Nos ha quedado un MotoGP muy curioso, pero ¿es suficiente?

Nos ha quedado un MotoGP muy curioso, pero ¿es suficiente?

Dorna, DAZN, los sponsors, pero, sobre todo, los aficionados al motociclismo, estamos fervientemente deseosos de que empiece la nueva temporada de MotoGP. Los primeros, por unas razones más comerciales, terrenales o pecuniarias, y los segundos, los que seguimos las carreras y amamos este deporte, porque esperamos que este año sea intenso, emocionante y disputado.

MotoGP ha ido perdiendo comba, esta es la realidad, y hay varios factores que son los causantes: por un lado, que las carreras sólo puedan verse en un canal de pago, queda claro que resta espectadores. En el caso concreto de DAZN, pasó de costar 4,99€ mensuales a 9,99€, pero podías compartir conexión con otro, lo que dejaba el importe en 5€ para cada uno, que tampoco está tan mal. La subida de agosto pasado y la que acaba de llegar, más el hecho de que ya no se puede compartir la cuenta, triplican la cuota mensual de la plataforma. Muchos de los suscriptores se han dado de baja, según decían en nuestras redes.

En este sentido (económico) también tiene que ver el precio de las entradas. Ir a un GP, al que normalmente vas con pareja y/o hijos, te sale por una leña. Antes, además, se ofrecían conciertos y espectáculos por la noche que hacían el fin de semana más ameno y atractivo para los desplazados a los circuitos. Un tema que Dorna debería revisar, bueno, dos: precios y espectáculo.

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La tecnología por encima del talento

En el aspecto técnico, las MotoGP actuales se han sofisticado tanto que la moto empieza a tener más protagonismo que los pilotos. La llegada de los alerones, ‘holeshot’, etc, hacen que adelantar ya no sólo dependa de la habilidad y de las pelotas que le eche un piloto, sino que se ha vuelto mucho más complicado.

¿La tecnología debe estar por encima del espectáculo? Yo creo que no. Si a los aficionados les preguntas si prefieren ver que las motos giran un segundo más rápido por vuelta, o bien que los adelantamientos se multiplican por tres, creo que la respuesta está clara. (Y las motos son mucho más bonitas sin alerones -añado- aunque esta batalla la tengo perdida).

En los circuitos no puede haber amigos

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El otro apartado, ya deportivo, es la pérdida de espectáculo y de líderes, aunque de lo primero también tiene culpa la tecnología.

De aquellos duelos Rainey-Schwantz, Rossi-Biaggi, Stoner-Rossi, o entre los ‘cuatro fantásticos’ (Rossi, Lorenzo, Pedrosa y Márquez) no sólo salían chispas, sino también clubs de fans de cada uno de ellos, que luego llenaban los circuitos. Los líderes siempre atraen a las masas, y eso sucede en cualquier deporte: Un Madrid-Barça con Messi y Cristiano -y con Guardiola y Mourinho-, un Alonso-Schumacher, etc, no es lo mismo que sin ellos. El único auténtico líder que queda -con el necesario espíritu de depredador- es Marc Márquez, un Márquez que ha estado ausente o muy mermado estas últimas tres temporadas. Luego igual llegan unos tales Acosta y Guevara… pero ésa es otra historia.

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El actual ‘buenrrollismo’ que impera en el paddock está muy bien fuera del circuito, pero dentro de él los pilotos deben ser rivales con ganas de morder el cuello a los demás, y eso ya no es así. Todos los arriba mencionados no se hablaban entre ellos y en la pista salían a matar.

Muchos bailes de pilotos

Siendo positivos, esta temporada tendrá el aliciente de ver a un Marc Márquez recuperado físicamente, al que si Honda le da la moto que necesita (más le vale… a Honda) luchará por la victoria en cada carrera. También veremos si su hermano Álex demuestra con la Ducati que no es precisamente bicampeón mundial por apellidarse Márquez. Un piloto al que tendremos que seguir de cerca… es una apuesta que hago.

Habrá que ver cómo se desenvuelve todo un campeón del mundo, Joan Mir, con la Honda, así como su excompañero, el rapidísimo Álex Rins. También deberemos seguir de cerca al talentoso Jorge Martín, que querrá dejar claro a los jefes de Ducati que se equivocaron al no elegirle a él como piloto oficial, y a los dos gallos italianos, Bagnaia y Bastianini, arrancándose las plumas en el mismo gallinero para demostrar quién es el más guapo (léase rápido) del equipo.

Será bueno seguir de cerca a Raúl Fernández y a Miguel Oliveira con las Aprilia de Razali, a Pol Espargaró, a Jack Miller y a Augusto Fernández con las KTM/GasGas…

Y ya puestos, ver cómo les va a todos la apuesta de Carmelo Ezpeleta de correr 42 carreras esta temporada. Algo había que hacer para recuperar audiencia, y se ha echado un vistazo a la F1, que sí funciona. ¿Será suficiente? Ojalá que sí, pero me parece que es tan solo poner una tirita si no se revisa todo lo anterior.

Sí, ha quedado un MotoGP muy curioso, pero ¿mejor? Debería, y esperamos que así sea. Lo veremos en Portimao dentro de dos meses.

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