto) tiene su perfil dividido en una proporción de 40/20/40, con lo que el compuesto lateral alcanza el 80 % de la banda de rodadura, mientras que el resto (20 %) se sitúa en el centro.

Esta distribución busca el poder disponer de agarre desde el primer momento en el que se em­pieza a inclinar para abordar una curva. En el neu­mático trasero, el compuesto utilizado en el lateral tiene un 100 % de sílice, de menor porcentaje en el centro, mientras que en el neumático delantero el sílice está en el 100 % de la composición de la superficie. A diferencia del trasero, no es bigoma y se presenta con un nuevo perfil más alto, que le permite aumentar la superficie de contacto en curva.

La cubierta radial es más rígida, la densidad de la lona optimizada y, al igual que en el más de­portivo Supercorsa, el compuesto de Rayón de altas prestaciones se deforma muy poco al estrés generado por la aceleración y la carga.

La jornada de pruebas comenzó en carretera abierta con diferentes modelos. Con una tempe­ratura ambiente de unos 12º y el ambiente fres­quito a causa de la lluvia de la noche anterior, los nuevos Diablo me transmitieron confianza desde el principio. Me gustó el hecho de que en un as­falto sin demasiado grip y sin estar a una tempe­ratura ideal, me familiaricé muy rápidamente con los nuevos Diablo Rosso III, tanto a la hora de entrar en las curvas como al dar gas a la salida de los diferentes virajes que hicimos en dirección a Cantavieja, rodando a un ritmo ligero.

Sobre su comportamiento en seco en una su­perdeportiva en la pista de Motorland, poco o nada puedo decir, puesto que mi sesión sobre una BMW S 1000 RR me tocó bajo una fuerte lluvia. Pero os puedo asegurar que en mojado los nuevos Diablo Rosso III evacuan el agua de for­ma sorprendente y con la BMW en modo Rain forman una buena combinación en cuanto a pres­taciones y seguridad. ¿Sobre seco?, pues espero tener la oportunidad de probarlos para conocer sus prestaciones.

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