Museo Motos Made in Spain, una exposición alucinante con más de 300 motos

Museo Motos Made in Spain, una exposición alucinante con más de 300 motos

Tanto si vives en Madrid como en Barcelona, deberás visitar sí o sí, el museo de la moto española más alucinante de todos los tiempos, es el Museo Motos Made in Spain, un viaje al pasado de nuestra industria de las dos ruedas. 

La apasionante historia de las motos fabricadas en nuestro país estrena su propio museo, donde se da un concienzudo repaso a la interesante y prolífica producción de modelos realizados en nuestro país. Tanto los fabricados en serie como algunos prototipos, así como muchas desconocidas rarezas. Una industria que llegó a ser referencia mundial al dominar en el plano deportivo.

El Museo Motos Made in Spain alberga unas 324 unidades expuestas, con modelos de lo más variopinto y que atienden a todos los segmentos comercializados en nuestro país, así como las diferentes especialidades deportivas y por cilindradas.

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El grueso del repertorio expuesto en la Exposición Made in Spain corresponde a dos valiosas aportaciones. Por una parte, está la Colección de los Hermanos Lozano que, además de célebres vecinos de la ciudad complutense, atesora la recopilación privada de motos de campo más importante de España; con toda la producción de Bultaco al completo, así como buena parte de Montesa y Ossa, entre otras marcas (no están todas expuestas).

En el Museo Motos Made In Spain se exponen más de 300 motos de fabricación nacional

Junto a ésta se encuentra la no menos interesante Colección Medinabi de Ignacio Medina, con una amplia variedad de modelos de carretera que es el reflejo de la motorización a través de los años en nuestro país. Además de la apreciada contribución de otros coleccionistas particulares.

La exposición se encuentra en Alcalá de Henares, a unos 25 km al este de la ciudad de Madrid. Ubicado en la C/ Rusia nº 7, en un edificio que en su día albergó la fábrica de perfumes y jabones Gal.

El Ayuntamiento de Alcalá de Henares ha sido fundamental en la apuesta por albergar esta imprescindible muestra de la industria española, junto al empeño de Fernando de Portugal apoyado por Last Lap, su empresa de comunicación y eventos, y los ya mencionados colaboradores.

Una de las primeras marcas que logró cierta notoriedad en nuestro país fue Patria (1922-1936). El fabricante de Badalona (Barcelona) se especializó en la producción de motos con un concepto más similar a como las conocemos ahora en lugar de partir del chasis de una bicicleta.

Empleaba motores ingleses Villiers y fue la primera marca en ofrecer un motor de cuatro tiempos. Además, llegó a montar un poderoso motor tetracilíndrico Henderson de hasta 1,3 litros con origen estadounidense y de precio prohibitivo.

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En la exposición podemos ver un par de modelos de la marca: una Sport 175 y la 500 Gran Sport; esta última, provista de un sidecar en sus últimos días su uso estuvo destinada a labores de transporte público como taxi.

Más conocido como el museo de Alcalá, es de visita imprescindible para cualquier amante de las motos

También encontramos algunas Fusté, Lutétia, Salvador y otras muchísimas marcas que fueron pioneras en nuestro país. No están ordenadas rigurosamente en orden cronológico y cada cual atesora su particular historia.

Tanto de la marca como de los modelos a la hora de producirlos, como Sotero, Avispa o Ardilla, marcas que sólo fabricaron una única unidad; aunque la última más tarde multiplicaría su producción en serie bajo la marca Raid.

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La trágica Guerra Civil y su dramática posguerra supusieron una enorme zancadilla en el crecimiento de los fabricantes; esos que al menos lograron sobrevivir. Por el grave periodo económico que se desencadenó, con un desabastecimiento general y donde prácticamente no existía el mercado auxiliar de componentes.

Se llegaron a dar casos como en el estreno de Sanglas con el modelo 350 (1945): los hermanos Sanglas fabricaron todos los componentes de su primer modelo en sus instalaciones, desde el bastidor de inspiración alemana al motor basado en uno inglés o el mismo carburador que se hizo en bronce.

