North West 200: Esencia de carreras

“A la 1 en punto los pilotos se acomodaron de a tres en el punto de partida en Magherabuoy, y comenzaron los primeros a correr cuesta abajo hacia Portrush. Se trataba de A McIntyre (Abingdon KD), RB Patterson (348cc OEC) y RM Osbourne (348cc Raleigh), y durante la mayor parte de la próxima hora salieron los treinta y uno en intervalos”.  Así relataba la crónica la salida de la primera North West 200 en 1929, que se llama así porque en sus orígenes los pilotos tenían que cubrir una distancia de 200 millas por las carreteras del noroeste de Irlanda. La distancia cambió, pero el lugar de celebración sigue siendo el mismo, un circuito triangular (lo llaman el triángulo), de 14,4 kilómetros que enlaza las localidades de Portrush, Portstewart y Coleraine.

A cerca de 200 millas por hora (unos 320 km/h), los especialistas en el Road Racing, los mismos que participan en el TT de la Isla de Man, o en el GP del Ulster, celebran carreras entre farolas, bordillos, bosques y acantilados. Terminan la carrera de una cilindrada, suben al podio mientras un mecánico coloca a pocos metros otra moto en la parrilla de salida, bajan del podio, se suben a la moto y vuelven a pelear por la victoria... Sin duda hay que estar hecho de otra pasta.

El ambiente que se respira durante la semana que dura la North West 200 es una mezcla del más auténtico y añejo ambiente de carreras con el de una auténtica fiesta. No en vano, la North West 200 es el acontecimiento deportivo más importante de Irlanda del Norte. Tanto en el paddock, donde además de ver de cerca a cualquiera de las estrellas locales puedes comprar todo tipo de productos oficiales o no, comida de “calidad” como ponía en alguna de las hamburgueserías, ver todo tipo de motos, especialmente clásicas y antiguas, como las Norton, Triumph, MV o Royal Enfield, entre otras; como en los muchos pubs de cualquiera de las localidades por las que pasa el circuito, donde grupos de aficionados se reúnen tanto dentro como fuera a charlar, pinta de cerveza en mano, de motos y pilotos.

Irlanda, como toda Gran Bretaña en general, es un país con una larga tradición motorista y, al igual que sus motos, de todas las épocas, los motoristas sexagenarios abundan por todas partes. Allí es normal ver a un joven sobre una clásica o a un veterano de 70 años sobre una Yamaha R1. Los más de 100.000 visitantes que reciben durante la semana de carreras se ocupan de poner el resto, vivir la emoción de las carreras viendo pasar los pilotos, en ocasiones a solo unos pocos centímetros de donde te encuentras.

Casi nueve décadas después de su primera edición, la North West 200 sigue ofreciendo un espectáculo único, y aunque aquí no conozcamos a los pilotos especialistas en las road races, allí son tratados como héroes. Además de los especialistas en este tipo de carreras, también podemos ver a algún que otro exmundialista, como Danny Webb (con más de 100 GG.PP. celebrados en 125cc y Moto3), que este año participaba como newcomer (su primera participación en la carrera). También vimos al ya habitual de las road races, Jeremy McWilliams, que tras haber participado en el Mundial en las categorías de 250cc y 500cc, en 2012, a los 48 años, corrió por primera vez en la North West 200, en la recién inaugurada categoría de Supertwin, en la que consiguió la tercera posición.

Entre los pilotos que sí es fácil que a los que os gusten las carreras de velocidad podáis conocer, pudimos contar, además de los anteriormente nombrados, con varias leyendas, como John McGuiness, Michael y William Dunlop (hijos de Robert y sobrinos de Joey Dunlop), Ian Hutchinson, Conor Cummins o Ryan Farquhar, entre otros, y se echó de menos en esta ocasión la presencia del carismático Guy Martin, más dedicado últimamente a los programas de TV que a las carreras.

El principal héroe de esta edición fue el corredor local, de Carrickfergus, Alastair Seeley, que marcó la pole en las tres categorías en las que competía (todas menos Supertwin), y en la primera carrera celebrada el jueves (la de Supersport), se hizo con la victoria, la número 16 de su particular cuenta, al marcar la vuelta rápida al circuito del triángulo. El piloto se convertía de esta manera en leyenda al pasar a ser el piloto con más victorias de la North West 200, tras superar las 15 que tenía como récord el malogrado Robert Dunlop.

El sábado volvía a ganar la segunda carrera de Supersport y conseguía su 17ª victoria. La cruz de este año llegó con el trágico accidente de Malachi Mitchell Thomas en Black Hills, un newcomer pero prometedor piloto que había terminado quinto en la carrera de Supertwin del jueves, cuarto en la de Supersport del sábado y que cuando luchaba por las posiciones de cabeza en la de Supertwin del sábado, sufría un fatal accidente durante la tercera vuelta de la carrera que acababa con su vida.

Cuando el 2 de junio de 2013 Antonio Maeso impactaba con su rodilla a más de 200 km/h contra un muro en la Isla de Man, no podía suponer el largo calvario que le esperaba. El 10 de mayo de 2016, Maeso terminaba la primera carrera de la North West 200, la de Supersport. Entre medias, casi tres años que finalmente el propio Maeso terminó por definir como The Dreams Awakens (‘El sueño se despierta’), como analogía de la última película de Star Wars: The Force Awakens.

Este mismo día terminaría la de Supertwin y el sábado, también en Supertwin, la que sería la última carrera de 2016. Este sueño (más bien pesadilla) lo convenció de que la única manera de seguir prosperando en su recuperación era ponerse una meta (volver a correr en la NW200), lo que le llevó a comprarse una Yamaha MT-07 para correr en Supertwin.

Puesto que en esta categoría la cilindrada máxima permitida es de 650 cc y la MT-07 tiene 689, compró un motor del modelo australiano (FZ 07 LA, Learned Approved), el usado en las autoescuelas, al que Yamaha ha bajado la cilindrada a 650 cc; y en poco más de tres semanas preparó la moto que llegó a Irlanda del Norte sin ni siquiera haber probado. Con unas fibras de KTM adaptadas, un amortiguador trasero de BMW, asiento sobreelevado, estriberas bajadas y utilizando los entrenamientos para saber cómo iba la moto, ha sido capaz de clasificarse y de terminar las tres carreras en las que ha participado, además de finalizar 16º en la última carrera de Supertwin.

Aparte de Maeso, a quien marqué de cerca durante las jornadas de carreras, este año también había otros dos españoles, Víctor López y Raúl Torras. Realmente, Irlanda del Norte es uno de esos sitios que no defraudará a nadie que decida acudir a visitarla. Si además coincide con la North West 200... apaga y vámonos.

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