La personalización de las motos en nuestro país, y en el mundo entero, es una corriente que cada vez tiene más adeptos. Tanto es así, que las grandes marcas están comenzando a mover ficha y a ofrecer productos cada vez más personalizables, con tonos de pintura a escoger, accesorios por doquier y más opciones para dejarla como un pincel, pero a tu gusto.
Ducati y su Scrambler son un buen ejemplo de ello. Tienes mil colores, no sé cuantos logos, accesorios por un tubo y cuatro modelos diferentes con accesorios intercambiables… La Ducati Multistrada 2015 tiene cuatro packs de accesorios totalmente diferentes y combinables entre sí… La BMW RnineT también dispone de colín monoplaza o biplaza, tubos de escape, embellecedores de aluminio… Y ya no te digo nada de Harley-Davidson o Triumph que tú ya no conozcas… Y últimamente todas las marcas niponas están apretando fuerte para ofrecer cada vez más accesorios, ropa, equipamiento… Es un buen negocio.
Es normal que las marcas de motos entren al trapo con el tema de las personalizaciones, pero que una marca como Brembo, la reina de la frenada, comience a preocuparse por ello, significa que el pastel a repartir es grande, muy grande. Tal es así, que en el pasado Salón de Milán hicieron una encuesta entre los visitantes de su stand y les preguntaron qué color de pinza de freno escogerían de entre las 12 muestras que se proponían. Un estudio de mercado rápido para lanzar una nueva gama de decoraciones para sus pinzas de freno, al gusto del consumidor. Y esto no ha hecho más que empezar…