La moto se empezó a vender pero durante los primeros meses no fue posible conseguir neumáticos para ella y se llegó a despachar sin ellos… ¡Ya había que estar interesado!

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Tocaba buscarlos entre los escasos de importación disponibles para ella. Algo similar ocurrió con Soriano: ante la imposibilidad de conseguir neumáticos de una medida más convencional se optó por diseñar un modelo con ruedas de avioneta de menor diámetro. De ahí la reducida altura de las Soriano.

Se exponen motos de todas las marcas que se han fabricado en nuestro país

Son muchos los modelos curiosos expuestos como, por ejemplo, la Coronat 200 (1954) provista de un conjunto motor y transmisión por cardán solidarios; todo es basculante como en los actuales scooter, y ya disponía de monoamortiguador.

Además, todo con un nivel de acabados en general a nivel “europeo”. La Mavisa 250 Sport (1957) es otro exótico ejemplo que destaca por su motor bóxer de inspiración alemana pero con ciclo de dos tiempos.

La estabilidad económica que poco a poco iba alcanzando el país permitió a algunos empresarios culminar el sueño de que sus propias motos compitieran, incluso más allá de nuestras fronteras. Los éxitos en competición y las heroicas gestas a modo de expediciones y aventuras en los puntos más recónditos del planeta supusieron una publicidad determinante para marcas como Montesa y Bultaco.

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La pionera y más conocida fue la Operación Impala. En la Exposición hay una muestra de algunas otras gestas con unidades que participaron en esos inéditos logros extradeportivos.

Como la presencia de una de las seis Bultaco Sherpa 350 que integraron la Expedición Moto Himalaya ’73, que a día de hoy aún conserva el récord mundial de circulación a motor a mayor altura con los 5.156 metros que se alcanzaron -la prohibición inmediatamente posterior del gobierno nepalí mantuvo el récord imbatido.

Las motos de competición también tienen su espacio, con las Siroko, JJCobas, Bultaco TSS...

Las motos deportivas tienen una gran representación en el Museo, con laureados prototipos de asfalto, como las Bultaco TSS, así como infinidad de modelos de las diferentes especialidades de off road.

Además de encontrarse diseminadas por la sala principal, donde también destaca la agrupación de versiones de 75 c.c. del Trofeo Nacional de Motocross, que logró convocar nada menos que una decena marcas españolas diferentes. No faltan las populares Puch Cobra, el prototipo de Montesa Cota 74 Cross y posterior Cappra 75, Derbi Cross o Gilera, entre otras muchas allí también representadas.

También podemos contemplar las Siroko, JJ-Cobas con sus revolucionarios modelos, o la Bultaco Pursang Mk15 250 que nunca llegó a la producción en serie debido al precipitado cierre de la compañía.

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La entrada cuesta 6 €, los niños hasta 13 años pagan 3 € y los menores de 6 años pasan gratis; los empadronados en Alcalá de Henares sólo pagarán 3 €. Se puede visitar los fines de semana: los viernes de 16:00 h a 20:00 h, y los sábados y domingos de 10:00 h a 14:00 h y de 16:00 h a 20:00 h.

La Exposición tiene prevista una duración de un año, prorrogable a dos. Evidentemente, el deseo de todos (organización y aficionados) es que el Museo se quede de manera permanente, para lo que se organizarían exposiciones temáticas temporales y para ello hay más de un millar de motos esperando a ser expuestas. Además del reclamo que siempre supone visitar la monumental ciudad complutense.

El día de la visita prepárate a disfrutar con una absoluta inmersión en nuestra infancia

El arranque en la Navidad de 2021 supuso todo un éxito, así que, si quieres ser testigo directo y que no te lo cuenten de la historia de la industria española de la motocicleta, yo no me perdería la Exposición Motos Made in Spain.

Texto: Nicolás Ortega

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